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La inseguridad, aún sin control

Tegucigalpa – Los niveles de inseguridad continúan a la orden del día en Honduras, a pesar de los mediáticos esfuerzos del ministro de Seguridad, Oscar Álvarez, y la plana mayor de las fuerzas policiales.
 

Los asesinatos y actos de violencia se registran en todas las regiones de Honduras, lo que indica que la violencia se ha extendido a todo el territorio nacional.

El repunte de la violencia, especialmente de los asesinatos, es común en junio, debido a que la delincuencia común se activa más por el pago del décimo cuarto mes.

Solo el fin de semana en la región norte fueron asesinados tres obreros tras recibir la paga del bono especial de medio año.%26nbsp;

la inseguridad sigue siendo uno de los azotes que marca la administración del presidente, Porfirio Lobo, quien prometió en su campaña electoral atacar frontalmente este flagelo.

La misma receta
Ante el incremento de la inseguridad, se vuelve a apostar por la misma receta del pasado: el regreso de los militares a las calles para acompañar a los policías.

Únicamente que en esta ocasión la receta del pasado vino acompañado por un componente político, ya que la orden de sacar a los militares a las calles no provino del gobierno central, que por ley tiene bajo su mando a las fuerzas militares y policiales, sino de una legislación impulsado por el titular del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández.

Hernández, sobreexpuesto mediáticamente desde que asumió su cargo, impulsó la legislación donde incluso ordena al poder Ejecutivo, a través de las secretarías de Seguridad y Defensa, que le brinde informes trimestrales sobre los operativos.

Prisión
El alarmante incremento de la inseguridad ocurre mientras la secretaría de Seguridad tiene a su disposición los primeros efectivos policiales que recibieron adiestramiento para el manejo de las áreas de máxima seguridad en los centros penitenciarios.

Los policías fueron adiestrados en Estados Unidos y se espera que con ello el gobierno recupere el control, o al menos regule, la actividad criminal desde las prisiones que realizan las bandas delincuenciales.

Desde hace años se denuncia que desde las prisiones se organizan secuestros, asaltos y extorsiones, ya que ahí radican los principales jefes de las bandas criminales.

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