Saint John’s – La delegación de Honduras, en representación del Gobierno que encabeza la presidenta Xiomara Castro, abogó este jueves ante la 55 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a favor de la integración regional y la defensa de los derechos humanos.
Durante su intervención en la asamblea, celebrada en Antigua y Barbuda, Roberto Ramos, asesor ministerial del Despacho del Canciller de Honduras y jefe de la delegación hondureña en la Asamblea, reafirmó su convicción de que «otro hemisferio es posible, uno basado en la solidaridad entre los pueblos y el respeto a la dignidad humana».
«Honduras asumió con responsabilidad un papel activo en la comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), promoviendo una agenda de integración soberana, inclusiva y progresista», subrayó al tiempo que hizo un llamado a «fortalecer los mecanismos de cooperación, revitalizar el multilateralismo regional y consolidar a la CELAC como una voz común frente a los grandes desafíos globales».
En su mensaje, destacó que en el centro de la política hondureña «está el ser humano», motivo por el cual desde el inicio de la actual Administración – según alega- se ha priorizado «la reparación integral a las víctimas de violaciones cometidas en contextos de represión, criminalización y violencia institucional».
«Se han fortalecido los mecanismos de protección a defensores y defensoras de derechos humanos, pueblos indígenas y comunidad LGBTQ+», remarcó.
«La migración no se resuelve con muros ni represión»
En cuanto a la movilidad humana, Ramos recordó que Honduras ha sido históricamente país de origen, tránsito y retorno de miles de personas que migran en busca de dignidad y seguridad.
«Trabajamos para que emigrar sea una opción y no una obligación, enfrentando las causas estructurales como la pobreza, la violencia, el cambio climático y la falta de oportunidades», indicó.
Aprovechó para exhortar a los Estados de destino «a tratar a nuestras hermanas y hermanos migrantes con humanidad, respetando sus derechos sin criminalizarlos ni estigmatizarlos» y expresó que «la migración no se resuelve con muros ni con represión, sino que con desarrollo compartido y responsabilidad común».
Precisamente, las deportaciones de hondureños aumentaron un 9,2 % en los primeros cinco meses de 2025, con un total de 15.988 personas retornadas, lideradas por Estados Unidos con más de 9.900 expulsiones, según datos divulgados en su momento por el Instituto Nacional de Migración (INM).
Una América «más justa, libre y soberana»
Durante su intervención, Ramos también dejó claro que Honduras rechaza toda forma de intervención o injerencia externa y que «ninguna nación debe imponer su voluntad sobre otra bajo pretextos de seguridad, lucha contra el crimen o intereses económicos».
Añadió que Honduras «no busca aliados que nos dicten condiciones, sino que socios que nos acompañen con dignidad en la construcción de una América más justa, libre y soberana. Señor presidente, el tiempo de los pueblos ha llegado».
El jefe de la delegación no dejó de referirse a la situación ambiental que enfrenta su país y la región, al señalar que Honduras «es víctima de un modelo de desarrollo depredador» que ha provocado deforestación masiva, pérdida de biodiversidad y fenómenos climáticos extremos.
«La justicia climática por consiguiente exige que quienes más contaminan asuman mayores compromisos y responsabilidades», expresó.
Concluyó su intervención expresando: «Desde Honduras extendemos nuestra mano fraterna para seguir construyendo junto a ustedes una región más humana, solidaria y esperanzadora. Sabemos que los desafíos son enormes, pero también lo es la determinación de nuestros pueblos». EFE