Gladys Lanza despedida de este mundo, pero no del corazón de los hondureños

Tegucigalpa – Centenares de personas de todos los estratos de la sociedad se dieron cita este día en la capital hondureña para despedir los restos mortales de la dirigente feminista Gladys Lanza, quien falleció a los 74 años producto de una enfermedad que la aquejaba desde hace algún tiempo.

Los restos de Lanza, considerada símbolo de la lucha social en Honduras, fueron llevados en hombros hasta su última morada en el cementerio de la aldea de Suyapa, capital del país.

Gladys Lanza fue estandarte del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE) a finales de los 80 y principios de los 90, antes había sido fiscal del sindicato durante 10 años.

La misa de cuerpo presente se realizó en la Basílica de Suyapa, iglesia perfecta para el personaje que era, pero fue enterrada como todos se lo esperaban. En el humilde cementerio de la aldea de Suyapa y a la par de la mujer que más admiró: su madre Petrona Lanza.

gladys2Durante el funeral de la líder feminista no hubo acceso a ningún medio de comunicación por petición de los familiares, pero se informó que en la sala donde fue velada toda la noche la fragancia a flores frescas ahogaba el sentimiento por esta pérdida irreparable de la sociedad hondureña.

Mujeres agrupadas al movimiento Visitación Padilla formaron una valla para despedir a su más grande “estandarte” de la lucha gremial. Con retratos de Lanza en sus manos y al compás de la marcha de su féretro, se le brindó un sentido homenaje.

Una de las principales allegadas de Lanza, dijo que ella no hubiese querido que le hicieran misas y que su sepelio fuera objeto de los reflectores. “Estoy segura que se hubiera sentido mejor si la enterramos en el anonimato”, apuntó.

Profundo dolor y huella deja en la sociedad hondureña la partida sin retorno de Gladys Lanza. ¡Descanse en paz, tan invaluable mujer!

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