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Profesionales de la hipocresía

Pedro Gómez Nieto

En el anillo periférico podemos observar carteles publicitarios del ayuntamiento capitalino que dicen: “Te están engañando y mintiendo, el agua no se privatiza”. Un mensaje difuso y redundante porque quien engaña siempre miente. No obstante, tendría sentido la frase colocando las palabras en orden inverso: “Te están mintiendo y engañando…”, porque se puede mentir creyendo que lo que se dice es verdad, en cuyo caso no hay intención de engañar para obtener un beneficio. Sin dolo no hay malicia.  

El hipócrita es un mentiroso malicioso, un bellaco que engaña para aprovecharse de la situación. Finge cualidades y conocimientos que no tiene, sentimientos que no experimenta, buscando manipular las emociones para orientar comportamientos y beneficiarse. Jesus en los Evangelios denuncia la hipocresía de las autoridades religiosas, maestros de la ley y fariseos: “No imitéis su conducta, porque ellos mismos no hacen lo que enseñan”; “Son como sepulcros blanqueados, por dentro llenos de podredumbre”; “Les gusta sentarse en los lugares preferentes y ser saludados en público…”. Lo mismo que los fariseos portaban el atributo de la hipocresía, la sociedad percibe en la clase política la sombra de la corrupción. De tal manera que el político honesto, el servidor público que entiende su trabajo como vocacional, deberá alumbrar sus acciones para disipar dicha sombra que acecha por: acción, omisión, colusión, protección, y también indiferencia.

En una escena de la película “La caza del Octubre Rojo” el asesor de Seguridad Nacional le dice al analista de la CIA: Yo soy político, por lo tanto embustero y tramposo, cuando no beso a los niños les estoy robando sus caramelos, sin embargo eso no significa que no deje abiertas mis opciones”. Confesión que desnuda vicios profesionales: mentira (“embustero”); engaño (“tramposo”); manipulación del rebaño (“los niños”);  responsabilizar a terceros de los errores personales (“dejar abiertas mis opciones”)

Vivimos en sociedades hipócritas interconectados en las plataformas, donde la masa se crea perfiles ficticios para identificarse socialmente. En la película de ciencia ficción “Identidad sustituta”, la tecnología biocibernética permite que las personas se queden en casa mientras robots idénticos realizan sus actividades profesionales y sociales. ¿Se imaginan? Los narcisistas ya no tendrían que teñirse el pelo, estirarse la piel, inyectarse botox, maquillarse… Oscar Wilde se adelantó a la realidad virtual cuando en 1890 publica su novela “El retrato de Dorian Grey” utilizando el lienzo de un cuadro a modo de pantalla digital. El óleo con la imagen de Dorian va envejeciendo con el paso del tiempo, mostrando las secuelas de una vida de vicio y lujuria; paralelamente Dorian engaña al pueblo mostrando el mismo rostro que tenía cuando fue pintado.  

Mientras nuestras autoridades, bomberos, Cruz Roja, Policía Nacional, Ejercito y voluntarios entregan sus mejores esfuerzos para ayudar a los damnificados, ¿qué hacen los líderes de la oposición política? No vemos al locutor movilizando a su millón de electores articulando ayudas para el pueblo que tanto ama. Prefiere intimidar a Tyson Nuñez porque decidió unirse a una candidatura nacionalista: “Te están engañando. Te convertirás en traidor a la patria por apoyar a un partido de narcotraficantes. Te lo dice alguien que estudió para saberlo”. ¡Guau! ¿Qué estudio? Soberbia vomitiva, arrogándose el derecho de juzgar y condenar en lugar de sacarse la viga del ojo. Recordamos que en el PAC había deportistas; que en la red apareció fotografiándose cariñosamente con un activista, resultando ser un narcotraficante detenido después en USA por transportar droga. ¿Entonces? Tiene la desfachatez de insultar al millón cuatrocientos mil electores nacionalistas,  cuestionando la moralidad del Partido Nacional. Político mercenario, corrupto ideológico que cambió su ideario -¿tiene?- por la banda presidencial que le ofreció del socialismo chavista de Libre.

Su socio, el “honesto”, pide a la población que se cuiden y trasladen a los albergues, porque “solo el pueblo salva al pueblo”. ¡Fenomenal colaboración! Presumiendo de tener cien mil firmas es incapaz de ofrecer locales partidarios como albergues, centros de acopio, y movilizar un voluntariado. No esperen que reconozcan el trabajo de policías y militares, ni los miraremos junto a ellos cuando llevan toda la legislatura injuriando y calumniando ambas Instituciones: “delincuentes que transportan la droga del cartel”; “traidores a la patria”, porque no derrocaron al gobierno para ellos liderar un gobierno provisional. El distintivo de su movimiento es: “Rescatemos Honduras”. ¡Que pretencioso! Los damnificados esperan su ayuda.
«Mentimos mejor cuando nos mentimos a nosotros mismos». -Stephen King

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