El título de este artículo está basado en el famoso estudio comparado que hiciera el famoso Dr Francesc Pedro, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona), allá por año 2004. Actualmente, es el director del IESALC, Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe.Este laureado innovador y formulador de políticas públicas en Educación tiene una visión no solo europea sino que planetaria de lo que es la profesión académica en las universidades. Así que, lo de Fauna Académica, según Pedro, es tan solo la comparación con las especies naturales en un doble sentido, por un lado, el carácter globalizador que cada vez más configura la profesión académica en Europa, y la creciente diferenciación interna, como ocurre con las especies naturales. Dicho esto, nos parece pertinente reflexionar sobre este tema que es de fundamental importancia no solo en Europa, sino que en todas las universidades del mundo.
La universidad como institución, sin duda que atraviesa una de sus crisis más agudas de nuestros tiempos, cosa que debe verse como una gran oportunidad para fortalecer sus ejes de docencia, investigación, extensión y vinculación, sumándole también uno más como es el de internacionalización que es la movilidad de estudiantes y profesores a fin de mejorar la calidad y enriquecer las experiencias académicas tanto en los pregrados como en los postgrados. En este sentido, y tomando en cuenta, los resultados que obtuvo el profesor Pedro, las universidades en el contexto europeo, pero que ahora aplica para todo el mundo es que: La profesión académica, debe abrir más el abanico de recorrido salarial que existe dentro de cada categoría, trabajar en fórmulas de contratación, exigir certificación docente, es decir, que un docente universitario debe estar en permanente capacitación a efecto de actualizar sus conocimientos con el fin de mejorar y transmitirlos a los estudiantes, optimizar la autonomía de cada universidad para todo el claustro de profesores y algo sumamente importante y que podría elevar ostensiblemente no solo la imagen de las universidades, sino que su quehacer al interior y desarrollar las nuevas generaciones de relevo, en lo que concierne a la remuneración económica y estímulos profesionales, siendo estos a cambio de compromisos en el logro de objetivos en cada uno de los ejes de la universidad actual.
Un aspecto visceral y hasta muy peligroso por que pasan las universidades en todo el planeta, es el tema presupuesto. Difícilmente, un centro de educación superior, obtendrá mejores resultados académicos, sino tiene un respaldo ya sea estatal o privado para el logro de sus objetivos y enfocarse en su misión y visión, principios y valores por los que trabaja. Hoy por hoy, hay universidades que el presupuesto que tienen es apenas para pagar profesores la mitad que son tiempo completo, y la otra mitad contratados por hora o en su defecto, contratos por servicios profesionales. Lo anterior, no lleva a ninguna universidad a la mejora de sus profesores ni de sus estudiantes, desembocando en graduar profesionales de diferentes disciplinas o especialidades con tremendos vacíos y escasez de conocimientos evidenciados en el campo laboral. El abordaje que hace el Dr Pedro en su libro es tan amplio que no se escapa detalle que atañe a la universalidad europea, para el caso en uno de sus capítulos expone de acuerdo al estudio realizado, la existencia de jerarquías internas y de relaciones de poder, la diferencia que comúnmente se hace entre lo masculino y femenino, cualificaciones para el acceso a la carrera universitaria, procedimientos de selección, promoción, movilidad y endogamia, tiempos sabáticos entre otros.
El doctor Pedro ya en su nueva faceta y mirada desde América Latina con respecto a la profesión académica nos recuerda: “ El futuro profesor tiene que vivir en su propia piel lo que tiene que ser la educación de calidad y con equidad del siglo XXI. Si los centros de formación no consiguen esa experiencia, se transforman en carreras de transmisión de unas pedagogías tradicionales disfrazadas con un discurso progresista”, por lo tanto, implica que los centros de formación del profesorado, en particular el inicial, así como las facultades de educación, se conviertan en vanguardias educativas en el contexto que les compete.
Sin duda que otro de los grandes cometidos por trabajar, cumplir y alcanzar es la transformación digital en la educación superior. Los tiempos van cambiando de manera brutal y cuando menos esperamos, otras esferas y quehaceres de la sociedad se transforman. La Universidad del Siglo XXI, hoy más que nunca es una entidad con grandes desafíos y retos, por lo tanto, debe estar a la vanguardia y responder a las demandas y exigencias de la empresa privada y pública, contrario sensu, las universidades podrían estar replicando prácticas medievales, arcaicas y desfasadas, situación que podría ir relegándolas y estar cada vez más lejos de obtener acreditaciones nacionales e internacionales y estar en lugares cimeros con el reconocimiento mundial como debería ser.
En el año 2022 en la Conferencia Mundial de Educación, se habló sobre el futuro de la Educación Superior y las propuestas globales y se abordaron temas como la autonomía, vista esta como esa oportunidad que tienen las universidades para demostrar su verdadero quehacer, presencia y rendir cuentas de manera transparente a las autoridades y a la sociedad en su conjunto. Con una autonomía financiera, de personal, académica y organizativa. El otro gran apartado fue el de la gobernanza, enfocada hacia la construcción de una comunidad académica, crítica, intelectual y científica en donde cada universidad reconozca las capacidades individuales y colectivas de todos sus actores. Además, los objetivos de desarrollo sostenible y la agenda 2030, podrían ser posibles con el concurso de los establecimientos de educación superior, seguro que serían más efectivos y realizables. Sumado a lo anterior, mayor inversión en ciencia, tecnología, e innovación a fin de alcanzar los estándares internacionales sinergizando los esfuerzos de las universidades en todo el planeta.
Para finalizar, se podría decir que tanto en Europa como en nuestro continente Americano, especialmente en la región latinoamericana, se deben hacer esfuerzos para potenciar las universidades, como referentes y a profesores a fin de que se construya una agenda de desarrollo para los países en beneficio de las vidas humanas, y la conservación de medio ambiente y demás. Debemos respetar los campos y disciplinas del conocimiento para no invadir espacios de quienes lo hacen súper bien, trazar planes y proyectos tendentes a la movilidad de estudiantes y profesores para globalizar aún más los conocimientos que cambian aceleradamente y violentamente. Una profesión académica respetada y reconocida por los esfuerzos decididos que hace cada docente universitario. Deberíamos exaltar los valores de la cientificidad, tecnología e innovación y sobre todo los esfuerzos que se hacen para mejorar la calidad de la educación superior en todas las universidades en el mundo desarrollado y en los países en vías de desarrollo. Nadie más que desde el interior de las universidades y desde los gobiernos y empresa privada es que se debe mejorar, capacitar, incentivar el trabajo académico para lograr una excelente profesión académica que se evidencie en los quehaceres universitarios y que se muestren públicamente en cada sociedad en donde existan los centros de educación superior, es dignificando al docente y dándole la oportunidad, es que podríamos lograr mejores resultados para la formación de profesionales competentes y competitivos para el Siglo XXI.