Las Rozas (Madrid).– «Con la experiencia que tiene en esta competición final, es muy importante tenerlo dentro de la plantilla para darnos siempre su punto de vista en los momentos de más presión y dificultad», habla Thiago Alcántara de Sergio Busquets, 123 partidos internacional, campeón de todo y cuyo nombre, jerarquía y fútbol surgen ahora indispensables frente a Eslovaquia.
Porque España se cruza de frente con la presión, acechado por el fracaso por los dos empates consecutivos contra Suecia (0-0) y Polonia (1-1) que lo han puesto contra las cuerdas, con la única opción de esquivar el golpetazo con una victoria este miércoles contra Eslovaquia en el estadio de La Cartuja de Sevilla. Una final.
Es el momento de la jerarquía, una cualidad de la que adolece el grupo dirigido por Luis Enrique Martínez en buena parte de su lista -por la juventud de muchos sus jugadores, por la ausencia de otros antes habituales- y que descubrió de forma visible en el duelo del sábado contra Polonia, rebasado cuando las circunstancias fueron en contra, cuando marcó el 1-1 Robert Lewandowski o cuando Gerard Moreno lanzó al poste el penalti que podría haber sido el 2-1.
Nadie en toda la citación para la Eurocopa 2020 ha jugado tantos partidos como él con la selección española, con 123 encuentros, más que quince futbolistas juntos en la actual lista. Y en la presente edición del torneo sólo hay siete jugadores entre todos los equipos que hayan jugado tanta cantidad de choques internacionales como él.
Nada más el portugués Cristiano Ronaldo (177), el croata Luka Modric (139), el luso Jose Moutinho (133), el sueco Sebastian Larsson (131), el belga Jan Vertonghen (128), el eslovaco Marek Hamsik (128) -rival español en la ‘final’ del miércoles- y el portero francés Hugo Lloris (127) superan en registros a ‘Busi’.
Ni nadie ha ganado tanto como él en la actual selección española, no sólo a nivel de clubes sino también del combinado nacional, porque es el único campeón del Mundo en la convocatoria, aparte de ganador de la Eurocopa en 2012 en Ucrania y Polonia, desde su debut como internacional hace más de doce años: 1 de abril de 2009 en el triunfo de España en Turquía a las órdenes de Vicente del Bosque.
«ES NUESTRO REFERENTE»
En el momento de su estreno entonces, por ejemplo, Pedri González sólo tenía 6 años; Eric García, 8; Ferrán Torres, 9; Unai Simón, Robert Sánchez y Dani Olmo, 11; Pau Torres, Rodrigo Hernández o Mikel Oyarzabal, 12… Hoy todos son compañeros suyos en la lista de 24 hombres, que lo miran como una referencia indiscutible en España.
«Busquets ha sido campeón de todo, es nuestro capitán, el que más internacionalidades lleva y es nuestro referente. También Koke, Jordi (Alba)… Todos los que más internacionalidades llevan son nuestros referentes y a lo que los jóvenes queremos aspirar algún día, a ser uno de esos veteranos», destacó el central Pau Torres.
Son ya seis fases finales con la ‘Roja’ del medio centro, sucesivamente presente en los Mundiales de 2010, 2014 y 2018, donde ha vivido el éxito -en Suráfrica 2010- y ha soportado la decepción o el fracaso -la eliminación en octavos en Rusia 2018 y el sonoro fiasco en la primera fase en Brasil 2014-, y en las Eurocopas de 2012, 2016 y ahora, en 2021, con el golpe que supuso la Covid-19.
El positivo detectado el pasado 6 de junio, domingo, le obligó a abandonar de forma inmediata la ‘burbuja’ en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para aislarse en su domicilio. «Me llamó el doctor y me lo dijo. En ese momento es un cúmulo de sensaciones, no te lo crees, de inquietud por lo que pueda pasar, de muchas cosas. Pero en el momento que me subo a una ambulancia y vuelvo a casa le doy vueltas a todo».
Asintomático, aislado en su casa y del equipo, prosiguió con un plan de trabajo individual. «Hemos descargado los datos del GPS en el que ha traído los entrenamientos y está en perfecto estado», dijo el pasado viernes Luis Enrique, que dispone de él desde ese día, cuando dio el imprescindible negativo para reincorporarse al torneo, aunque tan recientemente recuperado y sin entrenar con el grupo que lo dejó fuera el sábado de los 23 convocados. Antes del duelo, tuvo una sesión individualizada para prepararse frente a Eslovaquia.
«UN JUGADOR VITAL»
Luis Enrique siempre tuvo claro su regreso. Tomó la decisión desde el primer momento de aguardar a su recuperación. «Le voy a esperar. Le vamos a esperar todos. Juega con ventaja, porque ha sido el primero (en dar positivo) y hay tiempo más que de sobra. Busquets estará en la lista seguro», expresó durante todo este recorrido, antes del comienzo de la competición sobre el centrocampista que el próximo 16 de julio cumplirá 33 años, 12 de ellos con la absoluta.
«Es un refuerzo muy importante para todos los jugadores y los que formamos la selección. Es el capitán y tiene una relevancia importante en el equipo», explicó el seleccionador en cuanto ya tuvo de nuevo a sus órdenes a un jugador fundamental para él, porque, a toda su experiencia y jerarquía, añade un fútbol incontestable como uno de los mejores especialistas del mundo como medio centro.
«¿Lo que aporta Busquets? Cualquiera que tire de hemeroteca y vea los últimos diez o doce años. Aporta lo que aporta en el terreno de juego como un medio centro ofensivo, con capacidad de superar situaciones de presión alta, de encontrar el mejor pase, cada balón que pasa por él se mejora… Y si sumamos que es el capitán y uno de los líderes de este equipo…», repasó entonces Luis Enrique.
«A nivel individual, futbolísticamente, sabemos la calidad que tiene ofensiva y defensivamente y lo que aporta a este equipo», expuso Thiago Alcántara, compañero en la selección y antes en el Barcelona. «Es un jugador vital para nosotros en lo futbolístico y lo humano», remarcó Jordi Alba, su ‘suplente’ como capitán.
España lo necesita dentro y fuera del campo, más aún cuando ya no queda nadie más que él de los campeones del mundo, sin Sergio Ramos, el capitán precedente, en la lista. Ni siquiera sus trece días fuera del grupo ni sus tres semanas sin jugar ningún partido -desde el amistoso ante Portugal del pasado 4 de junio- ponen en duda su transcendencia antes, durante y después de la ‘final’ ante Eslovaquia.
(ir)