Tegucigalpa – El desplazamiento forzado en Honduras ha cambiado de las tradicionales formas individuales y de la familia nuclear (padre, madre y sus hijos) a los núcleos familiares donde se atienden hasta 25 personas que huyen de un sector o de una comunidad a causa de la violencia.
– La clave está en la prevención, si el país no previene las familias van a seguir huyendo de la violencia, citó la entrevistada.
Lo anterior lo señaló a Proceso Digital la jefa interina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Honduras (ACNUR), Lorena Nieto, quien reveló que a causa de este desplazamiento forzado se han incrementado “considerablemente” las solicitudes de asilo de hondureños en mundo.
“Hemos visto ese cambio, cuando iniciamos a asistir familias en 2016 estábamos atendiendo familias nucleares, es decir, papá, mamá e hijos”, señaló la representante de ACNUR en Honduras quien visitó la sala de redacción de este medio de comunicación.
No obstante, señaló que fue hasta el segundo semestre del 2017 que el cambió fue notorio ya que las asistencias empezaron a ser para núcleos familiares de hasta 25 personas.
“Desde el segundo semestre del año pasado vimos un cambio en el que estábamos recibiendo núcleos familiares de hasta 25 personas afectados por diferentes hechos como la extorsión o reclutamiento de menores”, refirió la alta funcionaria internacional.
Explicó que el vacío de protección que existe obliga a los padres a tomar medidas como enviar a sus hijos solos en la ruta migratoria a buscar asilo. Enfatizó que no se puede juzgar al padre por esta acción ya que es la única medida de protección a su alcance.
El periodista Ronald Ordóñez con Lorena Nieto, de ACNUR.“No puedo condenar al padre por enviar a su hijo solo a la ruta migratoria porque realmente lo que está haciendo el padre en ese momento es acudir a la única medida de protección que se le ocurre”, enunció Nieto.
Nivel educativo de desplazados
La entrevistada resaltó que aunque se tiende a creer que los desplazados a causa de la violencia son personas de escasos recursos y de nivel educativo inferior, estudios de ACNUR revelan que en Honduras existen desplazados con nivel educativo alto, incluso universitario.
“La diferencia es muy clara, las personas que tienen niveles educativos y económicos más altos son las que se van del país y casi siempre lo hacen a Europa, el resto que es la gran mayoría son personas que no tienen recursos, ni nivel académico muy alto que viven de la economía informal”, precisó en cuanto al perfil del hondureño que se desplaza por violencia.
La jefa interina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Honduras (ACNUR), Lorena Nieto.Contó que ACNUR cuenta con una alternativa de protección para estas personas llamada “evacuación humanitaria” que consiste en ubicar a familias con niveles de afectación “muy altos”, es decir los núcleos familiares más vulnerables.
Asimismo detalló que estos flujos de solicitantes de asilo están apuntando hacia nuevos países, fuera del tradicional Estados Unidos, como Canadá, España, Suecia, Suiza, Alemania.
Sin embargo, arguyó que más que la apertura del país depende de la disponibilidad de recursos de las familias.
Finalmente, instó a fomentar la prevención ya que a su criterio es ahí donde se encuentra la clave “ya que si el país no previene, las familias continuarán huyendo”.
Organismos avalan cifras
Christian Visnes.Más de 190 mil hondureños se vieron obligadas a abandonar sus casas en Honduras por la violencia, denunció la semana anterior el Consejo Noruego para Refugiados, que urgió al gobierno hondureño a implementar «de inmediato» una ley de desplazamiento forzado que asegure «protección» a los desplazados.
«Hay más de 190 mil personas desplazadas por la violencia en Honduras y muchos otros en riesgo de desplazamiento. A pesar de los esfuerzos del gobierno para hacer frente a la violencia, hombres, mujeres y niños inocentes siguen siendo asesinados, extorsionados y torturados», indicó en un comunicado el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés).
El director nacional del Consejo Noruego para Refugiados, Christian Visnes, dijo que el impacto de la violencia en la vida de los hondureños «es comparable con la situación de países en guerra».
«Sin asistencia y protección adecuada, los desplazados de hoy en Honduras se convertirán en los refugiados, los solicitantes de asilo o los migrantes del mañana», enfatizó.
La mayoría de los hondureños desplazados huyen hacia México y Estados Unidos, donde «se enfrentan a estrictas políticas de inmigración», señaló el NRC y agregó que, según cifras de la Cancillería de Honduras, 36 mil nacionales fueron deportados por autoridades de esos dos países en el primer semestre de 2018.
«La población desplazada que huye del país sabe que se enfrentará con las políticas de inmigración de ‘cero tolerancia’ en su camino hacia los Estados Unidos, sin embargo, muchos de ellos no tienen otras opciones para proteger la vida de sus hijos», subrayó Visnes.
Reclutamiento de jóvenes
De acuerdo a un informe del estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), el reclutamiento de menores de edad por parte de pandillas es un factor creciente que impulsa el desplazamiento forzado en Honduras.
El crimen organizado encuentra, especialmente en la niñez y la juventud, la fuente de suministro del recurso humano para incrementar las filas de sus integrantes o reemplazar las bajas de sus miembros activos, por razones de muerte o privación de la libertad, señaló el ente estatal a través de un comunicado
El reclutamiento forzado de niños y jóvenes por parte de maras y del crimen organizado, se constituye en una de las modalidades violatorias que generan desplazamiento forzado de personas en el país, subraya el informe del Conadeh.
El documento establece que en el 2017, el ente estatal atendió 56 casos, a nivel nacional, relacionadas al reclutamiento forzado de infantes y adolescentes, que lo ubican como una de las causas que terminan en desplazamiento de personas.
De acuerdo al Conadeh, una de las características identificadas sobre esta vulneración de los derechos humanos de los habitantes, consiste en centrarse en el uso y vinculación de los niños y adolescentes en las actividades de asociaciones ilícitas.
Sin embargo, y en menor medida, también incluye a personas adultas, que mediante amenazas de muerte, intimidación y hostigamiento, los obligan a cumplir con sus exigencias al margen de la ley.
En ambos casos, el crimen organizado encuentra, especialmente en la niñez y la juventud, la fuente de suministro del recurso humano para incrementar las filas de sus integrantes o reemplazar las bajas de sus miembros activos.
