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Preocupación por el extremismo en Gaza tras sufrir su primer ataque suicida

Gaza.- Hamás estrechó las medidas de seguridad en la frontera entre Gaza y Egipto tras un ataque suicida, el primero de este tipo en el enclave, en el que hoy murieron el atacante, presuntamente miembro del grupo Estado Islámico, y un policía de Hamás, y otros cinco agentes resultaron heridos.

Decenas de efectivos de seguridad de los islamistas que controlan la Franja han sido desplegados y efectúan controles en diferentes puntos de la ciudad sureña de Rafah, especialmente en las proximidades del paso fronterizo, donde esta madrugada ocurrió el suceso.

«Un miembro de las fuerzas de seguridad interior paró a dos personas que se acercaron a la frontera y, entonces, uno de ellos se hizo explotar», explicó en un comunicado Eyad Al Bozom, portavoz del Ministerio de Interior en Gaza.

Fuentes médicas identificaron al guardia de las Fuerzas de Control Internas fallecido como Nidal Yaafari, de 28 años, que también era comandante del brazo armado de Hamás, las brigadas de Azedín al Kasam, según aseguraron estas hoy en un comunicado.

«No dudaremos en defender al pueblo palestino y su tierra para proteger el proyecto de resistencia contra todas las amenazas», declaró la milicia en la nota.

Este excepcional incidente, el primer caso de un ataque suicida de radicales islamistas en la Franja, ha despertado preocupación en el enclave, donde fuentes locales aseguran que el autor es Mustafá Kulab, un miembro del Estado Islámico (EI) que supuestamente habría tratado de cruzar a Egipto para unirse a grupos armados yihadistas en el Sinaí.

Hamás, al frente Gobierno de Gaza desde 2007, no ha confirmado esa información ni la relación del ataque con el EI.

Uno de los miembros del movimiento Yihad Islámica, Nafez Azam, señaló que se trata de un acontecimiento «grave» que necesita «esfuerzos coordinados para resolver el problema, porque hacerlo solo a través de la seguridad no es suficiente».

«Lo que ha pasado en Rafah es un incidente extraño en Palestina y no puede ser aceptado, porque va en contra de nuestras tradiciones y la religión del pueblo palestino», aseveró Azam a la radio local Voz de Jerusalén.

Añadió que acabar con estos sucesos «requiere poner fin a la atmósfera de fanatismo que prevalece sobre el suelo palestino» y poner énfasis en «la solidaridad y la cultura de hermandad».

La formación de izquierdas Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) describió lo ocurrido como «un suicido cobarde» llevado a cabo por un miembro «del pensamiento subversivo takfiri (radicales islámicos)».

«Este terrible crimen contra efectivos de la seguridad durante el cumplimiento de sus obligaciones nacionales de defender las fronteras de la patria es un serio incidente», destacó el partido en una nota de prensa en la que llama a la unidad para «combatir y erradicar el terrorismo y las raíces» de ese pensamiento extremista.

Esta forma de pensar, advierte el FPLP, «se ha convertido en una amenaza a la estabilidad y la paz civil en Gaza, sirviendo a la ocupación israelí», y añade que debe impedirse «que los jóvenes palestinos caigan en este extraño e intrusivo pensamiento sobre costumbre, tradición y cultura del pueblo palestino».

El activista y defensor de los derechos humanos Mustafá Ibrahim también cree que debe haber una respuesta común, además de legal y de seguridad, para hacer frente «al fenómeno del extremismo».

«La violencia y el extremismo han crecido y se han desarrollado en un ambiente de pérdida de confianza, esperanza, asedio, división, pobreza, desempleo, encierro intelectual, frustración, serio deterioro de los valores, la fe religiosa y de quienes se valen de esto a nivel político», destaca. 

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