“Honduras no puede seguir siendo una tumba”, clama Cardenal Rodríguez

Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, clamó hoy en la misa del Domingo de Resurrección, celebrada en la iglesia catedral San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, que “Honduras no puede seguir siendo simplemente una tumba, Honduras tiene que resucitar a la vida de Cristo, tiene que resucitar a algo mejor, tiene que resucitar a la justicia verdadera, a la equidad, al amor, a la comprensión, erradicar el odio”.

– “Parece que Honduras se quiere quedar estancada en la cultura de la muerte, no hay día de Dios que no haya estas masacres o estas matanzas”, cuestionó el líder religioso.

-El prelado agradeció a los medios de comunicación social por la cobertura de la Semana Santa y a los jóvenes que se entregaron en las representaciones del Santo Viacrucis”.

El prelado comenzó su homilía lamentando con tristeza la matanza ocurrida en las últimas horas en Sri Lanka, al sur de la India, donde hubo un atentado contra templos cristianos y católicos en el día de la Pascua con un saldo de más de 200 muertos y cerca de 500 heridos.

“Son cosas muy tristes en la fiesta de la alegría, pero también el Señor nos dice que la muerte no es el final y la resurrección canta que estamos llamados a una vida eterna, ofrecemos esta santa eucaristía también por el eterno descanso de esas víctimas y por sus familias, si somos solidarios en la alegría, demos ser solidarios también en el dolor”, expresó.

Refirió que hoy es el final del Triduo Pascual y a la vez el inicio de la cincuentena de la Pascua es el domingo más importante del año, el domingo del cual reciben el sentido todos los demás domingos, hoy es el día que hizo el Señor. “Hoy es el día del triunfo, Cristo ya no está en la tumba, ya no está en el lugar de los muertos, no está aquí, muerto ya no está, ya no necesita esos ungüentos, Cristo el ungido ya perfuma el universo, Cristo ha resucitado”, acotó.

El líder religioso cuestionó que “parece que Honduras se quiere quedar estancada en la cultura de la muerte, no hay día de Dios que no haya estas masacres o estas matanzas, ¿por qué?, si la vida es sagrada, si la vida es de Dios, sólo Él la da y sólo Él la puede tomar, pero se nos ha olvidado, por eso el mensaje de la Pascua, es un mensaje que debemos cada uno de nosotros llevar, los cristianos no sólo debemos ser buenas personas, debemos ser testigos de la resurrección de cristo con nuestras palabras y sobre todo con nuestra manera de actuar”.

 “La Pascua de Cristo es una alegría grande, no es una alegría superficial como las alegrías del mundo, la alegría debe convertir a nuestra vida en un modo de ser para imitar la vida nueva de Jesús, nos ha dicho San Pablo”, señaló.

Pidió “vivir de forma pascual, de forma resucitada, parando las cosas de aquí abajo porque las palabras por muy espirituales que sean, de nada servirían si seguimos hundiendo nuestras manos en lo de aquí abajo que nos ha llevado a veces a tanta tristeza, corrupción y a tanta pobreza”.

Apuntó que si celebramos bien la Pascua también nosotros hemos de morir a lo antiguo, a lo viejo y resucitar a lo nuevo, morir al pecado, vivir con Cristo, en su novedad de vida. “Él nos ha prometido que al final vamos a resucitar, pero desde ahora debemos vivir ya como resucitados, alimentados como eucaristía que nos hace participar de la vida ya definitiva del Señor”, apuntó Rodríguez.

“No tenemos autorización para quedarnos estacionados en el camino, yo digo siempre la iglesia no puede ser un lugar de parqueo, un cristiano parqueado, es un cristiano muerto, la Pascua es camino, la Pascua es un viaje, la Pascua es una carrera, la Pascual es una iglesia en salida para anunciar al resucitado, no es agitación, no es prisa, sino colocarnos en el lugar preciso y la interrogación de los ángeles a los discípulos es muy clara, ¿por qué buscan entre los muertos al que está vivo?”, recriminó.

Acotó que no se puede buscar al Señor muerto pues ha resucitado, no se puede seguir custodiando sepulcros vacíos, los mismos archivos llenos de polvo, los mismos vicios de siempre, una fe enmohecida por la rutina, nuestro papel no es el de aquellos guardias que pusieron para vigilar la tumba, nuestro papel es el de aquellas valientes mujeres encargadas de recordar lo que los apóstoles habían olvidado de informar de que está vivo, no en un sepulcro sino en otra parte.

“Puede ser de que, si vivimos alegres en medio de las pruebas de la vida, si ponemos amor donde hay odio, perdón donde hay ofensas, actitud de servicio humilde, donde todos se aprovechan, estamos ya dando testimonio del resucitado”, recalcó.

Reiteró que “no podemos seguir custodiando sepulcros vacíos, los mismos vicios de siempre, debemos recordar y vivir la resurrección, si hemos muerto con Cristo, vivamos a una vida nueva, si verdaderamente con tanto fervor nuestro pueblo ha celebrado esta Semana Santa, ahí están los testimonios”.

En ese sentido, el cardenal Rodríguez agradeció a los medios de comunicación social por la cobertura que han dado a esta Semana Santa que lejos de ser una semana de evasión simplemente y de playa, es una semana de oración y de reflexión, de gracia de Dios.

Igualmente agradeció a toda esa juventud que se ha entregado a servir a Cristo en todas esas representaciones en el Santo Viacrucis, a quienes ahora hay que animarlos a ser portadores del gran mensaje, la tumba está vacía.

“Honduras no puede seguir siendo simplemente una tumba, Honduras tiene que resucitar a la vida de Cristo, tiene que resucitar a algo mejor, tiene que resucitar a la justicia verdadera, a la equidad, al amor, a la comprensión, erradicar el odio, si hemos muerto con Cristo, vivamos y resucitemos a una vida nueva”, puntualizó.

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