* Zelaya y Chávez admiten que regreso es difícil, pero protestantes reciben “aliento”
* De la lucha inicial por el regreso de Zelaya al poder, ahora buscan sus propias agendas los diferentes grupos que integran la «resistencia»
Mientras los “zelayistas” provocaron actos de violencia contra el candidato liberal Elvin Santos y sus seguidores en la sureña ciudad de Choluteca, el depuesto Manuel Zelaya parece sentirse cómodo ya en su papel de “presidente en el exilio” y el “gobernante reconocido por la comunidad internacional”, aunque sin ninguna función específica, más que el de viajero internacional.
Los propios gobiernos que le “reconocen” no han ido más allá de su respaldo diplomático y el retiro de cualquier funcionario o cancelación de programas especiales, pero ninguno se ha atrevido a cerrar sus embajadas en Tegucigalpa y suspender su comercio con Honduras.
De hecho Venezuela y Argentina, que tomaron medidas contra Honduras y fueron reciprocadas, se niegan a retirar a su personal diplomático en Tegucigalpa, con la excusa que no reconocen al gobierno interino de Roberto Micheletti.
Chávez y Zelaya reconocieron que es “difícil” un regreso del segundo al poder en Tegucigalpa, mientras otros apuestan a una solución vía “Acuerdo de San José”, el cual a medida que avanza el tiempo es inaplicable.
El “Acuerdo de San José” fue elaborado por el presidente Oscar Arias y en el mismo establece un regreso condicionado de Zelaya y la aplicación de una amnistía política, pero ha sido rechazado por Micheletti y otros poderes del Estado aunque se mantienen abiertos a las conversaciones.
Resistencia
Pero los llamados miembros de la “resistencia” parecen insistir en su tarea, ya más con agenda propia que con el deseo del regreso de Zelaya, mientras los sectores gremiales estatales la utilizan para reafirmar sus especiales liderazgos.
A más de dos meses que Zelaya fue destituido de su cargo por el Congreso Nacional y la Corte Suprema de Justicia ordenara su arresto, a los “melistas” y otros sectores rechazan cesar sus marchas, aunque su objetivo central ya es inalcanzable.
Pero es que la llamada “resistencia” o sencillamente a los seguidores de Zelaya parecen haber encontrado en los hechos del 28 de junio un nuevo renacer para su identidad gremial o ideológica.
Docentes
Pero el mayor peso de la “resistencia” en las marchas está a cargo de los docentes de media, que se suman a las mismas con la finalidad de mantener su inveterada costumbre de casi 15 años de no ofrecer clases a los cientos de miles de estudiantes.
A pesar que supuestamente el mismo Zelaya les pidió no interrumpir las clases, los dirigentes gremiales del magisterio mantienen su tesis de que las calles son más importantes que los salones de clases.
Antes fueron los reclamos por aumentos salariales, bonificaciones especiales, pagos a maestros con atrasos y hasta contratación de miles de docentes los que mantenían la causa vigente, pero ahora se aferran a la causa de Zelaya para no realizar su trabajo para el cual reciben muchos salarios.
Izquierda
Mientras los pequeños grupos de izquierda lograron reencontrar su espíritu de combate contra lo que llaman la oligarquía local, la cual habían perdido tras la caída del Muro de Berlín, la disolución de la Unión Soviética y su bloque, así como el fin de la primera etapa del gobierno sandinista en Nicaragua.
Pero ahora los bloques de izquierda (intelectuales, estudiantes, y un sector de Unificación Democrática) parecen haber encontrado en Zelaya la causa de su existencia y recuperar la fe de su combate, la cual se encontraba en una especie de hibernación ideológica durante más de una década.
Así reaparecieron los olvidados y casi oxidados frentes estudiantes universitarios del Fru y la Fur, sus equivalentes de secundaria, y si por las paredes se trata la URP regresó a la vida, así como otros grupos más radicales como la Juventud Morazánista.
Luchas intestinas
En medio del hibrido que conforma la resistencia no se quedan por fuera las luchas intestinas por el control interno del movimiento y por el poder que pudiera lograrse de cara a un lejano éxito de la lucha.
Un miembro de la resistencia comentó a Proceso Digital que existen dentro del movimiento una “resistencia contra el golpe”, conformada por los adormecidos socialistas de los años 70 y 80; una “resistencia xiomarista” comandada por la ex primera dama, Xiomara Castro, familiares de ex dignatario y colaboradores cercanos como la ex directora del INAM, Doris García.
Otro bloque “zelayista” es la denominada “resistencia udeísta, a punto de la extinción y la llamada “resistencia liberal” que agrupa algunas estructuras de seguidoras del ex presidente y a líderes políticos del oficialista partido liberal que se encuentran fuera de los cuadros del presidenciable Elvin santos y quienes planifican obtener réditos políticos en sus haberes particulares. 
