Por Alberto García Marrder
Para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras
Estados Unidos ha encontrado en la creciente presencia china en el Canal de Panamá la excusa para intervenir o presionar sobre el futuro de esa importante vía interoceánica.
Ya lo dijo el presidente Donald Trump: “no descartamos el uso de la fuerza para recuperar un canal que nunca debimos haber regalado”.
Y ahora el nuevo Secretario de Estado, en su visita a Panamá por su gira centroamericana (menos a Honduras y Nicaragua, por algo será), el cubano-americano Marco Rubio, lo ha dicho también, aunque de buena forma: No toleraremos que China llegue a controlar el Canal de Panamá.

Rubio se refería a que una empresa de Hong Kong (ahora de China) opera dos puertos (por el Caribe y por el Pacifico) y en una futura confrontación entre Estados Unidos y China, podría cerrar el Canal de Panamá a los buques de guerra americanos que se dirijan al Pacífico.
No, no hay soldados chinos en el Canal ni lo operan los chinos, como denuncia Trump. Pero si es verdad la operación china de esos dos puertos y Washington seguirá insistiendo que Panamá está violando la neutralidad que exige el tratado que se firmó en el año 1999, para darle a ese país la plena titularidad de operación del canal.
En su primera gira internacional de un Secretario de Estado por Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y República Dominicana (ojo a las ausencias de Honduras y Nicaragua), Rubio viene a dar la cara amable del nuevo gobierno, pero sin olvidar la mano dura de Trump con respecto a las deportaciones de inmigrante indocumentados y de aranceles al país que se oponga.
En definitiva, ¿que pretende Washington? Por ahora, presionar a Panamá y atemorizar a los panameños. Y eso ya lo ha logrado. Y espera que se atienda su principal queja de las «desorbitantes” tarifas que se imponen a los buques norteamericanos por el tránsito por el canal.
En una entrevista en el “Megyn Kelly Show” , de la cadena Siroux , Rubio dijo que era “completamente inaceptable” que una compañía china, con base en Hong Kong, tenga el control de la entrada y salida del Canal de Panamá: “Eso no puede continuar así”.
“Si hubiera un conflicto y si China les dice que obstruyan el canal, lo harán, impidiendo el comercio y el tránsito de nuestra flota hacia el Indo-Pacífico, entonces tendremos un problema grave en nuestras manos”, reafirmó Rubio.
Por lo tanto, el gobierno de Panamá- el más pro- americano de la región, está avisado: tarifas más baratas o gratis para nuestros buques-contenedores y eliminar el control chino en los dos puertos de entrada y salida del canal. O aténgase a las consecuencias…una invasión para recuperar el canal de un país que no tiene ejército y sí la simpatía del resto de los países latinoamericanos.

Durante la visita de dos días de Rubio a la capital panameña (incluida una misa de domingo en una iglesia del casco antiguo), el presidente José Raúl Mulino, no dejo de recordar que el canal es panameño y “seguirá siéndolo”.
Pero en Washington, Trump está imponiendo una manera diferente de gobernar, “por la fuerza si es necesario” y para provocar caos y miedo. Y ha puesto los ojos en el Canal de Panamá. No le importan las consecuencias.