Tegucigalpa- La Compañía de Jesús en Centroamérica confirmó este viernes el fallecimiento del sacerdote hispano-salvadoreño José María Tojeira, S.J., a los 78 años.
El padre Tojeira deja un legado imborrable en la vida religiosa, académica y social de la región, especialmente en El Salvador, donde dedicó gran parte de su vida al servicio pastoral, la defensa de los derechos humanos y la construcción de una sociedad más justa.
Nacido en 1947 en España, Tojeira inició su misión en Honduras en 1969 y en 1985 llegó a El Salvador como superior de los estudiantes de teología de la Compañía de Jesús. Desde entonces se convirtió en una de las voces más claras y valientes en defensa de los pobres, los marginados y las víctimas de la violencia.
Fue provincial de los Jesuitas para Centroamérica entre 1988 y 1995, rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de 1997 a 2011, y director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (Idhuca) hasta 2020. En cada responsabilidad asumida, Tojeira marcó con su ejemplo de coherencia, humildad y compromiso ético.
Su liderazgo fue determinante en los procesos judiciales contra los responsables de la masacre de los seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras en la UCA, ocurrida en noviembre de 1989. Con firmeza, acompañó a la comunidad universitaria y a las familias en la búsqueda de justicia, convirtiéndose en una figura clave en la memoria histórica de El Salvador.
El sacerdote también fue un referente internacional en la defensa de los derechos humanos. En los últimos años, alzó su voz contra la persecución y confiscación de bienes de la Compañía de Jesús en Nicaragua por parte del régimen de Daniel Ortega, reafirmando su compromiso con la verdad y la dignidad humana.
“La vida del padre Tojeira fue un testimonio de entrega al territorio centroamericano desde el apostolado social, el liderazgo provincial y universitario, el compromiso con la justicia y los derechos humanos y el acompañamiento pastoral”, expresó la Compañía de Jesús en su comunicado oficial.
Su partida provoca hondo pesar en la comunidad académica, religiosa y social de El Salvador y Centroamérica. Quienes lo conocieron destacan no solo su firmeza intelectual, sino también su sencillez, cercanía y profunda espiritualidad, heredadas del legado de los mártires jesuitas de la UCA.
El padre José María Tojeira deja una huella de esperanza, de lucha por la justicia y de fe en la construcción de un mundo más humano. Su memoria vivirá en las generaciones que lo escucharon, lo acompañaron y lo seguirán recordando como un hombre íntegro, comprometido y fiel al Evangelio.LB