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París abrillanta los deportes urbanos

París – Estigmatizados por haber nacido en las calles de las barriadas marginales de Estados Unidos, el skateboarding, el baloncesto 3×3, el breaking y el ciclismo BMX modalidad libre estilo han salido de los Juegos de París con su imagen abrillantada.

La explanada de la Concordia, en pleno París imperial y solemne junto al Obelisco de Lúxor y con vistas a la Torre Eiffel, ha sido el lugar escogido por la organización para respaldar estos cuatro deportes históricamente asociados a la delincuencia, el desempleo, la violencia y la inseguridad.

De entre ellos, el breaking ha hecho su estreno olímpico, pues el skateboarding, el baloncesto 3×3 y el ciclismo BMX libre estilo ya habían debutado en Tokio-2021. El breaking, sin embargo, no seguirá con su andadura en los Juegos de Los Ángeles-2028.

Las cuatro disciplinas tienen especial tirón entre los jóvenes y encuentran, de momento, su mayor vivero de talento en Asia -sobre todo en Japón-, pero también en Sudamérica. Los brasileños, en skateboarding, son una muestra de talento.

Uno de los medallistas de bronce de Brasil, Augusto Akio en la modalidad ‘park’, disertó sobre la mala imagen de los deportes urbanos y resaltó cómo su incorporación en los Juegos les ha dado un aval de calidad.

«Cuando empecé a practicar skateboarding era un deporte un poco marginal. A un primo mío que era más mayor le prohibieron salir con el skate porque se creía que acabaría con malas influencias, se perdería en el camino», contó Akio.

Vencer todos esos prejuicios y ganarse al público, no solo el joven, es uno de los desafíos para que estos deportes sigan creciendo. El baloncesto 3×3 ha sido uno de los mejores parados en París.

Según explicaron a EFE fuentes de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), de los 15 millones de visualizaciones en las redes sociales de Tokio, la disciplina pasó a los 107 millones en París, multiplicando por seis el impacto.

«Los jugadores vieron cómo, en media, aumentaron un 20 % el número de seguidores», señalaron las mismas fuentes.

La selección española femenina de Vega Gimeno, Sandra Ygueravide, Gracia de Alonso de Armiño y la hispano-argentina Juana Camilión se colgaron el bronce y dieron un estirón a este deporte que se juega un 3 contra 3 (en vez de 5 contra 5) en solo 10 minutos y en una cancha de 15 metros de ancho por 11 de largo y con un solo aro.

La final femenina del 5 de agosto, en la que España cayó ante Alemania (16-17) el pasado 5 de agosto, rozó los 1,9 millones de telespectadores (17,4 % de cuota de pantalla) y los 7,4 millones (35 % de cuota), respectivamente.

El esperado estreno del breaking

El deporte que más curiosidad despertó en París fue el breaking, el baile urbano nacido en la década de 1970 entre las comunidades latinas y afroamericanas de los bajos fondos neoyorquinos vinculadas a la cultura hip-hop.

Bajo la música del pinchadiscos y acompañado por un Maestro de Ceremonia (MC), el formato competitivo funciona con un breaker (‘b-girl’ o ‘b-boy’) que baila echándose al suelo y el adversario le responde con movimientos similares (sabiendo que la «lucha» también puede ser entre equipos). Su práctica requiere un intenso trabajo cardiovascular, muscular y de coordinación.

Los jueces dictan sentencia basándose en seis criterios, entre ellos la técnica y la creatividad. La victoria es por puntos. Una japonesa, Ami, se colgó el primer oro de la historia de esta prueba que quizá nunca vuelva a ser olímpico. El canadiense Phil Wizard se hizo con el oro.

El estreno del breaking tuvo lugar para mensajes reivindicativos por parte de Selash, una afgana del equipo olímpico de los refugiados que se instaló en Madrid para huir de los talibanes. La joven mostró en su capa «Free Afghan Women» (liberad a las mujeres afganas) por lo que fue descalificada ante la holandesa India. EFE

(RO)

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