Ignacio Alonzo
Por una Honduras mejor, desde un grito desesperado
La semana pasada, para ser puntual el 20 de abril de 1980, los hondureños se dieron cita en las urnas para votar por el establecimiento de una Asamblea Nacional Constituyente, la cual estaría conformada por los diputados de los pocos partidos políticos de aquel entonces, que sin darnos cuenta han transcurrido 44 años, de un camino al que le he hemos llamado “democrático” y que venía según algunos líderes de esa época como la panacea pues los hondureños habíamos transitado terribles noches de infamia, ignorancia, y de triquiñuelas políticas de caudillos y líderes seudopoliticos que llevaron a esta Patria de Morazán por los senderos y círculos equivocados de injusticia, desdicha e inconciencia.