Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – A medida que se siguen registrando episodios que empañan las elecciones primarias desde el turismo de las urnas hasta las constantes acusaciones entre los representantes del Consejo Nacional Electoral (CNE), las Fuerzas Armadas y los mismos partidos políticos y se acorta el proceso electoral general previsto para noviembre, los niveles de incertidumbre y desconfianza se mantienen elevados, incluso superando los registrados durante las elecciones primarias.
– Ante la sombra del caos primario es preciso asegurar un proceso general legítimo, coinciden expertos
– Toda la sociedad está llamada a estar vigilantes ante riesgos para las elecciones generales, por intentos contra la democracia.
La incertidumbre se hace palpable tras los problemas logísticos y las irregularidades observadas durante las primarias del pasado 9 de marzo.
Los llamados paseos “turismos de las urnas», donde materiales electorales fueron vistos en lugares alejados de sus destinos, y la falta de presencia de custodios militares mientras los votantes esperaban en largas filas, generaron críticas y dudas sobre la capacidad del Consejo Nacional Electoral (CNE) para garantizar un proceso transparente, pero sobre todo la responsabilidad constitucional de las Fuerzas Armadas en el cuidado y custodia del material.
Expertos en derecho constitucional y electoral entrevistados por Proceso Digital, han manifestado la necesidad urgente de adoptar medidas que garanticen la transparencia y legitimidad del proceso. La abogada Ruth Lafosse subrayó que, si bien la participación cívica fue clave para salvar las primarias, los partidos políticos deben demostrar ahora que sus intereses no se imponen sobre el bienestar nacional.

Elecciones primarias divididas
Si bien es cierto que en la capital del Distrito Central y San Pedro Sula, reinó el caos el 9 de marzo, pareciera que hubo elecciones divididas en el país porque mientras las principales capitales que a su vez son los mayores centros de votación las elecciones parecían perdidas, en el resto del país prácticamente todo se llevó a cabo en debido orden y respeto.
Así lo destacó el abogado Joaquín Mejía en entrevista con Proceso Digital, quien dijo que hay que poner énfasis en ese aspecto positivo, de que en la mayor parte del país todo transcurrió sin mayores incidencias, además de que el sistema biométrico y el TREP, funcionaron.
En este aspecto el representante de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Juan Carlos Aguilar, informó que durante el reciente proceso electoral la organización desplegó un total de 1,255 observadores en los 18 departamentos del país.
Según Aguilar, la mayor parte de las regiones reportaron un ambiente sin mayores incidentes, y las irregularidades se concentraron principalmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Medidas urgentes para asegurar elecciones generales
Analistas coinciden en la necesidad de implementar una serie de acciones para reducir los riesgos en las elecciones generales. Entre las propuestas destacan, que es necesario que el Ministerio Público investigue las fallas logísticas y determine las responsabilidades detrás de la interrupción en la distribución del material electoral durante las primarias, y el verdadero trasfondo de lo acaecido, que a todas luces es más que una falla logística.
Asimismo, se remarca que debe haber una observación electoral nacional e internacional, para lo que se requiere atención especial en la acreditación y capacitación de custodios electorales, el traslado del material electoral, la implementación correcta de la biometría y el TREP, y el monitoreo del conteo de votos en las Juntas Receptoras.
Suspensión del estado de excepción: Ante la experiencia del 9 de marzo, diversos sectores han instado a garantizar que las elecciones generales no se realicen bajo un estado de excepción que limite las libertades democráticas básicas.
Ante el hecho de que el Congreso Nacional ha retrasado la aprobación de reformas necesarias como la implementación de una segunda vuelta electoral, la separación de las elecciones presidenciales y legislativas, y la ciudadanización de las mesas electorales, medidas que habrían fortalecido la credibilidad del proceso tanto primario como general.

Juan Carlos Aguilar, apuntó que aún es posible realizar reformas al sistema electoral, especialmente a nivel institucional, para mejorar los procesos democráticos. Sin embargo, subrayó que «el problema es que la ley solo se modifica con 86 votos, y se necesita mayoría calificada, y lo que no existe es voluntad política para hacerlo».
El representante de la ASJ propuso que, ante la falta de reformas legislativas, podría optar por una «autorregulación» a través de reglamentos impulsados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), la Unidad de Política Limpia y el Tribunal de Justicia Electoral (TJE). Además, mencionó la importancia del papel de la Fiscalía de Delitos Electorales y la Corte Suprema de Justicia para mejorar los procesos.
Por su parte, Joaquín Mejía, destacó la necesidad de una reforma electoral integral y retomar las recomendaciones realizadas por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, así como por las misiones de observación electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en 2017, 2021 y su misión de seguimiento en 2023. Recordó que estos informes subrayan la urgencia de «ciudadanizar» los órganos electorales para evitar que estén controlados exclusivamente por partidos políticos.
Asimismo, los entrevistados coinciden en que uno de los aspectos claves a mejorar para evitar los mismos errores en las elecciones generales, es la planificación del proceso electoral desde el inicio, asegurando que las decisiones se tomen de manera colegiada y con un enfoque en el bien del país, no en intereses partidarios.

Sugieren a los consejeros del CNE, quitarse la camisa del partido que representan y pensar en el proceso, porque esas decisiones pueden cambiar el rumbo del país.
Asimismo, recalcan la necesidad de contar con los recursos adecuados, especialmente un presupuesto suficiente para contratar tecnología avanzada, y garantizar la entrega oportuna de material electoral.
El papel de los partidos de cara a las generales
Los expertos indican que tomando en cuenta que el sistema democrático está en riesgo, todos los que aspiran a un puesto de elección popular juegan un papel preponderante con sus acciones y propuestas para las elecciones generales.
Ante todo, lo acontecido y que mucho se habla del riesgo al que se enfrenta el sistema democrático se remarcan datos importantes como el Índice de Democracia 2023 de The Economist que clasifica a Honduras como un «régimen híbrido» con una calificación de 4,98 sobre 10, advirtiendo sobre el riesgo de caer en el autoritarismo.
Otro dato a tomar en cuenta es uno establecido en sondeo del ERIC-SJ que revela que el 84 % de la población desconfía de los partidos políticos, el 83 % del Congreso y el 81.4 % del Consejo Nacional Electoral.
“Parecía que habíamos dejado atrás el bipartidismo para dar paso a un tripartidismo más democrático, pero el tripartidismo nació con los mismos vicios”, lamentó el doctor en derecho Joaquín Mejía. Las denuncias de compra de votos y alteraciones de actas siguen presentes, y la percepción de fraude ha aumentado tras las primarias.
Ante este escenario es fundamental la unidad de la oposición, pero más allá de esa unión o coalición es el verdadero propósito de cambio para ofrecer desarrollo al país.

De cara a las elecciones generales de noviembre, la abogada constitucionalista Ruth Lafosse expresó que una coalición de la oposición podría representar una salida viable para Honduras ante la actual incertidumbre política. Según Lafosse, los partidos políticos deben demostrar que sus intereses partidistas y egos están subordinados al bienestar del país, y que verdaderamente desean proteger la democracia y transformar la nación.
«Veremos si en realidad los partidos políticos están dispuestos a transformar este país para tener un mejor destino. Una de las maneras en que podrían cambiar las cosas es unirse con un solo enfoque de país y la verdadera voluntad de hacer cambios estructurales para el beneficio de la población», manifestó la experta.
A renglón seguido, destacó que, pese al desgaste de credibilidad de las instituciones, los partidos políticos siguen siendo los principales canales de expresión y representación democrática en el Congreso Nacional. «Al final de cuentas, son los canales de expresión política sobre los cuales la democracia viabiliza una representación delegativa. Necesitamos saber si realmente están comprometidos con el bienestar de Honduras», subrayó.
Por otra parte, los expertos concuerdan en que los políticos deben reflexionar y presentar verdaderos planes de trabajo con propuestas realistas, al tiempo que criticaron la dinámica de las campañas electorales en el país, donde se ha dado prioridad a desacreditar a los oponentes y acusar de diversas situaciones, olvidando las propuestas concretas.
Para entrevistados los temas prioritarios siguen siendo los mismos porque por décadas la clase política no ha dado respuestas y por ello sus propuestas deben ser en temas de prioridad como la reducción de la pobreza, la creación de empleo, la mejora del acceso a la salud y la educación, así como la seguridad, disminución de la migración y el desplazamiento forzado.

Esperanza en medio de la incertidumbre
A pesar del panorama complejo, algunos expertos destacan la creciente conciencia política de la juventud hondureña. «Hoy el joven está informado, sabe por quién votar y a quién descartar. Hay una firmeza en la ciudadanía de querer defender nuestra democracia y nuestra libertad», comentó Lafosse, quien destacó el potencial del voto consciente para cambiar el rumbo del país.
El reto ahora es garantizar que ese deseo de cambio no sea silenciado por las irregularidades y que lo ocurrido el 9 de marzo no quede solo como una anécdota más en la historia electoral de Honduras.
Ya las elecciones primarias marcan un momento clave, en la historia y el 9 de marzo se dio una muestra de la fortaleza cívica de la población y un mensaje claro para los políticos, y para lo que se quiere para las elecciones generales porque no se trata solo de votar sino de exigir cambios y defender la democracia. LB