San Juan – Puerto Rico se ha propuesto incentivar la producción local de alimentos para tratar de reducir la dependencia que tiene del exterior, donde compra el 85 % de lo que consume, un porcentaje que quiere reducir a al menos el 75 % en dos años.
«Tenemos un problema sumamente serio en materia de seguridad alimentaria», reconoció hoy a Efe el presidente de la Comisión de Agricultura, Seguridad Alimentaria, Sustentabilidad de la Montaña y de la Región Sur del Senado de Puerto Rico, Ramón Ruiz.
Esa comisión estudió hoy en una vista pública los resultados del Plan de Seguridad Alimentaria que ha puesto en marcha el Gobierno de la isla.
La secretaria del Departamento de Agricultura, Myrna Comas, defendió que este plan ha generado 6.273 empleos y permitió que, por ejemplo, se retomara el cultivo de arroz en la isla, tras tres décadas de abandono.
«Como parte del plan, el Gobierno compra parte de la producción agrícola local para suministrar los alimentos de escuelas, prisiones y hospitales», explicó Ruiz.
De hecho, parte de ese arroz que ya se está cosechando es servido regularmente en las escuelas públicas de la isla, según detalló el senador, que argumentó que en ocasiones los productores locales no tienen a quien vender porque los compradores prefieren productos extranjeros, que suelen ser más baratos.
Según la secretaria de Agricultura se ha registrado ya un aumento en la producción de guineos (plátanos), chinas (naranjas), mangos, melones y piñas. Sobre estas últimas, se trabaja también para que los agricultores sean capaces de generar su propia semilla.
«Este producto tiene un gran potencial, no sólo para el mercado local sino para el mercado institucional de EE.UU.», dijo.
Sin embargo, y según explicó Ruiz a Efe, en la actualidad Puerto Rico no exporta productos alimentarios porque ni siquiera puede atender su demanda interna.
Además de la agricultura, se intenta incentivar la producción de leche, un producto que está protegido en la isla con precios regulados, para que pueda competir con la importada.
Igualmente, se está financiando la producción de ganado de carne, el desarrollo de colmenas de abejas y ahora se quiere impulsar la producción local de pollo, que en su día llegó a atender el 50 % de la demanda local y ahora apenas llega al 10 %.
Comas reconoció que no se está avanzando mucho en la producción de carne de cerdo y pollo por problemas con la obtención de permisos para la disposición de desperdicios.
Otro de los principales problemas con que se enfrenta la producción local es la ausencia de mano de obra, en una isla que paradójicamente tiene una tasa de desempleo que duplica la de cualquier estado de EE.UU. y con una de las poblaciones activas más bajas del mundo desarrollado.
«Nos hemos encontrado con la situación de que faltan agricultores; estamos buscando agricultores», resumió Comas.
De hecho, y según dijo Ruiz a Efe, de los más de 14 millones de dólares que el Banco local de Desarrollo Económico tiene disponibles para financiar proyectos agrícolas, sólo se han otorgado 9 millones, ante la falta de solicitudes y los recelos de las autoridades ante algunas de ellas.
Y es que otro problema es la picaresca, que en el pasado se ha cebado con la concesión de incentivos económicos para proyectos agrícolas.
Durante la vista, el presidente de ese banco, Joey Cancel, dijo al respecto que en los pasados cinco años se perdieron por ello más de 20 millones de dólares y quedan otros 10 millones sin reembolsar.
En cualquier caso, el presidente de la comisión se mostró esperanzado en que los esfuerzos por reducir la dependencia alimentaria sigan dando frutos.
El objetivo, en el que se van a invertir 42 millones de dólares, según sus cifras, es que en dos años, hacia el final de la legislatura, las importaciones supongan entre un 70 y un 75 % del total, frente al más del 85 % actual.
Para ello insistió también en la necesidad de preservar los suelos destinados a la agricultura, ya que, aunque la tierra puertorriqueña es muy fértil, «también es muy escarpada, con el 70 % del área montañosa, lo que hace imposible su siembra».
«Tenemos unas tierras y unos recursos; hemos demostrado que la agricultura es capaz de generar estos alimentos y de crear empleos», añadió Comas, que lamentó que el segundo mayor proveedor de alimentos, tras EE.UU., sea China, en las antípodas del Caribe.
Mar Gonzalo