«No hay ninguna responsabilidad de las fuerzas de seguridad», sostuvo Ortez, que no obstante admitió que «hay 10 heridos y desgraciadamente dos muertos».
Los incidentes ocurrieron en el aeropuerto de Tegucigalpa cuando millares de seguidores de Manuel Zeyala se manifestaron para respaldar este domingo la llegada del depuesto presidente a su país, que finalmente se frustró porque fuerzas militares impidieron el aterrizaje del avión que lo transportaba.
Desde San Salvador, tras su frustrado intento, Zelaya pidió a las fuerzas armadas y policía que no repriman al pueblo: «En nombre de Dios, soldados de la patria, policías, les pido, les suplico, les ordeno: no repriman más al pueblo hondureño. No apunten sus rifles contra sus propios hermanos», dijo en una rueda de prensa.
El canciller del designado presidente Roberto Micheletti sostuvo en sus declaraciones de hoy que en Honduras, «rige una absoluta libertad de prensa».
«Hasta los periódicos que nos están atacando constantemente están hablando», aseveró e insistió en que «la Constitución está respetada, los niños están en la escuela, se respeta el tránsito, los vuelos internacionales. Aquí todo está en orden», concluyó.
En tanto, el director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, aseguró a la misma radio que esa institución posee testimonios gráficos de la brutalidad con que la policía y los militares atacaron a los manifestantes en el aeropuerto.
Un emisario de HRW «ha enviado fotografías de los enfrentamientos de ayer que son muy duras: hay enorme evidencia de brutalidad policial y de los soldados, disparos directamente a los manifestantes, con muertos y heridos», afirmó.
El dirigente de la entidad humanitaria exigió garantías para los derechos humanos en Honduras y advirtió que «la fuerza pública y los soldados están autorizados por el Gobierno de facto para detener personas e incomunicarlas sin una orden judicial y ningún tipo de control y por tiempo ilimitado».
A su juicio, independientemente de cuándo se va a producir la transición, lo importante es exigir algunas medidas concretas en materia de derechos humanos, porque de lo contrario, «la situación se va a seguir agravando con muertos y heridos».
Según José Miguel Vivanco, el conflicto está lejos de una solución, por la negativa del presidente designado Roberto Micheletti de hacer las concesiones que le exigen la OEA y la ONU.
Celebró, no obstante, que el Gobierno de Barack Obama esté aparentemente llevando iniciativas diplomáticas paralelas para resolver el conflicto.