Londres – España nunca ha sido la selección que más seguidores moviliza en sus desplazamientos al extranjero, pero pocas veces habrá vivido una situación como la de este martes, cuando casi todos sus aficionados en Wembley llegan, literalmente, directos desde el trabajo.
La campaña lanzada desde la Real Federación Española de Fútbol («Os necesitamos») surtió efecto entre la amplia comunidad española en el Reino Unido. Y aún lo hizo más las entradas a 85 euros que la UEFA sacó de repente el lunes para asegurarse la afluencia al estadio.
Las restricciones para entrar en Inglaterra por la COVID pusieron casi imposible viajar desde España, pero entre los inmigrantes y expatriados la noticia corrió como la pólvora.
«Fue una sorpresa de mi amigo Sergio, que me llamó ayer por la mañana y me dijo que había entradas. Jamás me podía haber imaginado que iba a ver a España aquí en semis», dijo a Efe el almeriense Adrián Moya, exultante horas antes del partido junto al estadio.
Un aliciente añadido del partido es el «pique» que Moya tiene con sus dos compañeros de trabajo italianos. Para alguno, el miércoles será un día muy largo…
Rodeado de cuatro amigos, andaluces como él, no dudó en sacarse una foto con el estadio de Wembley de fondo, gracias a un fotógrafo muy particular.
«¡Ha sido el propio «bobby» (policía londinense) el que se ha ofrecido para hacernos la foto!», comentó entre risas el joven Juanjo Montilla, también almeriense.
«Claro, si luego van a las playas de España…», terció Moya.
Precisamente, la pasión en este país por veranear en España (y por la sangría, la paella o «Macarena») ha sido el acicate con el que la federación ha querido espolear a los propios ingleses para que compren billetes y aporten su ruidoso apoyo a la Roja.
Una de esas británicas que este martes darán su aliento a España en Londres es Vanessa Harrower, llegada junto a su pareja desde Manchester, que por unas horas será una aficionada española. Sólo, eso sí, hasta que este miércoles su Inglaterra se juegue el pase a la final contra Dinamarca.
Harrower se atreve a decantarse por su jugador favorito: Morata. «Hoy va a marcar, ya lo hizo el otro día. Tiene que hacer algo, no ha hecho demasiado hasta ahora», dijo, cubierta por una bandera española.
«¿Un resultado para hoy? 3-1», afirmó convencida, antes de que su novio la interpele.
– ¿Pero a favor de quién?».
– «¡De España, por supuesto!»,
El partido de este martes supone para muchos inmigrantes la posibilidad de reconectar con el país de sus raíces, que en no pocos casos abandonaron hace décadas.
Lejos de ser el clásico público que sigue a la Roja en cualquier vicisitud, para muchos de los cerca de 9,000 españoles que presenciarán el partido en Wembley según calcula la UEFA (frente a 11,000 italianos), esta será la primera ocasión de ver a la selección en directo.
El navarro Alberto Munárriz es uno de ellos. Residente en Worcester (en el centro de Inglaterra) desde hace 25 años, este seguidor confeso de Osasuna y ataviado con la camiseta de los rojillos calentaba motores en los aledaños de Wembley junto a su hijo Daniel, de 16 años.
«Y encima tenemos a Azpilicueta, la victoria está asegurada», dijo a Efe este ingeniero que trabaja en el sector de la automoción.
Su hijo Daniel, pese a haber nacido en Reino Unido y manejarse sobre todo en inglés, no tiene dudas sobre hacia dónde iría su corazón si el fútbol deparase una final España-Inglaterra.
«¡España por siempre, señor!», dijo orgulloso este admirador de Busquets.
Y sin necesidad de pasar por el aeropuerto, pero después de un largo, muy largo viaje, algunos osados tampoco quisieron perderse esta oportunidad histórica. Eso hizo Amor Pérez, que, con su hijo David, de 12 años, se metió en un coche y puso rumbo a Londres desde Escocia, donde vive desde hace siete años.
«Vi el anuncio que ponía ‘españoles os necesitamos’ y ni nos lo pensamos. No teníamos camiseta ni nada, pero ahora ya tenemos todo el kit. Nos volvemos esta misma noche y a la una del mediodía mañana vuelvo a trabajar», dijo a Efe la mujer. (ag)