San Pedro Sula – Un gran movimiento militar se observó desde tempranas horas de la mañana de este martes en la Penitenciaría Nacional de San Pedro Sula, previo al traslado de 378 reos al centro penal de máxima seguridad de Ilama, Santa Bárbara, conocido como El Pozo, mediante la denominada Operación Arpía II.
-Entre los trasladados figuran colombianos, panameños, guatemaltecos y salvadoreños, pero la gran mayoría son hondureños.
En ese sentido, un fuerte contingente de miembros de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, se apostaron en las afueras del penal sampedrano para ejecutar el operativo de trasladado.
Para realizar la gigante operación, se han establecido varios anillos de seguridad en los alrededores del centro penal de San Pedro Sula, localizado en el barrio Cabañas, colindante con el bulevar Juan Pablo II.
Información preliminar que se maneja es que no se trata del traslado de reos que pertenecen a las pandillas Mara Salvatrucha (MS) o la Mara 18, sino de otros privados de libertad considerados de alta peligrosidad.
Entre los trasladados figurarían miembros del grupo conocido como “Los Paisas”, los que ya en ocasiones han provocado hechos violentos en el interior del centro penal sampedrano.
Sobre el recinto carcelario sobrevuela una avioneta y se espera que también helicópteros apoyen el traslado masivo de los privados de libertad hacia El Pozo.
La operación es supervisada por el propio presidente Juan Orlando Hernández desde una de las oficinas del 911.
El pasado 15 de marzo se realizó el traslado desde el centro penal sampedrano hacia El Pozo de 755 reos pertenecientes a la MS y a la Mara 18.
Con ese traslado, varios sectores de San Pedro Sula, incluido el empresariado han reconocido que con el trasladado de los reos de las pandillas, los hechos violentos se han reducido en esta ciudad.
Un convoy acompañado de patrullas y el sobrevuelo de helicópteros escoltó a los pandilleros, supuestamente líderes de bandas criminales.
Asimismo, en Tegucigalpa se observa un gran movimiento de vehículos militares que presuntamente se trasladan a la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, localizada en la aldea de Támara, Francisco Morazán, en la periferia norte de la capital hondureña.
