spot_img

Migración interna dispara el acceso a servicios básicos

Tegucigalpa.- La expulsión de corrientes migratorias internas hacia las zonas urbanas de las principales ciudades de Honduras, ha disparado el acceso a los servicios básicos como salud, educación, vivienda, agua, luz, entre otros, advierte un informe de Naciones Unidas que analiza la situación poblacional del país.
 

En Honduras, la población está distribuida en forma desigual a lo largo del territorio y existen departamentos que concentran grandes masas poblacionales, mientras otros permanecen casi deshabitados, lo que obliga a que los migrantes pobres rurales hagan crecer la pobreza en el país.

En el 2008, los departamentos de Francisco Morazán y Cortés, como principales polos de desarrollo económico del país, concentraban el 37.5 por ciento de la población total del país de más de siete millones de habitantes, pero su extensión geográfica representa apenas el 11 por ciento del territorio nacional.

En contraste, los departamentos de Olancho, Colón y Gracias a Dios (La Mosquitia), catalogados tradicionalmente como frontera agrícola, concentran apenas el 11 por ciento de la población total, mientras ocupan el 43 por ciento del territorio nacional de 112,492 kilómetros cuadrados.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el año pasado un 49.7 por ciento de la población vive aún en el área rural, mientras un 50 por ciento lo hace en el área urbana. Las regiones donde prevalece el mayor número de concentración poblacional urbana son el departamento de Cortés con un 79 por ciento, Francisco Morazán con un 78 por ciento y Atlántida con un 64 por ciento, siendo éstos, a su vez, las zonas en donde se observan menos niveles de pobreza.

Los departamentos donde hay una menor concentración de población urbana son Lempira con un 8 por ciento, Intibucá con un 14 por ciento, y Ocotepeque con un 19 por ciento, siendo, a su vez, los más pobres del país.

Esta situación plantea el reto de expandir los servicios básicos y al diseño de políticas de desarrollo urbano para atender las demandas, a la vez que obliga a incentivar la generación de servicios básicos a las zonas rurales expulsoras, asimismo, a generar empleo y ampliar las oportunidades de desarrollo humano hacia las ciudades intermedias.

El acceso a los servicios básicos, según el informe, ha mejorado en años recientes, pero en las áreas urbanas la tendencia actual de la oferta de servicios es insuficiente para dar cobertura a una población que crece rápidamente debido a la corriente migratoria interna. En las zonas rurales aún persisten importantes brechas en materia de cobertura.

Los departamentos más rurales son también los que presentan los mayores niveles de pobreza y los menores niveles de acceso a servicios básicos.

El informe del UNFPA indica que la pobreza total en el país es de 59.2 por ciento, mientras que la pobreza relativa es de 22.9 por ciento y la pobreza extrema de 36.2 por ciento.

A nivel de las zonas urbanas, la pobreza total es de 63.1 por ciento; la pobreza relativa de 13.8 por ciento y la pobreza extrema asciende a 49.5%. La pobreza urbana, a su vez, representa el 55.2 por ciento, la pobreza relativa el 32.4 por ciento y la pobreza extrema de 22.8%.

En este sentido, los migrantes pobres rurales hacen crecer la pobreza urbana en las principales ciudades. El patrón general de la migración observado en el país desde principios del siglo XX sigue siendo el mismo en la época actual. Los migrantes interno proceden del sur, occidente y centro del país. Su ruta de destino son la región norte y el departamento de Francisco Morazán, específicamente Tegucigalpa.

No obstante, las corrientes migratorias internas experimentan en los últimos años algunas diferencias, como ser el alto grado de atracción hacia Islas de la Bahía y Cortés, que tienen las más elevadas tasas de migración neta (29.5 y 26% para el 2001), y la tendencia decreciente de Atlántida, Colón, Yoro y Francisco Morazán.

Por regiones, la zona de occidente aportaba el 52% de los migrantes, el sur con un 35% y la región central el 12%. Según el Instituto Nacional de Estadísticas, en los últimos años han venido creciendo, tanto en volumen como en proporción, los flujos urbano-urbano y urbano-rural, al mismo tiempo que disminuyen el flujo rural-rural y rural-urbano.

Entre los migrantes internos, en el 2001 predominaban las mujeres con el 53% y la tendencia de su participación ha sido incremental, ya que en 1988 era del 48%. El promedio de edad es de 33 años, cuando en 1988 era de 24.

Para los migrantes recientes, es decir, aquellas personas que residen desde hace cinco años o menos en un departamento distinto al que residían en ese entonces, sus condiciones económicas eran menos favorables que las de los nativos urbanos.

Los niveles de participación económica de los migrantes recientes son menores y el desempleo abierto y el subempleo invisible son mayores, lo cual indica que tienen mayores dificultades para insertarse en el mercado de trabajo urbano en el corto plazo y deben constituir por lo tanto un grupo de especial atención al momento de presentar y ejecutar políticas públicas.

Así, en materia de servicios básicos, en los departamentos urbanos con mayores demandas, se prevé algunos casos de empeoramiento en materia de acceso a agua segura en las zonas de Yoro y de acceso a saneamiento básico en Francisco Morazán y Cortés. Se considera el término de “agua segura”, el agua recolectada directamente de las fuentes naturales.

De esta suerte, una de las principales conclusiones del informe de Naciones Unidas, es que la tendencia actual de la oferta de servicios es insuficiente para dar cobertura a una población altamente urbanizada y que crece rápidamente debido sobre todo a la corriente migratoria interna, en un contexto en el que las soluciones de abastecimiento se hacen más costosas en el área urbana.

spot_img
spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img