Por: Otto Martín Wolf
Aún en estos tiempos en que la información fluye a la velocidad de la luz y casi sin restricciones por todo el mundo, hay gente que cree las cosas más inverosímiles y, como contraparte, no cree algunas que son evidentes y no admiten dudas.
Entre los más trastornados mentales se encuentran unos que juran y perjuran que la Tierra es plana, cosa que ya en la edad media algunos no creían.
El llamado grupo de los “Terraplanistas” dice tener más de cuatrocientos mil miembros a nivel mundial.
No lo dudo, creo que en todo el planeta hay mucho más de cuatrocientos mil imbéciles, muchos más.
No me canso de repetir la famosa frase de Einstein: “Creo que hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana… y no estoy muy seguro del universo”.
A raíz del cincuenta anivesario de la llegada del hombre a la Luna, de nuevo surgieron por aquí y por allá (brotando como el hongo de la estupidez en el campo de cultivo del conocimiento y la lógica) un pequeño grupo de formado por quienes no creen que de verdad el hombre puso su pie ahí (en la Luna, no en ese campo de cultivo, que conste).
Debo aclarar que en una democracia (y aún en las dictaduras) cada uno tiene derecho a creer lo que quiera, sin importar lo estúpido o ilógico del asunto.
Me han escrito diciendo que si de verdad yo creo que el hombre es descendiente de una cosa llamada “los reptilianos”. Definitivamente creo que ven demasiado un programa de TV llamado “Alienígenas Ancestrales”, según el cual casi todo se debe a seres extraterrestres y otras fantasías.
Presentadas con gran realismo visual, muchas de sus teorías parecen convincentes, hasta que uno las enfrenta contra la verdad incuestionable de la evidencia.
Entendámonos: Lo que usted crea, lo que yo crea no tiene importancia ni validez, lo único que cuenta es aquello que se puede probar con evidencia científica incuestionable.
Dentro de la teoría de la conspiración hay quienes sostienen que en un lugar de los USA llamado Roswell se estrelló una nave extraterrestre hace unos sesenta años.
No hay pruebas, la Fuerza Aérea de los USA declaró que se trataba de un globo para estudiar el clima.
La mayoría de la gente aceptó la versión, no había razón para mentir.
Yo, en lo personal, me niego a contactar extraterrestres que, después de viajar desde otro sistema solar, en naves de alta tecnología, llegan a la Tierra y chocan como si se tratara de un rapidito o un taxi-suicida de los que vuelan por nuestras calles.
Yo deseo encontrar vida inteligente extraterrestre pero no esa clase de viajeros estúpidos.
Si de verdad existieran y quisieran hablar conmigo, juro que me niego a saludarlos… creo que a mi edad ya conocí la cantidad de imbéciles permitida para cada ser humano.