Tegucigalpa – Las cárceles en Honduras siguen mostrando que son un reino aparte donde los criminales mandan. Es un sistema casi de autogobierno como se ha reconocido oficialmente. La mutación de la mafia ahora muestra sus armas digitales, esas que les permiten chantajear, amenazar y ordenar masacres.
Las luchas por desmontar ese reino criminal han empezado, pero las sorpresas con lo que allí se encuentra no deja de asombrar cada día.
No menos es lo que ocurrió nuevamente este jueves en San Pedro Sula, ciudad norte de Honduras, en la principal cárcel local, una vetusta edificación donde se resguardan entre los privados de libertad algunos jefes pandilleros y capos. Allí se hallaron sofisticados aparatos tecnológicos de última generación, entre otros objetos de uso prohibido.
Routers, teléfonos móviles por doquier, pantallas de televisión digital con internet incorporado, entre otros sin fin de herramientas tecnológicas, componen las nuevas armas de guerra de los pandilleros y capos hondureños que también han dado el salto a la era Bit. Ellos se las ingenian como pueden, tal y como quedó demostrado en un operativo realizado hace apenas unas semanas en una cárcel de la central Comayagua donde se encontró una antena parabólica, construida artesanalmente.
En Honduras, se ha comprobado que, son muchos los mafiosos que operan desde las cárceles a través de sus sofisticados sistemas de comunicación digital.
Este último descubrimiento en San Pedro Sula ocurrió apenas unas semanas después de que en la misma penitenciaria se hizo similar operativo el pasado 20 de diciembre y se encontraron 15 armas de varios calibres y siete mil 700 proyectiles de diferentes calibres.
La cárcel sampedrana es un centro donde la ingobernabilidad no puede ocultarse tal y como los hechos anteriores lo confirman. Una fuente que conversó con Proceso Digital, y cuya experticia es la seguridad, reveló que el traslado de peligrosos delincuentes de esa cárcel al occidental centro penitenciario de alta seguridad denominado El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, occidente de Honduras, es un trabajo que requiere, por ello, de un tiempo estratégico y un cuidado especial.
La fuente dijo que al cerrarse el presidio de San Pedro Sula la población conocerá los detalles de un capítulo espeluznante en la historia negra de la peor criminalidad.
Amagos en El Pozo
Mientras en la cárcel de San Pedro Sula, 20 días después de ser esculcada y desarmada, nuevamente se convierte en una zona de guerra virtual, armada digitalmente hasta los dientes, el recién construido centro de máxima seguridad conocido como El Pozo, sigue recibiendo privados de libertad que son jefes de pandillas y que usaban sus centros de reclusión como base de sus operaciones criminales.
El presidente hondureño Juan Orlando Hernández se ha comprometido en una lucha por recobrar la gobernabilidad en el sistema penitenciario. El mandatario dice que quiere poner un alto a las redes que desde allí operan y que causan graves daños a la población, a través de sus operadores en sicariato, extorsión, tráfico de drogas y asaltos, entre otros delitos.
Ahora El Pozo también servirá para recluir a implicados en casos de corrupción que han causado graves daños a la población a través del saqueo público.
Los custodios que laboran en El Pozo fueron certificados y a ellos se les evalúa permanentemente, lo que ha llevado a las autoridades a hacer la primera depuración en el centro.
En ese sentido, el delegado del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Germán McNeil, confirmó que se investigan a ocho policías asignados a la cárcel de Ilama, tras denuncias que éstos habrían colaborado con reos confinados en ese recinto.
De acuerdo a la denuncia contra los agentes penitenciarios, varios de éstos les hicieron el favor de introducir comida que les llevaron familiares de los reclusos, por lo que se investiga la veracidad de la denuncia, así como qué otro tipo de “favores” habrían hecho.
Otros centros penitenciarios se construyen en el país. El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, anunció que en los primeros meses de este 2017 se realizarán los traslados de privados de libertad al nuevo centro denominado La Tolva, en el oriental departamento de El Paraíso.
Extorsión vía WhatsApp
Para la criminóloga hondureña, Arabesca Sánchez, el traslado de privados de libertad de un centro penitenciario a otro es normal para la clasificación de los mismos, al tiempo que recordó que reos siguen operando desde las cárceles.
“La clasificación de privados de libertad en los centros penitenciarios es una recomendación de la Organización de Naciones Unidas y es normal en los países, pero lo que llama la atención es que hace unas semanas desde la misma Penitenciaría ordenaron el atentado contra el pastor Jorge Machado y la semana pasada un interno hizo extorsión vía WhatsApp a un abogado”, explicó Sánchez.
Agregó que “lo que estamos viendo es que las prisiones siguen siendo utilizadas como centros operativos del crimen”.
Indolencia con nombre y apellido
A inicios de este año, el presidente hondureño dijo que el nuevo sistema penitenciario que se construye en su gestión urge de personal calificado y comprometido.
Aceptó que el nuevo sistema carcelario en Honduras no solo requiere de instalaciones modernas y uso de tecnología, además es indispensable de personal certificado y comprometido.
“Este personal debe ser supervisado permanentemente. Lo que vieron a finales del año pasado, las requisas en las cárceles de San Pedro Sula y Támara, es parte de una actividad periódica que ya lleva más de año y medio”, desglosó.
Insistió que el nuevo sistema carcelario requiere de nuevo personal penitenciario. “Si tenemos a las personas que no son las adecuadas de muy poco servirán las instalaciones”, apostilló.
Hernández auguró que “llegará el momento en que la clasificación de los privados de libertad permitirá que muchos de ellos puedan dedicarse a tareas que les preparen para cuando salgan de la cárcel y así reinsertarse a la sociedad”.
El presidente hondureño citó que “no debemos olvidar nunca que haber dejado a un lado las instituciones de seguridad y defensa, todo el sistema de justicia e incluido el sistema carcelario, esa indolencia hoy nos tiene aquí. Esa indolencia tiene nombre y apellido, los que estuvieron en el pasado eran los responsables de tomar estas medidas, ¿por qué no lo tomaron? Tenemos que averiguar por qué y ojalá se deduzcan responsabilidades o que la historia se encargue de ellos”.
Continuó que “hoy estamos dejando un entuerto que aquellos dejaron que se armara, pero ni modo, ojalá el pueblo hondureño aprenda de esto que nos ha pasado”.
Recuento: desmontan base virtual
El vocero de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), subteniente José Coello, explicó que la requisa comenzó a las 7:00 de la mañana de este jueves y concluyó a las 2:00 de la tarde.
“Es importante mencionar que no se encontraron armas de fuego, municiones o artefactos”, indicó.
Entre lo incautado destaca: 13 paquetes de marihuana, 55 bolsitas de supuesta marihuana, 170 carrucos de marihuana, 41 celulares, 24 plasmas Smart TV, nueve routers, nueve PlayStation, un amplificador de Internet, un Nintendo, dos CPU para computadora, una máscara antigás, 50 cuchillos, tres machetes, 63 armas cortopunzantes, 30 tijeras, 16 USB, 51 cargadores para celular, 474 octavos de aguardiente, 35 baterías para celular, ocho chips, una cámara fotográfica, una fuente de poder, un Ipad, 20 puros de tabaco y 10 controles de televisión.
Consultado cómo logran ingresar todo este tipo de cosas al interior de los centros penales, respondió que “nosotros solo somos un apoyo a las autoridades penitenciarias, pero en la parte exterior brindamos un anillo de seguridad por parte de nosotros. Se ha logrado detener a personas que intentaban introducir drogas, armas, municiones y celulares”.
En este país centroamericano, más de 17 mil internos componen la población penitenciaria, distribuidas en 29 cárceles, la mayoría de ellas sobrepobladas y convertidas en feudos criminales.
