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Luces, pero de luciérnagas

Por Pedro Gómez Nieto

Decía Oscar Wilde que el ser humano puede soportar las desgracias accidentales y que llegan de afuera, pero sufrir por culpa de los propios errores se convierte en una pesadilla para sus vidas. No obstante, hay quienes creen que no cometen errores, y cuando se producen la responsabilidad es siempre de terceros. En Honduras tenemos la sociedad polarizada desde el 2009, por culpa de una clase política donde esa sensibilidad moral que apunta Wilde no es cualidad promedio, y menos en políticos que no reconocen sus equivocaciones porque sería indicio de debilidad.

Dos ejemplos. Cuando Luis Zelaya entendió la trascendencia que tendría para sus aspiraciones políticas el deleznable comportamiento cometido en contra de su madre, a la que judicialmente pretende quitarle el control de los bienes heredados de su difunto marido, se victimiza responsabilizando al gobierno: “Me tendieron una trampa”, dijo. Cuando Nasralla comprobó el perjuicio que representaba para su imagen política haber enarbolado la bandera de Libre, defendiendo los intereses de su socialismo chavista, a cambio de la banda presidencial cual mercenario ideológico, responsabilizó a Mel y a JOH: “Se pusieron de acuerdo y me tendieron una trampa para que aceptara la candidatura”, dijo victimizándose. Son evidencias de la bajeza y catadura moral de esta pareja de políticos fracasados.

La campaña electoral sigue su singladura, constatando cómo desde determinados medios se insiste “convenientemente” en que el Departamento de Justicia investiga nuevamente al presidente de la Republica. La pareja de “Avengers” sueña con que los “marines” se lleven al presidente y no tengamos elecciones: “No puede haber elecciones con el actual gobierno, primero hay que sacarlo y nombrar un gobierno provisional. Como soy el presidente electo por dos legislaturas consecutivas, soy la persona indicada para presidirlo”, decía Nasralla desde Matrix, su realidad virtual, nefelibata a quien los hechos le obliga temprano o tarde a modificar su discurso. El presidente de la República es investigado desde que los narcotraficantes empezaron a ser deportados, o se entregaron, pactando beneficios a cambio de delaciones que las autoridades están obligadas a investigar, verificar y sustentar con pruebas. Es de cenutrios considerar que Estados Unidos desestabilizará Honduras para darle satisfacción a la caterva de políticos fracasados.

En una televisora, el presentador de un programa de debate invitó por separado a los “Avengers”, para que subieran perfil mientras les hacía un panegírico de sus méritos para llegar a la presidencia de la República. Ambos próceres certificaron su luna de miel, anunciando una “Alianza de los honestos”. Honestidad implica decoro, respeto y comportamiento esmerado. Nasralla, presume de ser político que más insulta al gobierno, injuriando y calumniando impunemente, esparciendo su basura en los medios y redes fecales, que utiliza como tribunales de justicia popular buscando el aplauso de las focas. ¿Cuál respeto?

Durante la entrevista, el honesto Luis, aseguró que “esto no es cuestión de ideologías”, y que uno de los dos será el próximo presidente. La soberbia es una discapacidad que afecta a infelices ante una miserable cuota de poder, asegura José San Martin. ¿Por qué intenta que el electorado se olvide de la ideología del candidato? Imaginemos un candidato que llegado a la presidencia apoye el matrimonio entre homosexuales, o la apertura de relaciones con China en perjuicio de Taiwán, o suprimir las Fuerzas Armadas, por ejemplo. ¿Cómo no va a importar su ideología, moralidad, y estabilidad mental? Nasralla entró en política siendo conservador; en los pasados comicios defendió los intereses del socialismo chavista. ¿Qué ideología abrazará estas elecciones? Por ese motivo el honesto Luis minimiza la ideología, intentando que el voto sea emocional y no racional.

Días después, el presentador, imitando al caballero de la mano en el pecho, pintura del Greco, se sumó a quienes pretenden desestabilizar el país exigiéndole al presidente de la Republica que dimita, a cuenta de la presunta investigación que realizan fiscales en USA. “Igual que hacen otros presidentes cuando son investigados”, aseguró, sin poder ofrecer un solo ejemplo similar. Lo que presenciamos no fue un ejercicio democrático de libertad de expresión, sino de irresponsabilidad profesional. ¿Es que la empresa donde trabaja entró en la campaña y es su vocero? Si fue una decisión personal, lo que hizo fue injusto y abusivo, porque utilizó su categoría en el programa para opinar sesgada y superficialmente sobre la noticia, posicionándose políticamente.

“Lo malo, cuando se finge bueno, es pésimo”. -Francis Bacon-

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