Por: Otto martín Wolf
Desde que el hombre tuvo uso de razón, cuando empezó a pensar y dejó de ser un animal de supervivencia, posiblemente se hizo la pregunta, para qué estoy aquí, cuál es la razón de mi existencia.
A lo largo de los millones de años, en algún momento, todos nos hemos hecho esa misma interrogante.
Cuál es la razón de vivir?
Amantes como somos de la vida y con el egoísmo que nos hace pensar que somos algo muy especial entre los miles de millones de especies animales y vegetales que forma la vida del planeta.
No podemos aceptar que nuestra existencia sea esta, la única y que después desaparecemos para siempre en la bruma de los tiempos.
“Somos algo especial, somos inteligentes, somos hechos por dios a su imagen y semejanza. Después de esta vida hay otra, un premio o un castigo por nuestro comportamiento, somos inmortales”.
No existe ninguna prueba de eso, nadie ha regresado de “la otra vida” para decirnos qué es lo que hay. No estoy hablando de los que se desmayan unos minutos y luego “resucitan”, me refiero a alguien que haya estado muerto cinco años, cincuenta años y que luego haya regresado para contarnos “la verdad”.
La razón de vivir, consecuentemente es esa: vivir!
Tenemos genéticamente un comando especial que nos impulsa a reproducir la especie, nada diferente a ninguna de las otras especies, animales y vegetales que, dijimos, pueblan el planeta.
Un león, se preguntará para qué está aquí, para qué fue hecho?
Pensará el león que las gacelas Thompson fueron hechas exclusivamente por su dios para que le sirvieran de alimento?
Los árboles y los elefantes, para qué fueron hechos? Cuál es el sentido de su existencia?
Son iguales a nosotros -incluyendo los sapos y las cucarachas- somos lo mismo, habitantes del planeta, cada uno con derecho y luchando por su espacio.
Qué les hace diferente a nosotros? Que somos inteligentes? Cuál de todas las especies contamina el agua que necesita para vivir o, más que eso, cuál destruye el medio ambiente en el que vive? Cuál de todas las especies fabrica bombas y armas para destruir a sus semejantes y, de paso, matar todo que se encuentra alrededor de su “guerrita”.
De verdad somos inteligentes?
Y comprobado que no lo somos, que la única diferencia es que podemos fabricar cosas y matar por placer, qué tan especiales somos como para pensar que, después de todo, hay otra vida maravillosa esperándonos después de la muerte?
Pienso que, al igual que todas las criaturas vivientes, nuestra principal razón de existir es conservar la especie, reproducirnos.
Para qué? Pues para no extinguirnos.
Como segunda misión pondría no autodestruirnos (cosa en la que no tenemos muy buena calificación).
Finalmente y como número tres está el pasarla bien.
Fútbol, alcohol, literatura, cine, drogas, amistad, leyes, organización, música, dios, religión etc. son inventos nuestros para eso precisamente, para pasarla bien, según su gusto y estilo.
Cuál es la diferencia entre nosotros y un león?
Sólo una, que el león nos puede comer por necesidad vital y que nosotros lo podríamos matar simplemente por diversión.