Tegucigalpa – Hace 7 años, la noticia del fallecimiento del cantautor Guillermo Anderson, sacudió a Honduras. La voz del embajador artístico por excelencia de Honduras se apagó, dejando un legado artístico que hoy sigue haciéndose escuchar.
Anderson murió el 6 de agosto de 2016 en su ciudad natal La Ceiba, Atlántida, Caribe de Honduras tras librar una batalla contra el cáncer y con 54 años de edad.
El artista, un apasionado del mar, se caracterizó por imprimir en sus canciones amor, fe y esperanza, y con su música se identificó con todos los sectores sociales de Honduras.
A siete años de su partida, al autor de «Cipota de barrio», «María Dolores», «La fuerza que tenés», «Pensando en vos», «Llevarte al mar», «Chago», «Capitán Morris», «El tesoro que tenés» y «Pobre Marinero», se le sigue extrañando.
Guillermo Anderson, nació el 26 de febrero de 1962, hizo su primaria en la Escuela Mazapán de La Ceiba y la secundaria en el Instituto San Isidro de esa ciudad.
Se graduó en Letras con énfasis en literatura hispanoamericana de la Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos en 1986, donde también hizo estudios de teatro y música.
El cantautor encontraba su inspiración en lo cotidiano, en la niñez, la juventud, los abuelos, los ríos, el bosque, los pantanos, las frutas y las flores; le cantaba al sol, la luna, al amor y a la patria.
En 2005 lanzó los álbumes Encarguitos del Caribe, Costa y Calor, y Pobre marinero, dejando su huella en el país con sus temas dedicados a los inmigrantes hondureños, a los jugadores de fútbol y a su ciudad natal, La Ceiba, entre otras producciones, figurando el tema «En mi país», que es como el segundo himno nacional de los hondureños. VC