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Alzheimer: detección, cuidado y tratamiento adecuado en etapa temprana impacta la evolución de la enfermedad

Tegucigalpa – El panorama demográfico de la población en América Latina y el Caribe ha cambiado en los últimos años, registrándose un aumento significativo en la cantidad de personas mayores en la región. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este escenario se seguirá viendo en los próximos años y se prevé que al 2050 la cifra llegue a 2 mil 100 millones de adultos mayores en el mundo. 

En 2023, un informe de Alzheimer Diseases International plantea la necesidad de actuar ahora para garantizar que esta población pueda vivir lo más saludable posible en el futuro. Más aún cuando también se vislumbra un crecimiento en el número de personas que viven con demencia en los próximos años. La OMS estima que al 2050, vivirán 139 millones de personas con esta enfermedad.

De las enfermedades que la demencia desencadena, la de Alzheimer es la más común y representa entre 60% al 70% de los casos.

Un diagnóstico de esta enfermedad significa para el paciente la disminución de su capacidad para realizar cualquier tipo de tareas, hasta las más sencillas; así como una pérdida de su funcionamiento cognitivo, destruyéndose la memoria y sus habilidades para pensar y razonar. Al mismo tiempo significa para los cuidadores de los pacientes de Alzheimer un desafío, por la carga emocional, física y financiera que representa.

Especialistas en el área, como Pablo Corella gerente médico de Asofarma, aseguran que entre más temprano se diagnostica el Alzheimer, el paciente podrá tener una mejor calidad de vida y tratarse con el abanico de opciones terapéuticas que hay para la enfermedad. Sin embargo, reconoce que los pacientes llegan a atenderse cuando el Alzheimer se encuentra en la etapa moderada o en la severa.

“Usualmente los primeros síntomas del Alzheimer son leves, sutiles y pasan desapercibidos. Por eso es importante que la población tenga un mayor conocimiento sobre la enfermedad, y sobre cuáles son factores de riesgo a los que hay que prestar atención”, dijo.

Si bien es cierto hay factores de riesgo que no son modificables, es decir que la persona no puede cambiar; existen algunos que sí son modificables. La herencia, la edad, el sexo, la raza o etnicidad forman parte de los primeros, no son modificables. 

Mientras que factores como hipertensión, tabaquismo, obesidad, depresión, inactividad física, diabetes, aislamiento social, consumo excesivo de alcohol, contaminación atmosférica, o bajo nivel educativo pueden ser modificables. 

Hay que estar consciente que todos estos factores de riesgo aumentan la probabilidad que tiene una persona a desarrollar una enfermedad; por lo que en el caso del Alzheimer lo recomendable es tomar las medidas a tiempo que le ayuden a reducir el riesgo de tener esta afección.

El doctor Arnold Thompson, especialista en neurología, señala que “para identificar los primeros síntomas de Alzheimer, tanto los pacientes como sus familiares deben estar atentos a cuatro señales clave: cuando se empieza a olvidar nombres de los objetos, la segunda es la desorientación, que se manifiesta al sentirnos perdidos en lugares que normalmente nos resultan familiares.

La tercera es la paranoia, cuando creemos que otras personas intentan hacernos daño. Finalmente, la cuarta señal es la dificultad para recordar acciones recientes, lo que afecta la memoria a corto plazo.

Por su parte, el doctor Jorge Cruz, especialista en medicina interna y neurología, afirma que los pacientes que presentan problemas cognitivos deben ser evaluados en los estadios más tempranos.

De esta manera, a través de una evaluación clínica y de un tratamiento adecuado, se puede retrasar la progresión hacia fases más severas de la enfermedad. PD

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