Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El último informe del Latinobarómetro de 2023, hace una radiografía del país desde el apoyo a la democracia, la satisfacción con ésta, los desencantos, la decadencia de los partidos políticos y lo que advierte como debilidades y retrocesos que vuelven a la nación en una condición vulnerable en materia democrática. Es una ola que recorre América Latina de la cual Honduras no está exenta.
Los personalismos, la debilidad de los partidos políticos que entregan a las personas en cargos de responsabilidad, aún más poder, es uno de los elementos más perversos que está socavando la democracia. La corrupción tuerce el poder del voto al intervenir en las campañas electorales con enormes sumas de dinero y provoca una competencia desleal. La corrupción del poder a nivel presidencial es una forma brutal de minar las bases de la democracia, porque lleva a la presidencia a personas que sin esos fondos ilícitos no lo habrían logrado, señala el Informe presentado recientemente.
América Latina—asegura– tiene una crisis, primordialmente de su élite, que a su vez desencadena una crisis de representación. Esta dificultad de la elite tiene su indicador más nítido en la presidencia, en una región donde los personalismos han debilitado la democracia. Se observa una ambición de poder desmedida que motiva a los presidentes, sus aliados, partidos políticos y coaliciones a quedarse en el poder, incluso a costa de romper las reglas de la democracia. Por la crisis y atomización del sistema de partidos políticos, cobran más importancia las personas, mientras que la abundancia de personalismos acentúa la crisis de representación.
En este aspecto, el Latinobarómetro ubica a Honduras entre los países con democracias débiles o en retroceso, al destacar que se encuentra en una situación vulnerable y con actitudes de retroceso hacia la democracia. Honduras es el país de la región que apenas otorga un 32% de apoyo a la democracia. Es el segundo país en la cola de los apoyos después de Guatemala (29%).
Indiferentes a quien gobierne
Honduras también cuenta con el mayor porcentaje de ciudadanos que se muestran indiferentes al tipo de régimen que les gobierna, un 41%, junto a Guatemala. El país observa, además, un leve aumento del 10% al 12% de preferencia de gobiernos autoritarios.
Lo anterior, según el Latinobarómetro, evidencia que Honduras no tiene una democracia robusta, en especial si se agrega la satisfacción con el desempeño del régimen, las actitudes populista y autoritarias, así como la apreciación por los partidos políticos. Estas debilidades dejan expuesta a su democracia ante todo tipo de ataques en abierta recesión democrática, advierte.
Al desglosar los indicadores con que se mide a las democracias en América Latina, el documento señala que la ola de recesión democrática que vive la región tiene ahora un componente adicional a las crisis económicas y las presidencias corruptas: el aumento del autoritarismo.
En Honduras, el apoyo a un gobierno autoritario por parte de los hondureños pasó de 10% al 12% y si bien es bajo, deja instaladas ya señales de alerta frente a estos escenarios, aunque por ahora los hondureños rechazan este tipo de regímenes. Las alertas se centran en que apenas un 20% de los hondureños dicen estar satisfechos con la democracia, mientras un 74% señala estar insatisfechos.
Los espacios para los populismos o las autocracias se ensanchan, señala el Latinobarómetro. De hecho, un 70% de los hondureños indicó que no le importaba que un gobierno no democrático llegara al poder si éste resuelve problemas. “Esto deja a Honduras en una situación propicia para un populismo abierto”, destaca el Latinobarómetro.
Desafección a partidos políticos abre espacios al populismo
Los ciudadanos—acota—buscan crecientemente, en cualquier parte, una solución a sus problemas, en una demanda de autoritarismo y de populismo a la vez. Le siguen a Honduras, Paraguay (68%), Guatemala (66%), República Dominicana (63%) y El Salvador (63%), todos países donde una gran mayoría apoya esta opción. Se trata, en especial, de países centroamericanos, donde la perspectiva de la democracia puede ser reemplazada sin demasiado esfuerzo por una alternativa extramuros, más allá de la democracia.
En cuanto al apoyo de un gobierno militar, los hondureños fueron claros al rechazar un gobierno militar en un 49% en ninguna circunstancia, pero, al ser consultados si apoyarían un gobierno militar en reemplazo del gobierno democrático, si las cosas se ponen difíciles, la respuesta de los hondureños fue de un 43%.
De acuerdo con el Latinobarómetro, los países que coinciden en tener un bajo nivel de apoyo a la democracia y altos porcentajes de indiferencia hacia el tipo de régimen y de proclividad al autoritarismo, hacen propicio para que se desarrolle entre ellos cualquier tipo de régimen. De ahí que no sea casual que se perfile en estos países, con altos niveles de recesión democrática, un apoyo a este tipo de regímenes militares. Países como Paraguay, Guatemala, Ecuador, Perú, Honduras y México, son las seis naciones del continente en donde sus ciudadanos apoyarían a un gobierno militar en reemplazo del gobierno democrático, si las cosas se ponen muy difíciles, señala el Latinobarómetro.
Ahondando en esos detalles, se consultó ¿cuán probable cree usted que es, que pueda haber un golpe de Estado en el país, o no sabe usted lo suficiente para opinar?, se consultó a los ciudadanos por parte del Latino barómetro.
En el caso de Honduras la respuesta fue de un 21%, es decir, es el país de la región, cuya democracia es frágil, en donde los ciudadanos temen menos que haya un golpe de Estado. Los países más vulnerables en su democracia no temen a este fenómeno, contrario a los que tienen democracias más fortalecidas que sí temen a una eventual asonada, se asegura en el informe.
Un dato preocupante con la democracia y el sistema político de partidos políticos es como aumenta la desafección hacia los partidos políticos. Un 77% de los latinoamericanos consultados dijo que los partidos políticos no funcionan bien, y en el caso de Honduras, un 73% cree que no funcionan bien, mientras apenas un 22% cree que funcionan bien.
En Honduras, un 40% de los ciudadanos es del criterio que sin partidos políticos no hay democracia; pero un 47% estima que la democracia puede funcionar sin los partidos políticos.
Una democracia sin partidos políticos es uno de los errores conceptuales más graves que tiene la democracia latinoamericana, que obliga a las elites políticas a replantearse su rol en las democracias, qué no están haciendo bien y por qué tanta desafección.
Algunos de los factores están relacionados con la corrupción, el aumento de la indiferencia al tipo de régimen y una preferencia por el autoritarismo, entre otros, destaca esa radiografía del Latinobarómetro, que, en el caso de Honduras, pone su acento en sus retrocesos y debilidades que la ubican como un país donde su democracia está altamente vulnerable y expuesta. (PD)