Tegucigalpa– Han transcurrido 365 días desde que las familias empezaran a evacuar sus viviendas ante la activación de una falla geológica que dejó la colonia Guillen en escombros y que hoy sus pobladores siguen en zozobra, pero muchos ya regresaron ante la falta de soluciones a su problema de vivienda.
-Nuevamente el peligro asoma con la inminente llegada del invierno.
-Los afectados tienen la ilusión de que sus viviendas sean entregadas, un año después de la tragedia.
La “zona cero”, como es conocido el sector donde se destruyeron alrededor de 180 viviendas, tras un año de la tragedia la situación en el lugar es la misma.
Los escombros siguen ahí, sin que una maquinaria haya entrado a la zona para realizar la limpieza.
Asimismo, las lluvias que han caído en la capital también han afectado la zona, con el estancamiento de agua que sirve de criadero de zancudos.
También se puede observar cómo ha crecido la maleza en el sector.
Las familias afectadas se encuentran donde familiares y otras han regresado a los alrededores de la “zona cero” ante la falta de recursos para seguir alquilando y aún con temor que sus casas sigan cediendo.
Pese al peligro retornó a su vivienda
Doña Ana Romero retornó a su vivienda ya que por los escasos recursos no tenía como seguir alquilando una vivienda para vivir con su familia compuesta por nueve personas, la mayoría menores de edad.
“Nosotros nos regresamos a vivir acá porque no podemos seguir alquilando, no tenemos dinero para sobrevivir, una vez nos salió un bono y después no los volvió a salir”, explicó a Proceso Digital.
Dijo que en su casa viven nueve personas y en las lluvias que se han registrado en los últimos días su vivienda se inundó, pero no podía irse para otro lugar.
Señaló que los afectados con la falla determinaron tomarse la salida a Valle de Ángeles en marzo del presente año con el objetivo de ser escuchados, porque hasta el momento no se ve por donde les van a resolver.
“No se quedó en nada, unos dicen una cosa otros otra, sólo nos queda seguir esperando y confiando en Dios”, arguyó.
Agregó que los perjudicados solo están exigiendo les den las casas prometidas y que las mismas no lleguen a manos de personas que no salieron afectadas.
Lamentó que muchas de las ayudas enviadas por la comunidad nacional e internacional fueron a dar a personas que no lo necesitaban.
Recordó que el invierno nuevamente ya está afectando por lo que el miedo y la zozobra vuelven a invadir nuestras vidas.
Si no recibo casa me iré de migrante
Otra de las mujeres que resultaron afectadas en la “zona cero” es Brenda Mendoza quien detalló a Proceso Digital que si la alcaldía no le da una casa ella va a tener que migrar hacia los Estados Unidos, “hay que hacer dinero para volvernos a levantar”, argumentó.
Detalló que su vivienda fue la tercera en ceder, residía con su madre y familia, “invertíamos en nuestra casa, nos costó tenerla como la teníamos, pero Dios decidió hacer este desastre acá y solo le agradecemos a él porque nadie murió”.
Las autoridades de la Alcaldía informaron que en septiembre estarían entregando las viviendas, “si yo no recibo pues me tendré que ir mojada para los Estados Unidos, acá no hay trabajo, mi hija es la que está tomando la responsabilidad y no puedo dejar que solo ella trabaje, tengo mi madre que necesita ayuda”.
120 casas
“Esperemos que las autoridades trabajen y cumplan con los tiempos para que en este mes de septiembre ya estén entregando las viviendas”, sostuvo.
Brenda aseguró que todas las personas que resultaron afectadas han recibido ayuda, “unas más que otras, pero todas han recibido apoyo, lamentamos que los que resultamos más perjudicados sean los que menos ayuda recibieron ya que la mayoría al ver que las casas se estaban rajando y cediendo buscamos cómo movilizarnos donde familiares o alquilar”.
La afectada pidió a las autoridades hacer un listado de los dueños de las viviendas que cedieron en la “zona cero” para que cuando estén las nuevas viviendas sean las primeras en ser apoyadas.
La tragedia me ha afectado la salud
Por su parte, doña María Mendoza, otra de las afectadas de la “zona cero”, dijo a Proceso Digital que tras la tragedia y perder su casa su salud se ha desmejorado.
Dijo que tiene seis meses de presentar inflamación en su cuerpo, “si no se me inflama la cara, son las manos y si no los pies, no he buscado ayuda médica porque no hay recursos para ir donde un doctor”, detalló.
“Tuve la suerte de salir antes que la casa se viniera abajo, fueron años de lucha para tener mi casita, pero doy gracias a Dios porque no hubo muertos”, sostuvo.
Agregó que algunas de sus pertenencias las envió para El Paraíso, otras se las llevó a un cuarto donde alquiló por dos meses.
“Una familia me dio un espacio en el patio de su casa para construir una covacha, con los nueve mil lempiras que nos dio de bono el alcalde compré la lámina para que no se mojaran mis cosas”, detalló.
Indicó que no tiene otro lugar donde irse y que ahí estará hasta que el alcalde entregue las viviendas, “ojala y sea tomada en cuenta”.
Doña María agradeció a la comunidad internacional por las ayudas recibidas, “en esta vida hay que ser agradecidos por lo bueno y lo malo que nos pasa, con tener vida uno busca la forma de cómo sobrevivir”, manifestó. IR