Washington – El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó este martes un decreto que busca proporcionar incentivos financieros a aquellos departamentos de Policía que mejoren su formación y estándares sobre el uso de la fuerza, una reforma mucho más modesta de lo que piden los activistas en las protestas.
«Estos estándares (para el comportamiento de los policías) serán tan altos y fuertes como sea posible en la Tierra», dijo Trump a la prensa poco antes de firmar la orden ejecutiva en la Casa Blanca.
Los departamentos de Policía que quieran recibir esos fondos federales deberán pasar por un proceso de certificación en el que se comprometerán, entre otras cosas, a «prohibir» la práctica de agarrar del cuello para dificultar la respiración a los detenidos «excepto si la vida de un agente está en riesgo».
Esa maniobra mató el pasado mayo al afroamericano George Floyd en Mineápolis (Minesota), donde un policía le presionó el cuello con su rodilla durante casi nueve minutos, un incidente captado en vídeo que desató una ola de protestas en Estados Unidos y otros países.
A falta de que la Casa Blanca publique el texto del decreto, el impacto de la medida de Trump parece limitado, ya que no puede obligar a los departamentos de Policía a comprometerse con esas buenas prácticas, aunque el mandatario se comprometió a trabajar con el Congreso para impulsar reformas más ambiciosas.
Trump habló a la prensa después de reunirse en privado con los familiares de una decena de afroamericanos que murieron en incidentes racistas y en muchos casos a manos de policías, aunque al encuentro no asistieron los allegados de Floyd.
El presidente aseguró que se había «comprometido» con esas familias a trabajar para evitar que esos casos sigan repitiéndose, pero ninguno de esos familiares le acompañó en el acto, al que sí asistieron numerosos representantes de agencias del orden y sindicatos policiales.
Trump insistió en que solo «un porcentaje enano» de los policías cometen actos brutales o racistas y aseguró que la gran mayoría de los estadounidenses, «aunque no lo sepan», están de acuerdo con su lema electoral de «ley y orden».
El mandatario dejó claro de nuevo que se opone «rotundamente» a la petición de reducir los fondos a los departamentos de policía e invertir algunos de ellos en las comunidades, un clamor que ha resonado en las protestas del movimiento «Black Lives Matter» («Las vidas negras importan»).
El decreto de Trump también busca fortalecer una base de datos nacional para que los policías despedidos por negligencia o conducta inapropiada en una ciudad no puedan incorporarse fácilmente a agencias del orden en otras ciudades, afirmó el presidente.