Tegucigalpa – La extorsión y la violencia continúan golpeando a los transportistas, que solo en las últimas semanas obligó a unos 170 taxistas a abandonar sus empleos, entregar las llaves de sus unidades a los dueños y luego, una gran parte de ellos, tomar la decisión de migrar, como una forma de proteger sus vidas y las de sus familias.
– El dejar su puesto laboral y emigrar es un nuevo síntoma de la migración en Honduras, según el analista Ricardo Puerta.
La violencia de la que son víctimas los transportistas está plasmada en los datos que indican que va del año han sido asesinados 49 trabajadores del rubro, entre conductores y ayudantes, de acuerdo a datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).
El dirigente del transporte en San Pedro Sula, Jhonny Ortiz, reveló a Proceso Digital que el fin de semana al menos 50 compañeros emprendieron la travesía hacia Estados Unidos en busca de mejores derroteros.
“Hay un grupo de motoristas que tomó la determinación de emigrar, hablamos de 50 a 70 motoristas que en las últimas horas han decidido emprender el viaje de mojados”, manifestó el dirigente del rubro.
A renglón seguido, lamentó la actual situación en este sector del país y recordó que la semana anterior bastaron 60 minutos para asesinar a dos transportistas.
170 taxistas entregan llaves
El entrevistado comentó que contabilizan, solo en la última semana, unos 170 taxistas que entregaron las llaves de los automotores a los dueños de las unidades argumentando que no pueden continuar exponiendo sus vidas.
Explicó que los taxistas cubren diferentes rutas en la ciudad y hasta el momento la mayoría no han sido remplazados, por lo que los ciudadanos están contando con escaso servicio en varias comunidades.
“Por los momentos las plazas están vacantes, quizás algunos 30 empleos se han cubierto… si hay motoristas que puedan cubrir esos puestos ahí están abiertas las plazas con los respectivos requisitos”, detalló.
Ante la ola de violencia anunció que para esta semana preparan medidas de presión para exigir seguridad y ayuda inmediata a este rubro.
“Hay tantas madres que lloran a sus hijos así como esposas e hijos… no pueden estar quedando en estadísticas de cuantos transportistas mueren al mes”, arguyó.
Precisó que las acciones son en conjunto con los transportistas de buses, ya que la violencia afecta a todos y advirtió acciones de protesta en San Pedro Sula.
El día a día
Ortiz narró que el día a día de un transportista en San Pedro Sula está marcado por el reto de reunir la tarifa, que actualmente ronda en 400 lempiras (entre 16 y 17 dólares).
Seguidamente, precisó que además, el conductor de una unidad debe costear el combustible consumido en su jornada de trabajo.
En ese orden, ejemplificó que para que un taxista pueda irse con unos 300 lempiras a su casa deberá primero reunir mil lempiras.
Cafetaleros también emigran
De su parte, el analista Ricardo Puerta reflexionó que no solo los transportistas están abandonando sus puestos de trabajo para posteriormente emigrar.
Al respecto, ejemplificó que en las últimas caravanas de migrantes que han partido desde la Central de Autobuses en San Pedro Sula se han registrado varios cafetaleros que horas atrás abandonaron sus cultivos para emprender la travesía.
“Está sucediendo algo que no es muy común y es que la gente que estaba en una posición relativamente estable con entrada fijas y no mal ingreso, está agarrando maletas y se está yendo”, reflexionó.
Asimismo, caviló que en el caso de los cafetaleros antes emigraba solo un miembro de la familia y ahora los están haciendo las familias completas.
“Ahora la gente no se está yendo para mejorar, sino para sobrevivir que son dos cosas distintas”, explicó Puerta.
Consideró que este es ahora uno de los síntomas de la migración en Honduras, donde anualmente unos 100 mil connacionales emprenden la ruta migratoria.
Transporte infiltrado
El director de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), Amílcar Hernández, dijo este lunes que investigaciones realizadas por ese cuerpo dan cuenta que existe una infiltración del crimen en el sector transporte.
“Hay infiltración de las maras y pandillas en los operadores del transporte y eso es lo que no nos permite ser efectivos como nosotros quisiéramos”, denunció.
Hernández subrayó que es vital la denuncia de los afectados, así como de la ciudadanía para dar con los que llevan a cabo el flagelo de la extorsión.
Mencionó que inicialmente la FNAMP era criticada por capturar a los que recogían el cobro de la extorsión, sin embargo también han atacado a las cabezas de estos grupos criminales.
“Los transportistas siguen denunciando que el problema continúa, pero no hay otra situación u otra fortaleza que tengan las estructuras criminales dentro del sector transporte que son los conductores (infiltrados), que no son todos, pero sí los hay”, puntualizó.
Pidió certificar a los conductores, ayudantes y despachadores para evitar que el rubro sea infiltrado por los que se dedican a la extorsión.
FNSTU restableció rutas amenazadas
De su lado, el subcomisionado de la Fuerza Nacional de Seguridad del Transporte Urbano (FNSTU), Eduardo Turcios, afirmó que se han restablecido al menos ocho rutas del transporte que estaban amenazadas por estructuras criminales dedicadas a la extorsión.
Inicialmente expresó que tras la integración de la FNSTU, se han reducido los homicidios en el sector, pero admitió que en San Pedro Sula, es donde más se registran hechos criminales “y es por eso que se ha diseñado un plan para poderse expandir a la zona norte”.
Señaló que la puesta en marcha del programa de certificación a transportistas, ayudará a sacar de circulación a conductores que no son idóneos, ya que no tienen las competencias básicas para brindar un servicio de transporte público de calidad.
En ese sentido, lamentó que “el sector transporte ha sido penetrado por estructuras criminales, que se dedican a dar un mal servicio como a la extorsión”.
Desplazamiento interno por violencia
De acuerdo a un informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), los transportistas, entre otros sectores, figuran en la lista de ocupaciones y profesiones con un nivel elevado de riesgo de desplazamiento forzado interno debido a los hechos de violencia ocasionados por el pago de extorsión exigido por grupos criminales.
En ese orden, de las 861 quejas atendidas por el Conadeh en el 2018, la Unidad de Desplazamiento Forzado Interno determinó que alrededor del 5 % corresponden a personas ligadas al rubro del transporte, entre los que se encuentran propietarios, conductores, ayudantes e incluso pasajeros que son víctimas de los delincuentes.
Algunos transportistas se quejan de ser víctimas de tres y hasta cuatro grupos criminales que cobran el llamado “impuesto de guerra” y que cuando no se llega a ningún acuerdo con ellos, al siguiente día la amenaza la pagan los conductores o los ayudantes.
Añaden que se han “acostumbrando” a vivir bajo ese esquema porque no encuentran ningún tipo de respuesta.
Algunos familiares incluso han mencionado que a su propia casa han llegado a asesinar a un esposo, hijo o familiar que trabaja en este rubro.
En los últimos días, unidades del transporte público han sido escenario de hechos violentos en los que perdieron la vida al menos tres personas, entre ellos dos conductores y un pasajero, además otras que resultaron heridas.