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Honduras en elecciones: transparencia y desafíos para evitar la violencia

Tegucigalpa – Más de seis millones de hondureños podrán votar en las elecciones generales del domingo, en las que se han planteado dudas sobre una correcta distribución del material electoral y reclaman que las Fuerzas Armadas no se inmiscuyan en el escrutinio o que no haya violencia, como ocurrió en los comicios de 2017.

Estas son las cinco claves de unas elecciones que serán las duodécimas desde que el país retornó a la democracia, en 1980.

1.- La izquierda apuesta por un segundo mandato en el poder

El sucesor de la actual presidenta de Honduras, Xiomara Castro, saldrá entre la oficialista Rixi Moncada, del Partido Libertad y Refundación (Libre), quien defiende la bandera de un ‘socialismo democrático’ (izquierda), y los candidatos conservadores Salvador Nasralla, del Partido Liberal, y Nasry Asfura, del Partido Nacional.

Nasralla busca por cuarta vez consecutiva llegar al poder, mientras que Asfura -que esta semana recibió el apoyo público del presidente estadounidense, Donald Trump, para evitar el «avance comunista»- va por el segundo intento, con un Partido Nacional que se desgastó durante doce años consecutivos en el Ejecutivo, entre 2010 y 2022, marcados por denuncias de corrupción y narcotráfico.

2.- Dudas con la distribución del material electoral

Las marcadas diferencias entre los tres consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE), que representan a los principales partidos en la contienda, alteraron el cronograma electoral.

Los conflictos internos en el CNE retrasaron la contratación de la empresa de transporte para la distribución del material en los 18 departamentos del país, lo que finalmente comenzó el pasado día 20, rebajando el ambiente de incertidumbre surgido desde que se inició la campaña, el 1 de septiembre.

3.- Acusaciones de fraude antes de votar

En Honduras las denuncias de fraude electoral vienen desde noviembre de 1981, cuando se celebraron las primeras elecciones tras el retorno a la democracia en 1980. Los fraudes por lo general se han denunciado en la fórmula presidencial, aunque las acusaciones también han trascendido en menor grado en alcaldías municipales y diputados.

En las elecciones de este año, líderes de los tres partidos mayoritarios, Liberal, Libre y Nacional, se han acusado mutuamente de fraude, curiosamente cuando, según analistas, quien normalmente denuncia irregularidades es el partido que está en el poder, pero lo hace después de los resultados de las votaciones, no antes.

4.- Injerencia de las Fuerzas Armadas

Por mandato de la Constitución, las Fuerzas Armadas son una institución permanente, profesional, apolítica, obediente y no deliberante, pero en el actual proceso electoral han tenido una actitud de injerencia, algo que ha generado incertidumbre y desencadenado las críticas de observadores de la comunidad internacional.

El jefe del Estado Mayor Conjunto del instituto castrense, Roosevelt Hernández, le ha pedido a los consejeros del CNE que, el día de las votaciones, le entreguen una copia del acta con los resultados de la fórmula presidencial, algo inédito. La petición de Hernández fue calificada como «injerencia» por la consejera presidenta del CNE, Ana Paola Hall.

El alto jefe castrense también ha tenido agrias polémicas con una de las consejeras del CNE y ha tildado de ‘sicarios de la verdad’ a varios periodistas y dueños de medios de comunicación.

5. Más descalificaciones que propuestas en las campañas

Por primera vez en la frágil democracia de Honduras, la izquierda, que ganó con Xiomara Castro sus primeras elecciones hace cuatro años, busca un segundo período frente a dos tradicionales y conservadores partidos que alternaron la presidencia durante un siglo.

Las campañas de los partidos mayoritarios han destacado más por los ataques y las descalificaciones que por las propuestas a la población, en un país que política y socialmente se fragmentó tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 a Manuel Zelaya, esposo y principal asesor de Xiomara Castro, y coordinador general de Libre.

Entre los hondureños hay temor de que puedan registrarse hechos violentos, dependiendo de los resultados, si la diferencia del ganador fuera muy estrecha. En 2017 hubo violencia por la reelección de Juan Orlando Hernández, lo que la ley no permite bajo ninguna modalidad. EFE

(vc)

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