Madrid – El Museo del Prado presenta ‘Antonio Raphael Mengs 1728-1779’, una exposición retrospectiva sobre el considerado creador del Neoclasicismo, que cayó en el olvido pese a ser fundamental en su tiempo y a quien ahora se quiere dar a conocer.
Pintor de la Corte de Carlos III junto a Gianbatistta Tiepolo, Mengs declaró la escultura griega como el ‘bello ideal’ y despreció todo lo que no se ajustara a ese canon de belleza, por lo que acumuló muchas enemistades que hundieron su reputación hasta hacerle casi desaparecer.
«Mengs dio a cada época argumentos para despreciarlo o incluso odiarlo», reconoció este lunes Andrés Úbeda, quien junto a Javier Jordán ha comisariado la muestra, y que considera que el artista fue «importante por su pintura y por la trascendencia de sus ideas».
Sin embargo, «su personalidad atormentada y antipática», sus duras críticas a artistas tan reconocidos como Velázquez, a quien insultó por no conocer el mundo clásico, fueron creando «como una maldición» que le hizo ir «cayendo y sepultando su mérito», aseguró Úbeda.
Con esta exposición, financiada por el BBVA y que podrá visitarse hasta el 1 de marzo, el Prado recupera a un pintor que revolucionó el paradigma del arte, abrió la puerta al Neoclasicismo y sentó las bases de la pintura europea del XVIII.
«Fue un pintor absolutamente trascendental», aseguró el director del Prado, Miguel Falomir, para quien la muestra ofrece una revisión profunda de su obra, pensamiento y legado, en diálogo con los grandes maestros del pasado.
Falomir subrayó que a Mengs se debe el haber conservado las grandes pinturas mitológicas de Rubens, Tiziano o Durero que Carlos III quiso mandar a la hoguera por impúdicas y pecaminosas.
La exposición reúne un total de 159 obras, de las cuales 64 son pinturas, 14 artes decorativas y 81 dibujos, grabados y estudios sobre papel, lo que permite explorar tanto su faceta como pintor de cámara y muralista, como su dimensión intelectual y teórica.
Las piezas proceden de 25 instituciones internacionales, lo que refleja el alcance europeo de su influencia y la riqueza de su legado.
Organizada en diez secciones temáticas, la muestra recorre desde la formación del artista en Dresde (Alemania) y Roma hasta su consagración como pintor de la corte de Carlos III.
A lo largo del recorrido se destacan sus vínculos con figuras como Rafael, Correggio y Winckelmann, y se incluyen obras como ‘Lamentación sobre Cristo muerto’, procedente de la Galería de las Colecciones Reales en Madrid; ‘Júpiter y Ganimedes’ del Palazzo Barberini en Roma; y ‘Octavio y Cleopatra’ de la National Trust Collections en el Reino Unido. EFE









