El gobierno del presidente Manuel Zelaya ha advertido de que no permitirá bloqueos de carreteras ni otras acciones que impidan la libre movilización de la población.
«Las marchas van, no hay paso atrás», afirmó hoy el presidente de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), Juan Barahona, cuya organización integra la CNRP.
«Esperamos que el gobierno no nos vaya a reprimir, no vamos con afán de confrontar, vamos en una manifestación pacífica», declaró Barahona a la prensa.
Las marchas se realizarán en Tegucigalpa, San Pedro Sula (norte, segunda ciudad hondureña en importancia), y en otras nueve regiones del país, según la CNRP.
La Coordinadora aglutina a organizaciones sindicales, campesinas, magisteriales, estudiantiles, indígenas y de otra índole.
Entre otras demandas, la CNRP exigirá la derogación de las actuales leyes de aguas, minería, forestal, modernización agrícola y telecomunicaciones, y la emisión de nuevos instrumentos consensuados y que garanticen un beneficio para las mayorías.
También rechazará la construcción de centrales hidroeléctricas y demandará tierra para los campesinos, depuración de la Policía, castigo a funcionarios corruptos, controlar los precios de los productos básicos, fortalecer las empresas estatales e implementar una estrategia de redistribución de la riqueza.
El gremio magisterial, que suma casi 50.000 docentes, participará en las movilizaciones aunque el ministro de Educación, Marlon Brevé, ha advertido de que no se les pagarán los dos días que dediquen a las protestas.
El Ministerio de Seguridad también ha anticipado que desalojará a los manifestantes si bloquean carreteras, puentes y otras vías de comunicación.