Washington – El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) inician este lunes sus reuniones de primavera en un contexto marcado por la guerra arancelaria impulsada por el presidente estadounidense, Donald Trump, y por el impacto que esta tendrá en la economía.
Tanto la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, como el presidente del BM, Ajay Banga, han advertido ya de que la incertidumbre y la volatilidad actual provocarán un avance del Producto Interior Bruto (PIB) más lento, por lo que urge llegar a acuerdos rápido.
En concreto, la política y economista búlgara dijo el jueves que las próximas proyecciones económicas globales de su organismo «incluirán reducciones notables» en cuanto a crecimiento, «pero no recesión», y también «alzas en las previsiones de inflación para algunos países».
Esta próxima semana el FMI publicará tanto su informe de previsiones, conocido como WEO por sus siglas en inglés, como el Monitor Fiscal y el Informe de Estabilidad Financiera Global, donde se espera que haga balance de la salud bancaria. El FMI publica dos WEO al año, en abril y en octubre.
«La volatilidad de los mercados financieros ha aumentado. Y la incertidumbre en torno a la política comercial es descomunal. (…) En gran medida, lo que estamos observando es resultado de una erosión de la confianza: la confianza en el sistema internacional y la confianza entre países», dijo Georgieva perfilando un panorama sombrío, pero también recalcando que «todo reto supone una oportunidad».
Los encuentros privados entre altas autoridades de los países miembros y los foros públicos de debate que se llevarán a cabo hasta el día 26 en Washington no podrán escapar a esa coyuntura y abordarán también temáticas más concretas como la creación de empleo o la gestión de la deuda.
La creación de empleo es precisamente el eje de la estrategia que el BM se ha marcado en su lucha contra la pobreza. Banga insistió el miércoles en su importancia porque en la próxima década se espera que en los países en desarrollo se incorporen al mercado laboral 1.200 millones de jóvenes, unos 780 millones más con respecto a los nuevos puestos previstos para entonces.
El empresario indio-estadounidense ha lanzado una alerta tanto sobre ese desequilibrio como sobre el proteccionismo impulsado por EEUU: «La historia demuestra que las economías más abiertas tienden a crecer más rápido y a resistir mejor las fluctuaciones de las reservas y las crisis», dijo.
Pero el impacto de la guerra arancelaria no es el único tema de preocupación sobre la mesa. La cita tiene lugar en un momento en que Trump ha vuelto a cuestionar el multilateralismo y en que su Administración se encuentra en plena revisión de las organizaciones a las que pertenece y da apoyo.
Estados Unidos es el principal accionista tanto en el FMI como en el BM y hay dudas sobre si el país seguirá contribuyendo a sus iniciativas, como el compromiso de 4,000 millones de dólares para la Asociación Internacional de Fomento (AIF) que el año pasado firmó su antecesor, el demócrata Joe Biden (2021-2025).
«Las instituciones están intentando deliberadamente mantener un perfil bajo, pero obviamente una de las preguntas más importantes que surgirá esta semana es la postura de EEUU respecto a las mismas», destacó esta pasada semana en una conferencia de prensa la economista británica Rachel Glennerster, presidenta del Centro para el Desarrollo Global.
Estas reuniones, según se concluye desde su organismo, serán únicas por el grado de incertidumbre global que las envuelve y porque supondrán la primera oportunidad de evaluar a tan gran escala la disrupción económica que han provocado las políticas de Trump desde el inicio de su segundo mandato el 20 de enero, especialmente en materia comercial. EFE