Tegucigalpa – Honduras alcanzó los 251 mil 966 contagios y 6 mil 748 defunciones por la COVID-19 en 464 días de pandemia, un promedio de 15 decesos por día, cifras que se perfilan al alza en lo que podría ser el “peor” pico de la pandemia.
– El cierre de triajes y el retardo en la adquisición de vacunas contra la COVID llevarán al colapso del sistema hospitalario, según expertos médicos que creen el “país va en otra dirección”.
– Honduras suma 15 meses de pandemia con un promedio de 15 decesos a causa de la COVID, según registros oficiales.
El país centroamericano no logra una meseta en la curva de contagios y de decesos y las autoridades de la Secretaría de Salud prevén que junio será el “peor” mes de la pandemia, superando a junio de 2020.
“Este mes de junio avizora que posiblemente sea peor que junio del año 2020”, declaró a periodistas el viernes el doctor Harry Bock, jefe de la Región Metropolitana del Distrito Central.
Lo anterior colige que el país está en ruta al peor pico de la pandemia después de haber confirmado los dos primeros casos importados el 11 de marzo de 2021.
Solo en el 2021 Honduras suma 126 mil 557 casos positivos del coronavirus SARS-CoV-2, según datos del estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager)
Asimismo notificó que los muertos por esta enfermedad solo en el 2021 ya ascienden a 3 mil 514.
Lejos de dejar la mascarilla
Las anteriores cifras alargan la brecha para que el país pueda dejar de usar mascarilla, así como ya lo están haciendo algunas ciudades de Estados Unidos e incluso países europeos.
A criterio del doctor Hommer Mejía, coordinador de la Unidad de Vigilancia de la Secretaría de Salud (Sesal), el uso de mascarilla se debe adoptar como un proceso cultural, es decir que después de lograr la inmunidad de rebaño se continúe con el uso de la misma como una acción preventiva de varias enfermedades.
“El uso de la mascarilla corresponde ser una de las medidas que debería quedar como parte de la cultura en materia de salud, así como la cultura asiática”, expresó a Proceso Digital el galeno hondureño.
Enfatizó que será hasta que se haya inmunizado a más de seis millones de hondureños que se podrá hablar de dejar de usar la mascarilla.
Acotó que la mascarilla previene el contagio de la COVID-19 en el 70 %, por lo que es en la actualidad el principal escudo contra la enfermedad.
Otra dirección
La situación que vive Honduras por la pandemia de COVID-19 desde marzo de 2020 es «muy difícil», porque en el país, en vez de centrarse en aspectos vitales para los hondureños, «los intereses van en otra dirección», según el científico Marco Tulio Medina.
«Creo que en vez de centrarnos en aspectos que considero vitales para la vida del pueblo hondureño, los intereses van en otra dirección y eso debilita la capacidad del Estado para enfrentar la pandemia de una manera apropiada», dijo Medina a Efe en Tegucigalpa.
Agregó que otros elementos adversos para el país son «el egoísmo interno y el egoísmo mundial, con países que acaparan más vacunas de las que necesitan», en detrimento de los países pobres.
Medina expresó que Honduras, con 9,5 millones de habitantes, de los que el 70 % son pobres, según diversas fuentes, «enfrenta la peor crisis nacional, igual que el mundo en los últimos 100 años», y recordó la gripe española, en 1918, la I y II Guerra Mundial, y la «Guerra fría», entre otras desgracias del siglo pasado.
Colapso a la vista
El cierre de triajes provocará un colapso en el sistema sanitario a partir de la segunda semana de julio, advirtió el doctor Carlos Umaña
“A partir de la segunda semana del mes de julio va a estar totalmente colapsado el sistema sanitario, específicamente en los 16 departamentos restantes”, dijo el galeno.
Lamentó que a la fecha se estén cerrando los centros de triajes y los pocos en funcionamiento, no se le pague los salarios al personal sanitario.
El también presidente de la Asociación de Médicos del Seguro Social en la zona norte imploró al gobierno que haga sus esfuerzos por pagar los salarios y mantener los triajes en buen estado.
Señaló que los triajes son la contención primaria, pero que con los cierres, el virus avanza con rumbo hacia las áreas rurales con una población que ha relajado sus medidas de bioseguridad. (RO)