Redacción deportes – El español Carlos Alcaraz, número 1 del año 2025, destrozó este sábado al canadiense Félix Auger-Aliassime, por 6-2 y 6-4, y accedió a su primera final de la Copa de Maestros, en la que peleará por el título con el italiano Jannik Sinner.
Alcaraz está a un solo paso de la gloria en Turín. Está por vez primera en la final de las Finales ATP, en las que pugnará por unirse al selecto club de españoles que la han ganado. Manuel Orantes y Alex Corretja. El número 1 del año 2025, ganador de dos grandes este curso (Roland Garros y Estados Unidos), está invicto en esta edición.
Pero no es solo eso. Es que en cada partido deja la sensación de que está relajado. Está tranquilo con su juego. Se sabe superior en la mayoría de puntos. Sin arrogancia. Con seguridad. Son 71 victorias en el presente curso, más que nunca en su carrera.
Dejó en esta ocasión a uno de los mayores expertos de la pista rápida cubierta del momento sin opciones. Y eso le motiva para enfrentarse a la mayor ‘bestia’ en esta circunstancia. Duelo entre iguales para ser ‘Maestro’. Será la primera oportunidad para el murciano. La tercera de un Sinner que no pierde un set en este torneo desde la final de 2023 en la que cayó ante Novak Djokovic.
Ya desde el inicio la superioridad del español fue aplastante. Alcaraz dejó las especulaciones a un lado. Nunca ha sido de eso, en realidad. Entró al partido como una exhalación. Primer juego en el bolsillo con su saque y 0-40 a su favor en el primer servicio de Auger-Aliasisme. Salvó la papeleta el canadiense, pero fue cuestión de tiempo que la superioridad de Alcaraz diera sus frutos.
En concreto, hasta el siguiente servicio de su rival. Otras dos bolas de ‘break’ que el murciano ya no dejó escapar. Confirmó con su saque la rotura salvando una bola de juego de su rival y puso el 4-1. Entremedias, varios puntos de fantasía de esos que acostumbra a dejar. De índice a la oreja para sentir el aplauso del público turinés.
Este sábado, ningún momento de especial tensión que requiriera una mirada con su banquillo. Control absoluto de un partido sin misterio. Cerró la manga con otro ‘break’ para el abultado 6-2.
Se igualó mucho más el segundo set. Auger-Aliassime no dio opción a la rotura. Elevó su nivel al saque y desde el fondo de pista. Alcaraz, paciente, no perdió la calma. Tuvo claro su partido desde el inicio. Y cuando con empate a 4 cerró el juego en blanco, con una derecha cruzada que levantó a todo el Inalpi Arena de Turín, ganó el duelo.
Porque en ese momento al canadiense le temblaron las piernas. Se vio contra las cuerdas. Alcaraz empujó con precisión para acabar con el sufrimiento de un Auger-Aliassime traicionado por su propia derecha, esa que mandó demasiado escorada en el último punto para permitir que el murciano clasificara para su primera final de Copa de Maestros.
Por el título, el gran clásico del tenis mundial. Otra vez en 2025, sexto enfrentamiento entre ambos. También la séptima final consecutiva entre los dos. A un paso de la gloria en Turín. EFE









