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Medio año: una reflexión necesaria

Julio Raudales

El Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH), acaba de entregarnos el primer informe sobre la ejecución presupuestaria de este año 2022. ¡Bien por ellos! Parece que pocos en el país, se preocupan por tomar el pulso de una variable tan importante como esta. Curiosamente hay ahora dos oficinas públicas encargadas de la tarea, pero, como casi todo lo demás, aun no arrancan.

Dice el citado informe, que, del total del presupuesto reformulado en abril, se ha ejecutado solamente un 34%, es decir, apenas una tercera parte. Es casi natural que cuando hay una nueva administración, la ejecución del gasto público se ralentiza, ya que las nuevas autoridades requieren de un tiempo para asentarse en sus cargos y echar a andar la maquinaria burocrática.

Lo que pasa es que, desde 1982 en que se empezó a llevar la cuenta, nunca habíamos tenido un arranque tan lento. Será necesario entonces acelerar con mayor ahínco si se quiere lograr el éxito prometido por la presidenta y su ministra de finanzas a comienzos de año.

A casi seis meses de iniciado el gobierno, vale la pena preguntarnos, qué fortalezas y oportunidades se pueden aprovechar y qué debilidades y amenazas hay que encarar para asegurar dicho éxito.

Es cierto, pocos gobiernos han empezado con un entorno externo tan terrible. La guerra en Europa oriental, cuyo inicio coincidió con la administración Castro, ha provocado un daño atroz a los precios internacionales y provocado un descalabro en las expectativas.

Por otro lado, el tinglado institucional parece más débil que nunca y revertir el daño provocado por el autoritario y corrupto Hernández Alvarado y pandilla, está resultando más complejo de lo que, probablemente creían las autoridades. 

Si bien es cierto, nadie conocía la naturaleza de la enfermedad que atacó al mundo hace dos años, debemos convenir en que algunas sociedades mas organizadas y no necesariamente mas ricas, han hecho las cosas mejor. Es decir, no se trata de tener mas plata, sino de usar lo que se tiene de forma inteligente.

Y es que para solventar eficazmente el problema que vivimos, la política fiscal es clave: el informe de FOSDEH señala que los ingresos tributarios han crecido más de lo previsto, pero que aun así, podrían ser insuficientes; los gastos presentan un doble dilema: Primero, nadie quiere renunciar a sus privilegios; los sueldos de los empleados públicos de cualquier categoría, deben pagarse religiosamente y sin menoscabo de quantums o conquistas; segundo, las problemas del país se han reordenado: Salud y educación constituyen cláramente las mayores necesidades, pero los transportistas, operadores turísticos y sobre todo los políticos, se apresuran a presionar por subsidios y mas canonjías, desconociendo totalmente la naturaleza de la situación.

A lo anterior hay que agregar que quienes manejaron el erario en el gobierno anterior, aprovecharon las aguas turbulentas del Coronavirus, para tratar de asegurar su futuro a costillas de los impuestos que paga la gente mas pobre. Hay que decirlo sin eufemismos: Lo peor del problema que hemos vivido son los asquerosos escándalos de corrupción que nos exhiben como uno de los países mas corruptos del globo.

Así es que este año 2022 es clave; definirá nuestro futuro y el de las generaciones que vienen. Si no lo ejecutamos de manera inteligente, estaremos condenados a la miseria mas abyecta y al desorden y violencia social por muchas décadas. Haré tres recomendaciones a quien deviene en esta responsabilidad.

Primero: Revisen de forma mas concienzuda la proyección de crecimiento económico 2022; no conviene ser demasiado optimista: elaborar una proyección de ingresos tributarios en base a un PIB nominal de mas de 650 mil millones de lempiras podría ser imprudente. Se que el Banco Central de Honduras cuenta con la capacidad técnica para definir perspectivas con mayor precisión.

Segundo: Redefinan las prioridades del país; es absolutamente necesario entrar de una vez a mejorar los esquemas de servicios de salud y educación por encima de todo. Deben tomarse decisiones que probablemente son muy duras en términos políticos, pero ¡Que mas da!, ya no tenemos casi nada que perder como país.

Por último, hagamos un esfuerzo serio por un dialogo fiscal incluyente, participativo y que cuente con la gente que sabe de esto. Hay un grupo de ciudadanos que, desde hace mas de un lustro, están empecinados en hacer la incidencia necesaria para que las cosas cambien y el 17 o 18% que el pueblo hondureño paga de sus ingresos en concepto de tributos, tenga sentido en términos de su bienestar.

Si antes del problema que nos agobia en la actualidad requeríamos de acciones valientes y justas, hoy con mayor razón son indispensables. Todavía es tiempo Presidenta, seis meses son el inicio y las cosas aun pueden mejorar.

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