Tegucigalpa – Seis ciudadanos hondureños comenzaron el 2017 pendientes de las acciones de sus abogados en las cortes judiciales de Estados Unidos, ya que sus vidas dependen de ellos.
– Solo en California en la prisión de San Quintin hay tres hondureños, mientras en Texas se encuentran dos y uno en la Florida. Uno su condena fue anulada y deberá enfrentar nuevo juicio.
Estas seis personas se encuentran en el llamado “Corredor de la muerte”, como se define al área de la prisión donde se encuentran confinados, tras ser condenados a la pena de muerte.
Inicialmente eran siete los connacionales que estaban en la antesala de la sala de ejecución en prisiones de tres estados norteamericanos, pero recientemente uno de ellos recibió un fallo judicial favorable, donde se anuló la condena a la pena de muerte.
Los seis hondureños, de acuerdo a información proporcionada por la Secretaría de Relaciones Exteriores, se encuentran en prisiones en los estados de Florida, Texas y California.
La misma secretaría establece en un Informe de Casos de Pena de Muerte que en los “últimos seis años hemos logrado evitar que se le dicte la pena de muerte y/o la ejecución a siete connacionales”.
Datos de conocedores en materia criminal en Estados Unidos, establecen que Honduras es la segunda nación centroamericana que cuenta con la mayor cantidad de sus ciudadanos con condena a muerte en las prisiones norteamericanas, superado únicamente por El Salvador que tiene a ocho de sus connacionales en esas circustancias.
Condenados en Texas
En la Unidad de Polunsky, Texas se encuentran dos hondureños en el corredor de la muerte.
El primero es identificado en el informe oficial de la Cancillería como “Caso # 1”, originario de Francisco Morazán y condenado a pena de muerte el 17 de septiembre de 1997 por el asesinato de la hispana Santiaga Paneque, en 1995 mientras perpetraba un robo.
Medios de prensa y diversos sitios especializados lo identifican como Carlos Manuel Ayestas.
El informe oficial señala que en abril del 2016 su defensa presentó dos peticiones diferentes.
Mientras en la misma prisión se encuentra el “Caso # 2”, acusado por la muerte de la adolescente hispana Esmeralda Alvarado, quien fue violada y asesinada. Además del hondureño, otras dos personas fueron inculpadas.
También se le sindica de la muerte de otras dos mujeres, de acuerdo a reportes de la policía y la corte, divulgados por la prensa hispana estadounidense.
La espera en Florida
Mientras en el estado de Florida se encuentra el “Caso # 3”, el cual es originario del departamento insular de las Islas de la Bahía.
El informe de la Cancillería destaca que fue condenado a muerte el 19 de junio de 1998 por el asesinato de Lawrence Goodine y asesinato y violación de la menor Jessica Goodine.
En los documentos oficiales de la corte y los sitios especializados es identificado como Seburt Connor, quien tenía una relación extramarital con Margaret, la madre de Jessica y esposa de Lawrence.
Espera su condena en la Union Correctional Institution.
Mientras el “Caso # 4” del informe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, referente a los hondureños condenados a muerte, se encuentra encarcelado en la Prisión de Raiford al norte de Florida.
Condenado a muerte en junio del 2006 por los supuestos asesinatos de Cheryl Williams y Carol Bareis, de acuerdo al reporte oficial.
El acusado es el hondureño Clemente Javier Aguierre y el Tribunal Supremo de la Florida, ordenó el octubre del año pasado anular las condenas a muerte y que se inicie un nuevo juicio.
La decisión se basó en que Samantha Lee Williams, nieta de Cheryl e hija de Carol confesó a varias personas ser la autora de la muerte de su abuela y su madre e inculpó a Aguirre.
La mitad en California
El “Caso # 5” se encuentra en la prisión estatal de San Quintin, en California, acusado de asesinar el 2001 a una mujer. Es identificado como Johnny Morales, quien fue condenado a muerte el 2005
Igualmente, en San Quintin está el “Caso # 6”, quien es originario de San Pedro Sula.
Condenado a muerte en marzo de 1995 por supuestos asesinatos.
Es identificado por varios medios de prensa como Edgardo Sánchez Fuentes, acusado de disparar contra un policía.
Mientras el “Caso #7” también se encuentra en la cárcel californiana de San Quintin. Oriundo de Victoria, Yoro. Es el condenado más reciente, ya que apenas el 2013 escuchó el veredicto.
En todo caso, estos compatriotas ya tienen precedentes, ya que el primer hondureño condenado a muerte y ejecutado por inyección letal fue José Roberto Villafuerte en 1998 en Florence, Arizona.
El último fue Heliberto Chi Aceituno, ejecutado en Texas el 2008, acusado y condenado por matar a su exjefe.