La huelga, convocada por la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH), afecta a los centros educativos públicos de preescolar, primaria y secundaria en todo el país, pero no incluye marchas de protesta.
Los maestros rechazan una auditoria de sus puestos y salarios que harán el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) y el Ministerio de Educación, aunque mantienen un diálogo con ambas instituciones en busca de un consenso sobre esa actividad.
El presidente de la FOMH, Edwin Oliva, dijo que su gremio exige que el gobierno pague salarios y bonos atrasados a 7.000 maestros temporales, transfiera el subsidio de matrícula gratis a los centros educativos y abra 5.000 plazas de docentes, entre otras demandas.
El ministro hondureño de Educación, Marlon Brevé, lamentó la huelga y afirmó que el gobierno está dispuesto a «seguir trabajando» para el cumplimiento de las demandas.
Brevé refirió que este año se han destinado unos 3.000 millones de lempiras (158,7 millones de dólares) «para cumplir con las exigencias económicas de los maestros y ya no se puede seguir invirtiendo tantos recursos en peticiones de los educadores».
El gremio magisterial hondureño ha mantenido conflictivas relaciones con los últimos gobiernos por sus demandas económicas.