Tegucigalpa – Nacido en 1960 en la capital hondureña, Don Leo -como le conocen a Leonardo Raudales Fernández- tiene entre ceja y ceja fundar el Museo del Nacimiento con al menos un millar de muestras. Ya tiene 336 y dice: “que su obra tiene como idea principal evangelizar”.
– Hace un llamado a la población para que le donen belenes atípicos y así poder llegar al millar que le permitan edificar el museo.
– Cuando funcione el museo, cada pesebre llevará el nombre del donante.
En una plática distendida con Proceso Digital, el ingeniero de profesión, representó que el proyecto del museo de los nacimientos es una obra que tarde o temprano se verá concretada, asegura este hondureño con gran vocación religiosa.
En su vivienda, ubicada en el norte de la capital hondureña, Raudales tiene exhibidas decenas de piezas de su colección y a la vez estiba cajas que guardan otros tantos “belenes” que en su momento formarán parte del potencial museo, único el país.
En diferentes partes de la vivienda, el entrevistado tiene desplegados varios nacimientos que retratan el momento en que el niños Jesús vino al mundo y que forma parte de la creencia religiosa que conmemora en la Natividad la llegada del Salvador.
La historia da cuenta que San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana, fue el iniciador de los nacimientos entre 1200 y 1226. Según indica la tradición, el santo recorría la campiña cercana a la pequeña población de Rieti en el invierno de 1223. La Navidad de ese año lo sorprendió en la ermita de Greccio y fue allí donde tuvo la inspiración de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Jesús.
Construyó una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los vecinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de gente a reproducir la escena de la adoración de los pastores. La tradición indica, que de manera milagrosa, en la escena aparecieron ángeles y se personificó el niño Jesús, la Santísima Virgen y San José.
Visiblemente emocionado, Don Leo cuenta que tiene la tarea de fundar el Museo del Nacimiento en Honduras.
¿Cómo nace la idea?
Recordó que formó parte de un programa en la televisión católica que se llamaba “Buenas Nuevas” y recuerda que en 2016 realizó una presentación denominada “El mejor lugar para pasar la Navidad”. “Yo buscaba algo que pudiera ser representativo de la época y me encontré en el internet un reportaje que mostraba que en la isla de Malta había un lugar que lo convierten en un ‘belén’ gigantesco”, señaló.
Dijo que en esa oportunidad también pudo enterarse que había un museo del juguete e igualmente ese mismo año en la Plaza del Pueblo, en Roma, Honduras participó con un nacimiento lenca.
“Eran como dos mil nacimientos y escogieron los mejores 250, entre ellos el de Honduras que ocupó el tercer lugar. A todo esto, mi fe me dijo: ‘algo hay que hacer’ y el Señor puso en mi corazón que tenía que hacer un trabajo y de ahí nace la idea del Museo del Nacimiento”, contó.
El proyecto del museo
Raudales, narró que fue así como nació la idea de coleccionar “belenes” para instaurar el Museo del Nacimiento. “No tenía dinero y solo contaba con el nacimiento de la casa, entonces una familia mía de Guatemala me invitó a pasar la Navidad allá, participé en una promoción de un establecimiento de comidas y me gané 100 dólares, y fue así que compré los primeros 12 nacimientos para el proyecto”, rememoró.
Narró que en 2018 acudió al Museo de Identidad Nacional (MIN), para pedir la oportunidad de exponer. “No me hicieron mucho caso porque llega mucha gente, pero me dijo la encargada que le mandara lo que tenía, y cuando miró mi inventario me contestó: ‘le vamos a hacer un espacio aunque no haya y me lo concedieron para exponer 112 nacimientos”, adicionó.
El entrevistado describió que al tener la aceptación del público, le volvieron a confirmar otra exposición para diciembre de 2018. “Busqué ayuda del gobierno porque ocupaba muebles, sin embargo no se pudo aunque me dieron la idea para usar acrílicos. Fue así que un amigo me los facilitó y esa vez se expusieron 212 nacimientos”, ahondó.
Reveló que muchos de los belenes son comprados, otros regalados por amigos y conocidos que viajan por el mundo, y algunos son adquiridos mediante plataformas digitales.
Fue así como Don Leo acumuló más nacimientos. Luego, en 2019, no puedo hacer la exposición por problemas de muebles y ahora en 2020 con la situación de la pandemia las cosas se complicaron más.
Detalló que actualmente tiene 350 “belenes” y la meta es llegar a los mil para conseguir un lugar permanente donde se logre construir el sueño del principio del Museo del Nacimiento en Honduras.
Ayuda internacional
Previó solicitar ayuda a otros países para fortalecer el proyecto cultural-religioso en el país.
“Siempre se dice que el primer nacimiento surgió de Francisco de Asis, sin embargo fue anterior a él por medio de un papa que ahorita no recuerdo su nombre. Fue así que Francisco de Asis pidió al Santo Padre hacer una representación de los nacimientos y lo hizo con el pesebre, el buey y el burro, pero no había gente, y a la hora que se celebra la Misa del Gallo dio toda una catequesis sobre el acontecimiento”, explicó Raudales Fernández.
Rememoró que luego nace en Italia esta costumbre y empieza con la Casa Capo Di Monte. Fue así como se hicieron las imágenes a un tamaño más o menos grande, pero luego se elaboraron más pequeñas para que pudieran guardarse.
Dijo que en su colección tiene belenes de varios tamaños e incluso hubo alguien que le ofreció donarle uno grabado en un grano de arroz.
Especificó que los nacimientos que forman parte de su colección, muchos tienen el toque particular de la tierra donde fueron elaborados.
Museo permanente y único
Don Leo prevé que el Museo del Nacimiento sería de forma permanente y no cree que se levantaría en Tegucigalpa porque aquí la gente no tiene la costumbre de acudir a estos recintos. Él prevé crear su obra en el occidente del país debido a la religiosidad de la zona.
Confió que una de sus hijas es cómplice de la idea del museo de los “belenes”, aunque tuvo palabras de agradecimiento para un sinnúmero de amigos que le han donado nacimientos y otros que cuando viajan siempre tienen pendiente traerle alguno.
Reiteró que la idea del Museo de Nacimiento nació en 2017, gracias a su fervor religioso por la navidad.
Apuntó que cada vez que recibe un “belén” como donación, se toma el tiempo de investigar conceptos de simbología y otros aspectos culturales.
Detalló que los 350 nacimientos que posee cuentan con su debida explicación e historia para poder mostrarlos en el momento oportuno.
Centenario
“Tengo de diferentes tamaños, casi todos son pequeños. El belén más grande -y que de hecho es el más valioso- es el que llamo ‘El Centenario’ porque tiene más de 100 años, me lo regaló una familia que lo conservaba como tradición”, describió.
Este nacimiento (centenario) era de una señora que se llamaba Teresa Ávalos. En algunas de sus piezas ha tenido que ser restaurarlo. “Este es el nacimiento que más valor sentimental tiene para mí, aunque estéticamente podría mencionar uno de San Miguel de Allende en México, otro que lo hicieron los lencas con barro blanco bañado con barro negro y un tercero que es de Nicaragua que tiene un gran valor ancestral”, reforzó.
Leonardo Raudales especificó que del universo de 336 nacimientos: 92 son de Honduras, 78 de Centroamérica, 86 del resto de América, cinco de África, 37 de Europa y 38 de Asia.
Los belenes comprados oscilan entre los 20 y 40 dólares, aunque otros tienen un valor incalculable.
Mencionó que ha recorrido Honduras para buscar tipos de nacimientos elaborados por manos de connacionales y se ha encontrado con muchas sorpresas.
Sepan que Jesús nace en todos lados
“Al final, la idea es que todos sepan que Jesús nace en todos lados, incluidas en las culturas lejanas”, dijo.
Raudales enumeró que tiene “belenes” de Uganda, Mozambique, Kenya, Rusia, Haití, Bielorusia, Marruecos, Venezuela, EEUU, entre muchos otros.
Reveló que nunca ha sido objeto de robo de la figura del niño Dios, tal como ocurre en la tradición católica en el país.
Don Leo, caviló que el misterio de la Natividad representado en el pesebre es indispensable en todas las casas. Esta tradición ha pasado de padres a hijos, como la labor que realizan los artesanos que, empleando los materiales más sencillos crean una magia que no se pierde a pesar de los años.
Recogió algunos de los ejemplares exhibidos y los guardó en una caja, no sin antes reafirmar su idea de crear el Museo del Nacimiento para culminar una obra que combina su devoción religiosa con la cultura en un país eminentemente cristiano.
JS