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Inmigrante hondureña vivió 12 años en EE.UU., fue detenida por 7 meses y finalmente pidió la autodeportación

Tegucigalpa – Allison Bustillo, una hondureña de 29 años, regresó recientemente a su país natal después de vivir 12 años en Estados Unidos. Su historia refleja la compleja realidad de muchos migrantes que, tras pasar años construyendo una vida en suelo estadounidense, enfrentan la deportación y deben reiniciar desde cero.

Bustillo permaneció siete meses en un centro de detención migratoria antes de aceptar una salida voluntaria. Durante ese tiempo, vio truncados sus planes y se separó de la vida que había formado. A su llegada a Honduras, dijo sentir alegría por reencontrarse con su familia, pero también profunda tristeza.

La joven relató que en Estados Unidos trabajó como asistente de enfermería y soñaba con convertirse en doctora. Sin embargo, el proceso migratorio alteró sus planes. Aunque agradece lo vivido, reconoce que dejó atrás aspiraciones y proyectos personales que representaban para ella un futuro prometedor en territorio estadounidense.

Sentimientos encontrados tras la deportación

“Agradezco mucho a EE.UU., pero dejé una gran parte de mí”, declaró Bustillo en entrevista con Noticias Telemundo. La joven explicó que durante su estancia en el país norteamericano buscó integrarse y aportar con su trabajo, pero su detención migratoria cambió abruptamente el rumbo de su vida.

El episodio que desencadenó su deportación ocurrió cuando fue arrestada mientras cuidaba a sus hermanos. Ante la incertidumbre y el temor a prolongar la situación, Bustillo optó por aceptar la repatriación. Su testimonio refleja la tensión emocional que atraviesan quienes enfrentan un proceso migratorio en medio de la separación familiar.

Al llegar a Honduras, Bustillo se encontró con un panorama complejo. Aunque celebró reencontrarse con seres queridos, también reconoció la dificultad de reiniciar en un entorno distinto tras más de una década de ausencia. “Estoy feliz por volver, pero también triste por lo que dejé atrás”, expresó.

La hondureña destacó que su mayor anhelo en Estados Unidos era completar estudios médicos, un proyecto que quedó inconcluso. Su experiencia como asistente de enfermería la motivaba a seguir en el ámbito de la salud, pero el proceso migratorio le impidió continuar. Ahora busca nuevas oportunidades en su país.

El caso de Bustillo ocurre en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos. La administración Trump ha prometido reforzar las deportaciones masivas, lo que ha aumentado la preocupación de comunidades inmigrantes y el temor de denunciar delitos por miedo a llamar la atención de las autoridades.

Organismos internacionales y defensores de derechos humanos han criticado las condiciones en centros de detención migratoria, señalando carencias en servicios médicos y en el acceso a necesidades básicas. Bustillo confirmó que sus meses detenida representaron un periodo de incertidumbre y desgaste emocional, que marcó profundamente su experiencia como migrante.

Aunque su retorno a Honduras le genera alivio por estar de nuevo con su familia, Allison Bustillo asegura que una parte importante de su vida quedó en Estados Unidos. Su historia ilustra la encrucijada de miles de migrantes que agradecen lo vivido, pero sufren al dejarlo todo atrás. Artículo publicado en La Opinión

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