La crisis es inherente a la profesión periodística, que hoy lamenta su falta de rumbo en un mundo de hiperconexión frenética. La experimentación es necesaria para la supervivencia del oficio, afirma el responsable de Chartbeat, como lo siguen siendo la calidad, la integridad y la pulcritud: La tecnología “puede ayudar, pero sólo el periodismo puede salvarse a sí mismo”.
Chartbeat es una compañía tecnológica que se dedica a analizar cómo funciona la atención en internet y a asesorar a los creadores de contenidos para que consigan unos rendimientos económicos óptimos. EFEfuturo ha conversado con su consejero delegado, Tony Haile, sobre las imbricaciones de periodismo y tecnología, las crisis de identidad y de modelo de negocio de las compañías informativas y la feroz a la vez que apasionante guerra por la atención en una red absolutamente ubicua.
Pregunta.- La digitalización está forzando a los medios de comunicación a hacer una transición, en muchos casos dolorosa. ¿Cree que la tecnología cambiará la esencia, la naturaleza del periodismo o únicamente la manera en que se presenta y distribuye?
Respuesta.- La tecnología ni ha cambiado ni cambiará la esencia del periodismo, únicamente la manera en que se presenta. Se cuentan historias desde hace milenios y la tecnología no modifica significativamente los ritmos que conforman una gran historia, ni siquiera cuando afecta a su formato. El desafío del cambio del periodismo en la era digital procede de losmodelos de negocio asociados a él y no de la tecnología. Son ellos los que definen qué historias podemos cubrir y con qué profundidad. Son los que tendrán un impacto mucho mayor en el periodismo que la tecnología en sí misma.
P.- ¿Serán las compañías tecnológicas quienes salvarán el periodismo?
R.- No. Estoy más que convencido de que los profesionales del periodismo miran con escepticismo a aquellos que claman que van a salvarlo. Lo que sí podemos decir es que el periodismo afronta profundos cambios estructurales y necesitará recurrir a una innovación tremenda para sobrevivir y lograr su propósito de ser un componente esencial de nuestra democracia y una fuente de inspiración. La innovación exige capital y las empresas tecnológicas lo tienen más sencillo para levantar ese capital que las compañías de medios tradicionales. Espero que las tecnológicas puedan ayudar a encontrar esa senda de innovación, pero en última instancia sólo el periodismo puede salvarse a sí mismo.
P.- ¿Por qué cree que compañías como Facebook, Google, Twitter o Apple han entrado en la industria de las noticias?
R.- Facebook y Twitter son compañías que organizan y distribuyen contenidos a una audiencia grande y monetizan esa audiencia con la publicidad. Algo similar a lo que hace un medio de comunicación. Google existe para organizar la información del mundo y la industria de las noticias es una gran creadora de esas noticias. Apple quiere poseer un sistema vertical y ganar dinero de cada área en la que pases tu tiempo. Han sido capaces de hacerlo con la música y las películas y ahora con la tienda de aplicaciones sacan tajada de todas las aplicaciones que se venden. Las noticias eran la pata que les faltaba.
P.- ¿Considera que el contenido distribuido -como Instant Articles, Apple News o Snapchat Discover- es la vía para superar la crisis del periodismo?
R.- El contenido distribuido no ayuda a resolver los problemas del periodismo de una forma importante. El principal problema del periodismo es cómo vincular una monetización suficiente a una historia sin arruinar la experiencia del usuario. En esencia, cómo hacer que el dinero viaje con la historia sin herirla. El contenido distribuido trata de alcanzar una mayor audiencia y eso ni siquiera sirve para empezar a abordar ese desafío fundamental. Si el contenido distribuido evoluciona hasta ser capaz de conectar el valor de una página con la calidad de la experiencia con el contenido, entonces se harán progresos. Hasta entonces, essimplemente una ampliación de la audiencia.
P.- Los periodistas han filtrado la realidad durante siglos. Hoy, la gente tiene un acceso directo a la información, pero la cantidad de datos es tan ingente que es más necesario que nunca disponer de una selección decente de contenidos. Con el contenido distribuido, la visión global y la forma de entender la realidad de un medio de comunicación son reemplazados por el criterio de compañías de otra naturaleza -es Facebook, por ejemplo, quien decide qué mostrar, cuándo y a quién hacerlo- y emplazados en plataformas ajenas a los medios. ¿Asistiremos a la muerte de la portada de los periódicos, al fin de las publicaciones como unidades coherentes y cerradas de información?
R.- Periódicos y revistas están claramente en plena lucha con sus negocios, que están menguando. Sin embargo, es importante distinguir entre infraestructura e institución. La infraestructura de impresión y portada como el elemento central de “curación” tiene los días contados. Ahora bien, la institución como marca en la que la gente confía para conocer la verdad, para identificar lo que es importante y para comunicar lo que consideran importante con claridad, eso no desaparecerá por el momento. Aun cuando las noticias se distribuyan de maneras absolutamente ajenas al medio, la cabecera puede seguir teniendo entidad y razón de ser si persigue representar aquello que la hizo relevante. El desafío para los medios será cómo tomar decisiones difíciles sobre qué es infraestructura y ya resulta innecesario, y qué es institución y sigue siendo esencial.
P.- ¿Se están convirtiendo corporaciones como Facebook o Apple en medios de comunicación, en plataformas de noticias en sí mismas?
R.- Sí, hasta cierto punto. Un medio de comunicación tiene cinco tareas intrínsecas: crear, albergar, seleccionar, distribuir y monetizar contenidos. Las plataformas ahora pueden hacer las últimas cuatro. La única área en la que no se han metido ha sido en la creación de contenido, lo cual tiene sentido desde el punto de vista estratégico. Saben que habrá demanda de contenido a diario, pero dejan el riesgo de crear el contenido adecuado en las manos de otros.
P.- Al mismo tiempo, ¿las compañías de medios están virando hacia empresas de tecnología?
R.- Aunque algunas organizaciones están invirtiendo en desarrollar sus propias tecnologías, no lo considero una solución escalable para todas las redacciones a largo plazo.
P.-¿Cree que la era del ‘clickbait’ está llegando a su fin?
R.- Estamos advirtiendo señales que así lo indican… Estamos viendo periodismo de formato largo muy interesante que está funcionando asombrosamente bien. Y también que los titulares de consejos y trucos no están teniendo resultados particularmente buenos. Todo esto me dice que los lectores quieren buen contenido; no quieren que les inciten a leer algo que “cambiará radicalmente tu vida en cuatro minutos” a menos que realmente vaya a cambiarla. Los lectores son más inteligentes que eso.
P.- Su compañía mide la atención y la vinculación con el contenido. ¿Cuáles son las claves para hacer una información que tenga éxito? ¿Son las plataformas sociales elementos esenciales en la consecución de ese éxito?
R.-Desgraciadamente no hay bala de plata. Tienes que conocer a tu audiencia, tienes que escribir historias que enganchen, tienes que poner esas historias en los lugares adecuados para ser encontradas, lo que podría equivaler a plataformas sociales, pero también a alianzas con otras webs o a través de Google, dependiendo del contenido. Las mejores historias tienen que saber hacer todas estas cosas y hacerlo en el momento apropiado.
P.- Algunos profesionales del periodismo muestran reticencias a la hora de cooperar con las compañías tecnológicas porque las consideran competidores que quieren hacerse con parte de su negocio. ¿Entiende sus miedos?
R.- Totalmente. Sin embargo, deberían saber que la mayoría de las personas de esas plataformas desea que exista un entorno de noticias rico y diverso. El desafío es que las plataformas han asumido muchos de los trabajos que tradicionalmente hacían los medios, y de una forma mucho más efectiva. Más que buscar competir en actividades que no son nucleares, las compañías de medios necesitan pensar acerca de su propósito y fortalezas en un mundo dominado por las plataformas. Y adaptarse de manera apropiada. Quejarse de que el modelo de negocio de hace 20 años ya no funciona es un ejercicio inútil. Debemos mirar hacia el futuro y adaptarnos. EFE