Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – El último informe de Riesgo Político en América Latina, elaborado por el Centro de Estudios Internacionales, enumera los desafíos que enfrentan las democracias latinoamericanas entre ellas la hondureña, donde la inseguridad, el desempleo, la corrupción, y el crimen organizado seguirán siendo parte de las crisis de gobernabilidad.
Los gobiernos se enfrentan a enormes desafíos en sociedades donde la desafección ciudadana con la política y la democracia se acrecienta, se está frente a sociedades fatigadas, calles calientes y urnas irritadas, sostienen los analistas al enunciar los 10 grandes riesgos políticos que enfrenta la región, donde todos ellos aplican para Honduras, unos con mayor acento que otros, pero todos vigentes en la agenda de las urgencias del país.
Estos riesgos son: inseguridad, crimen organizado y narcotráfico; aumento de corrupción e impunidad; desafección democrática: avance del populismo y autoritarismo; gobernabilidad bajo presión; aumentos de flujos migratorios.
A esos primeros cinco riesgos se suman la radicalización de las protestas sociales, la inestabilidad internacional, el deterioro del clima de negocios; el impacto de la tecnología (inteligencia artificial, redes sociales, otros); la vulnerabilidad frente al cambio climático.
Estos riesgos desgastan rápidamente a los mandatarios, vuelven la gobernabilidad crecientemente compleja y pondrá a prueba la estabilidad política de los países.
Para Honduras muchos de esos escenarios juegan y se conjuntan, pero destacan entre ellos la preocupación por el crimen organizado, la corrupción, el tema migratorio, el cambio climático, el clima de negocios y la desafección política, al poner todos ellos presión al gobierno y su capacidad para manejar la gobernabilidad y generar certeza y certidumbre al rumbo del país.
Las élites corruptas y el crimen organizado se han tomado el sistema político en cinco países que se encuentran entre los 30 peores del mundo: Venezuela, Haití, Nicaragua, Honduras, y Guatemala, cita el Informe de Riesgo Político, al mencionar los datos proporcionados por Transparencia Internacional en su informe de precepción de la corrupción del 2023.
Las amenazas del crimen organizado
La región viene atravesando una etapa de cambio político profundo, marcada por un lado por un crecimiento económico mediocre y desafíos estructurales heredados del siglo XX (pobreza, desigualdad, informalidad, inseguridad y corrupción) y, por el otro, nuevos retos y oportunidades propios del siglo XXI, tales como la IV revolución industrial (inteligencia artificial), el cambio climático y la transición energética, advierte el informe al plantear los desafíos y valorar los niveles de descontento ciudadano porque la democracia y los gobiernos no están dando los resultados deseados.
En Honduras, el crimen organizado sigue siendo uno de los riesgos de gobernabilidad. Según el informe, el último estudio mundial sobre homicidios de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito, el crimen organizado es el responsable de alrededor de la mitad de los homicidios en América Latina y el Caribe.
8 de cada 10 países con las tasas de homicidios más altas del mundo se encuentran en Latinoamérica y el Caribe. Las tasas promedio de los homicidios, según estadísticas de 2021, fueron 9.3 por cada 100 mil habitantes para Suramérica, 16.9 para Centroamérica y 12.7 para El Caribe. Honduras según las autoridades cerró la tasa de homicidios con un promedio de 37 por cada 100 mil habitantes en 2023.
La presencia del crimen organizado y de grupos de pandillas, son algunos de los factores que inciden para la inseguridad y la violencia, y en el caso de Honduras, ese factor sigue siendo uno de los riesgos políticos que más problemas de gobernabilidad puede generar al país. Según el reporte del Global Peace Index de 2023, que muestra las ciudades más peligrosas del mundo, en las zonas urbanas la violencia está siendo impulsada en gran parte por el narcotráfico y los controles de ruta, además de enfrentamientos entre grupos de carteles.
Con base al informe de Global Peace Index, entre las ciudades con mayor número de homicidios figuran Caracas, en el ranking 1 a nivel mundial, San Pedro Sula en el puesto número 6, Río de Janeiro en las 7, Salvador en la 8; Fortaleza en la 9, Recife en la 10, Tijuana en las 18 y Lima en la 22; San Pablo 25, Ciudad de México en la 31, Bogotá en la 36; Buenos Aires en la 47; Quito en la 53 y Santiago en la 57.
Honduras aparece en la lista de países de tránsito secundario de droga, después de República Dominicana, señala el reporte de Riesgo Político en función de datos proporcionados por InSight Crime, el portal especializado en crimen organizado, violencia e inseguridad.
Corrupción y populismo
Recientemente las autoridades hondureñas aceptaron que había que solicitar permiso para ingresar a determinadas zonas de la llamada narco-carretera que conecta a una región del departamento de Olancho con el departamento de Gracias a Dios, última conocida como la Mosquitia hondureña. El permiso se pide porque esas zonas están controladas por el crimen organizado, se informó.
El otro riesgo político que enfrenta el país es de la corrupción y la impunidad, consideradas como una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, haciendo que la debilidad institucional entre los llamados operadores de justicia facilite la penetración de redes ilegales y transnacionales de corrupción y criminalidad.
A ello se suma la existencia de los llamados gobiernos semipatrimonialistas, que se manifiesta, por ejemplo, en el uso arbitrario del poder por parte de los gobernantes, o el beneficio selectivo en la provisión de servicios públicos hacia las clientelas de los oficialismos. La concentración de poder y connivencia de elites políticas y económicas aumenta la opacidad de las burocracias estatales, al tiempo que la informalidad y la cultura de la ilegalidad contribuyen a la imbricación de la corrupción, menguando el crecimiento económico, y la inclusión de las minorías en la democracia, al profundizar la desigualdad, advierten los expertos.
Los analistas locales e internacionales son del criterio que una de las opciones para empezar a combatir la corrupción e impunidad en Honduras, es instalando la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad (CICIH), que fue parte de las promesas de campaña del actual gobierno, pero cuya concreción se sigue dilatando en el tiempo entre la burocracia y la falta de respuestas contundentes del gobierno de la presidenta Castro.
Castro, recién nombró al equipo que negociará con la ONU el convenio de instalación de la misión internacional, pero enfrenta algunas dudas porque en el mismo se encuentra una aspirante política presidencial cuya presencia no sería generadora de confianza e independencia para garantizar la autonomía, credibilidad e independencia con que se espera se instale y funcione la misión internacional anticorrupción.
A estos riesgos políticos se suma el avance de los populismos y de la polarización, mecanismos sobre los cuales Honduras no está vacunada y son factores que inciden en la categoría de desafección con la democracia. El 60 por ciento de los países en América Latina ya no son democráticos, y en el caso de Honduras, el país se sigue manteniendo en el rango de países con democracias híbridas, que puede pasar en cualquier momento al rango de la deriva autoritaria de las democracias.
El populismo, la polarización y la desinformación sigue golpeando a la región, y en el caso hondureño el gobierno de la presidenta Castro entra en su medio término a una prematura e impetuosa campaña política electoral que puede desdibujar aún más a su gobierno, en una carrera de relevo por el poder, que ha iniciado precisamente el partido que representa: Libertad y Refundación, de tendencia de izquierda.
La desafección con la democracia, el avance del autoritarismo, la falta de respuesta de los gobiernos a las demandas ciudadanas en reclamos básicos como salud, empleo, educación, entre otros, son factores que harán que la gente mantenga las calles calientes, las urnas irritadas y las sociedades fatigadas, concluyen los expertos en el Informe de Riesgo Político. Honduras no escapa de esos escenarios de lo que denominan triple crisis: crisis de gobernabilidad, crisis de expectativas y crisis de certezas. (PD).