Tegucigalpa – El arzobispo de Tegucigalpa, monseñor José Vicente Nácher, reflexionó este domingo en su mensaje de la homilía que Jesús destruye el muro de enemistad que nos separa.
“Pareciera que nos gusta seguir creando muros, es decir, creando división”, dijo el jerarca de la Iglesia Católica en Honduras al referirse a la lectura enmarcada en un ambiente cristiano fraccionado.
“Pero Cristo, en su muerte, ha destruido el muro del legalismo y tantos otros que aún hoy siguen separándonos”, refirió.
Nácher dijo que los muros no son necesarios, más aún, nos aíslan y perjudican a todos y refirió que la enseñanza de Jesús explica que siendo distintos formamos todos un mismo rebaño, es decir, la humanidad redimida por Cristo.
“Los que hoy participamos en la Eucaristía dominical, comprendemos que los muros de separación no son voluntad del Buen Pastor -que da su vida por sus ovejas-, sino del ladrón que quiere dividir el rebaño con mentiras para explotarlo”, dijo.
“No obstante, como decimos, siguen construyéndose muros que nos alejan a unos de otros. El maligno nos engaña, y nos hace ver a los hermanos, como enemigos”, reflexionó.
A continuación Proceso Digital reproduce la lectura del día tomada del santo evangelio según San Marcos 6, 30-34:
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: «Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco», porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. VC