Quince personas testificaron en el juicio de JOH

Tegucigalpa – Un total de 15 personas, 11 de la Fiscalía de Nueva York y tres de la defensa, testificaron durante el juicio que enfrenta el expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022) en Estados Unidos por cargos de narcotráfico.

En 12 días de juicio, estas 15 personas comparecieron en la Corte del Distrito Sur de Nueva York para dar su testimonio de cómo conocieron e interactuaron con el acusado.

Estas declaraciones sirven como pruebas para ambas partes procesales y que contribuirán como insumos para otras 12 personas que fungen como jurados y decidirán el futuro del exmandatario hondureño.

Pese a que hubo declaraciones de testigos que duraron tres días y que daba la apariencia que el juicio podría extenderse más de lo previsto, el juez Kevin Castel impuso límites y logró que los testimonios fueran evacuados en 12 días, siempre del plazo de dos a tres semanas.

José Sánchez “El Contador” (21 de febrero)

El primero de la Fiscalía de Nueva York fue identificado como José Sánchez, un contador que laboraba en la empresa “Graneros Nacionales” y que fue testigo del soborno que entregaron narcotraficantes al acusado.

Este testigo está vinculado al juicio y condena a cadena perpetua por narcotráfico que recibió el hondureño Geovanny Fuentes Ramírez.

Relató que la empresa le entregó recursos para financiar las campañas electorales de tres exmandatarios hondureños: Manuel Zelaya Rosales (2006-junio de 2009), Porfirio Lobo Sosa (2010-2014) y Juan Orlando Hernández (2014-2022).

Confirmó que Hernández Alvarado recibió un cheque de 250 mil lempiras de “Graneros Nacionales”.

En cuanto al acusado, “El Contador” dijo que sostuvo reuniones con su jefe Fuad Jarufe en “Graneros Nacionales” para la campaña electoral de 2013, donde hablaron sobre la protección que iba brindar el exmandatario para el tráfico de drogas.

Además, indicó que Juan Orlando Hernández ayudaba a Geovanny Fuentes para borrar su expediente respecto al caso del laboratorio de drogas.

Alexander Ardón (21-23 de febrero)

El segundo testigo fue el exalcalde de El Paraíso en Copán, Alexander Ardón, quien inició diciendo que el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “Chapo” Guzmán, le entregó al acusado un soborno de un millón de dólares.

Narró que conoció al acusado en 2009 y éste le prometió que lo iba a proteger para impedir que fuera investigado y que a cambio le colaboraría política y económicamente.

El exedil de El Paraíso en Copán, Alexander Ardon

Ardón señaló que el hermano del acusado Juan Antonio “Tony” Hernández estaba implicado en el narcotráfico, donde le entregaron el dinero para la campaña electoral de JOH.

Ratificó que su hermano Hugo Ardón fue director del Fondo Vial y que Hernández Alvarado le prometió arreglar la carretera para que no hubiera obstáculos en el transporte de la droga.

Confesó que por incursionar en el narcotráfico ganó 200 millones de dólares y que recibió en dos ocasiones al “Chapo” Guzmán en su casa.

El exedil admitió que llegó a la comuna de El Florido mediante fraude electoral en la que sobornó a Porfirio Lobo Sosa en 2008 por dos millones de dólares.

“AA”, como era conocido en el mundo del narcotráfico, dijo que utilizaba armas como bazucas para hacer estallar vehículos blindados, M-16 y AK-47.

Miguel Reynoso, agente de la DLCN 23-26 de febrero

El tercer testigo es el agente Miguel Reynoso de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), quien participó en el decomiso de las “narcolibretas” que estaban en posesión de Nery López Sanabria, mejor conocido como Magdaleno Meza.

Un miembro de la DLCN compareció en el juicio para hablar del decomiso de las narcolibretas que aparecen pagos a JOH.

En estas libretas estaban los pagos que se hicieron a los hermanos Juan Orlando y Tony Hernández producto de las actividades del narcotráfico.

Manuel Prado 26 de febrero

El cuarto testigo fue Manuel Prado, quien era el perito encargado de los audios, quien admitió que había un error en cómo estaba escrito el apellido de Tony Hernández. Finalmente fue rechazado como testigo.

Jennifer Taul 26 de febrero

La quinta testigo fue la agente de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Jennifer Taul, quien expuso la ruta del tráfico de drogas por Latinoamérica hasta llegar a su destino en Estados Unidos.

Una agente de la DEA testificó en el juicio sobre como se movilizaba los cargamentos de droga desde Colombia hacia EEUU, y el papel que tenia Honduras en la ruta del narcotráfico.

En el caso de Honduras, dijo que la droga se movilizaba desde la ciudad de San Pedro Sula hacia el municipio de El Florido en el departamento de Copán, zona donde los cárteles mexicanos poseían una influencia significativa.

La cocaína sería trasladada de Colombia a Venezuela y luego enviada en avión a Honduras, para pasar por Guatemala, México y llegar a EEUU.

Luis Pérez 26-27 de febrero

La Fiscalía de EEUU presentó al sexto testigo como Luis Pérez, quien fue identificado después como Alexander Monroy Murillo (exmiembro del Cártel de Sinaloa), quien confirmó que le entregó fondos para la campaña electoral del acusado en 2013.

Confesó que traficó 200 mil kilos de cocaína a través de Honduras y contribuyó a Juan Orlando Hernández con dos millones 400 mil dólares.

Dijo que fue acusado por el gobierno de EEUU, se entregó, declarándose culpable en 2015 y sentenciado a prisión y que se convirtió en colaborador de la Fiscalía con la esperanza que le redujeran las penas.

Asimismo, reveló que entregaba fondos a la campaña electoral de Hernández Alvarado en 2013 dando el dinero a un personaje llamado “Mario”, quien lo identificó como el segundo funcionario de mayor rango en Puerto Cortés en ese año.

Agregó que “Mario” le introdujo a Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo y el excongresista liberal Fredy Nájera, ambos sentenciados en EEUU.

Dijo que “Mario” le había solicitado un millón de dólares para la campaña de Hernández Alvarado, y que le pagó en dos ocasiones por un valor de 500 mil dólares cada uno.

Denis Leonel Rivera 27-29 de febrero

El séptimo testigo fue Devis Leonel Rivera Maradiaga, líder del cártel de Los Cachiros, en prisión en EEUU, dijo que conocía al acusado como “Juan”, “JO” o “Juancho”.

Contó que sobornó a Hernández Alvarado en 2012 cuando viajó a la ciudad de Tegucigalpa para entregarle el dinero a Hilda Hernández, hermana del expresidente hondureño y fallecida en un accidente aéreo en 2017.

A cambio del dinero, se esperaba protección para la organización de “Los Cachiros”, liderados por su hermano Javier Rivera Maradiaga y su persona, más contratos gubernamentales para sus negocios.

También hizo lo mismo con el antecesor del acusado, Porfirio Lobo Sosa a través de su hijo Fabio Lobo, en la que les ayudaron dándole contratos del gobierno a su empresa denominada “Inrimar” a cambio de sobornos.

Fabio Lobo tenía escolta de seguridad presidencial por ser hijo de un gobernante, por lo tanto, podría ir delante de ellos para ayudar con el transporte del camión cargado de drogas, expresó.

Uno de los líderes de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera, testificó de sobornos a JOH mediante su hermana Hilda Hernández.

Sobre la entrega de dinero al acusado, contó que empezó mediante una fiesta de cumpleaños a Ramón “Moncho” Lobo, hermano de Porfirio Lobo, donde estaban Javier Rivera Maradiaga, Juan Orlando Hernández, el narcotraficante con cadena perpetua Neftalí Duarte Mejía y otros.

Durante la fiesta, su hermano Javier Rivera le habló por teléfono para comunicarle que estaba Juan Orlando Hernández, donde éste último prometió ayudarles con el narcotráfico y protegerlos de la extradición

Posterior a la fiesta de cumpleaños, se reunió en la casa del entonces diputado nacionalista Óscar Nájera para tener una llamada telefónica con el acusado para coordinar la entrega de dinero.

La entrega de dinero la hizo su hermano Javier Rivera, quien se lo dio a Hilda Hernández, hermana del acusado, en la ciudad de Tegucigalpa, contó.

En cuanto a Tony Hernández, recordó que tuvo una reunión en un hotel de la capital hondureña, donde también estuvo presente el abogado del exdiputado Óscar Ramírez con el fin de acelerar el pago del dinero del gobierno de Honduras a la empresa INRIMAR.

Resaltó que en 13 años dedicados al narcotráfico ganó 55 millones de dólares, pero que el gobierno le incautó propiedades.

Ratificó que empezó a trabajar con la DEA en octubre de 2013 colaborando a través de videos y que se entregó a EEUU en enero de 2015.

Andrea Santos 29 de febrero

La octava testigo fue Andrea Santos, quien se identificó como expareja de Yulan Adonay Archaga Carías, alias “El Porkys” (uno de los líderes de la Mara Salvatrucha).

Relató que vive en Estados Unidos desde 2016, pero que fue pareja de “El Porkys” por un año.

El pandillero le había pedido que ella se encargara de empacar cargamento de crack como vía de transporte, indicó.

Daniel McNamara 29 de febrero

El noveno testigo es Daniel McNamara, agente de la unidad de investigaciones bilaterales del Hemisferio Occidental, quien señaló que “El Porkys” tenía miedo que el exmandatario asignara un equipo de élite para matarlo.

Indagó sobre las llamadas que hizo “El Porkys”, en las cuales se reveló que poseía el número telefónico de Geovanny Fuentes Ramírez.

“El presidente asignó un equipo para matarlo antes de que sea un inconveniente si los estadounidenses lo arrestan y se lo llevan”, decía uno de los mensajes intervenidos.

Fabio Lobo 29 de febrero-1 de marzo

El décimo testigo fue Fabio Lobo, hijo de “Pepe” Lobo, quien afirmó que su padre, como el acusado, recibieron sobornos de narcotraficantes, incluso aseguró que mantuvo una “relación cercana” con Hernández Alvarado.

Confesó que durante su juicio en EEUU mintió para proteger a su padre de ser acusado por narcotráfico.

Dijo que sobornó en dos ocasiones al acusado para la campaña electoral presidencial en 2013, pero que la primera ocasión que hablaron de drogas fue en 2009.

La primera entrega fue de 200 mil dólares a Hilda Hernández en un helipuerto de Tegucigalpa y, la segunda fue de 250 mil dólares en su casa.

El hijo del expresidente Porfirio Lobo, Fabio Lobo, testificó que Juan Orlando Hernández estaba implicado en el narcotráfico junto con su hermano Tony Hernández.

Garantizó que sabía de la entrega de un millón de dólares que dio “El Chapo” Guzmán a Juan Orlando Hernández.

También reveló que la información que conseguía del equipo de inteligencia de la Policía Nacional se los otorgaba a Los Cachiros, era proporcionada por Julián Pacheco, exministro de Seguridad.

Asimismo, recordó que sostuvo una reunión con el acusado y Tony Hernández en un restaurante de la capital hondureña en 2009 para hablar de un avión que habían secuestrado, la mercancía de mil 200 kilos de cocaína y cómo se distribuirían los gastos.

Mario Guillermo Mejía 1 de marzo

El undécimo testigo de la Fiscalía fue el exoficial de la Policía Nacional, Mario Guillermo Mejía Vargas, quien reconoció que ordenó la muerte del fiscal Orlan Chávez en 2013, considerado como el “Fiscal de Oro”.

Aunque el testigo fue presentado ante el jurado con el seudónimo de Giovani Rodríguez.

Argumentó que ordenó el crimen porque el fiscal estaba investigando a un primo suyo que se dedicaba a actividades de narcotráfico.

Igualmente, señaló que fue compañero del oficial Mauricio Hernández Pineda, quien se declaró culpable antes del juicio, admitiendo que estuvieron implicados en el acompañamiento de los cargamentos de droga que eran transportados por el territorio hondureño.

Bajo el pseudónimo de Giovani Rodríguez, el exoficial de la Policía confesó ser el autor intelectual de la muerte del «Fiscal de Oro», orlan Chávez; así como de disfrutar de fiestas con su compañero Mauricio Hernández en la casa de Tony Hernández.

El exoficial de la Policía indicó que se entregó a las autoridades de EEUU en 2016 cuando vio que era implicado en el narcotráfico a través de los noticieros televisivos.

Confesó que proporcionó información sobre los controles y operaciones policiales a los narcotraficantes.

Giovani Rodríguez indicó que en una ocasión Mauricio Hernández Pineda le contó que estaba siendo protegido por los hermanos Juan Orlando y Tony Hernández, recordó.

Reveló que con su acuerdo de cooperación, su sentencia en EEUU es de 15 años de reclusión.

John Miller 4 de marzo

El último y duodécimo testigo de la Fiscalía fue John Miller, oficial de Control de Armas de Fuego de la División de Tecnología de Armas de Fuego y Municiones de la ATF.

Describió detalladamente el funcionamiento de un arma en exhibición, señalando su capacidad semiautomática y destacando el contenido del cargador como munición.

Es que durante el juicio se presentaron armas como M-16, en la que la Fiscalía argumentó su presentación como una amplia evidencia contra el acusado.

Tulio Armando Romero Palacios 4 de marzo

El primer testigo de la defensa fue el general de brigada Tulio Armando Romero Palacios, quien se presentó como asesor del jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras y que conoce al acusado desde 1983 en un colegio militar del norte del país.

Dijo que estuvo en el equipo de seguridad del acusado desde 2010, cuando él era presidente del Congreso Nacional.

El general de brigada Tulio Armando Romero Palacios advirtió a JOH que el hermano de éste, Tony Hernández, se relacionaba con narcotraficantes.

Sobre la reunión que sostuvo JOH con Fuad Jarufe en Graneros Nacionales, contestó que se reunieron en dos ocasiones, pero que los dejó solos, sin la compañía de alguien más.

No obstante, que en una ocasión, le advirtió al acusado de que su hermano se llevaba con narcotraficantes, pero que éste ya le había pedido que dejará de reunirse con estos personajes.

Javier Rene Barrientos Alvarado 5 de marzo

El segundo testigo de la defensa es el general de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), Javier René Barrientos Alvarado, quien tuvo una breve comparecencia.

El excomandante de la Fuerza Aérea Hondureña, Javier René Barrientos, tuvo una breve comparecencia en su testimonio.

Comentó que trabajó en el equipo de la seguridad del exmandatario y que conocía el sistema de radar hondureño.

Willy Joel Oseguera 5 de marzo

El último testigo de la defensa fue el general Willy Joel Oseguera, quien describió su entrenamiento.

Afirmó que él lideró equipos de la Policía Militar en contra del narcotráfico y que durante la gestión del acusado se aprobaron leyes para combatir este flagelo.

El general Willy Joel Oseguera fue jefe de la Policía Militar durante la administración de JOH y afirmó que el acusado combatió el flagelo del narcotráfico.

Dijo que fue jefe del Ejército hondureño solo por 45 días, debido a un cambio en la administración del país. (PD).

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