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Familiares claman justicia y advierten que cárceles son una bomba de tiempo

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Tegucigalpa – “Las cárceles en Honduras son una bomba de tiempo”. Así resumió la alta peligrosidad en la que sobreviven cerca de 13 mil internos ubicados en las prisiones del país, Gloria Marina Redondo, una mujer que coordina las acciones de los parientes de las víctimas del incendio de una granja penitenciaria en Comayagua, que ocasionó 359 muertes.
 

Justicia, investigación de los hechos hasta las últimas consecuencias y una verdadera transformación del sistema penitenciario son los temas centrales que han planteado los familiares de los internos de la cárcel de Comayagua, según su portavoz.

Gloria Marina Redondo coordina acciones en la búsqueda de los cuerpos de sus parientes quienes, a la par, demandan justicia.

Los parientes de los fallecidos reclaman los cuerpos de las víctimas. Hasta hoy solo se han entregado 60 cuerpos aunque las autopsias han ya se aproximan a las 300.

Gloria Marina es la viuda de un recluso que ya había pagado su sentencia y únicamente estaba pendiente de una resolución judicial para dejar la cárcel, según su mujer. El fue condenado por homicidio hace más de una década.

En el proceso de su internamiento él escribió varios libros que desnudan situaciones vinculadas a temas de seguridad, dijo su ahora viuda.

La coordinadora de las acciones de los dolientes de los internos fallecidos dijo que la tarde del lunes la situación se desbordó por falta de información sobre el avance de los procesos y la urgencia porque cada familia reciba el cuerpo de su pariente.

Indicó que como respuesta han logrado coordinar acciones con la Fiscalía para obtener informaciones diariamente.

“Hasta el momento se han realizado 277 autopsias, faltan 82 cuerpos todavía, y hasta el memento no se han encontrado cuerpos perforados por armas de fuego, pero faltan 82 cuerpos todavía en los cuales se va a determinar sí es verdad que hubo disparos”, señaló.


Bombas de tiempo


Redondo pidió por la seguridad y la protección a los sobrevivientes de la granja penal de Comayagua.

“Pedimos no solo por ellos sino por 12,000 privados de libertad que existen, porque no importa la razón por la cual ellos están ahí, ellos tienen familia, y es que los centros penales del país son una bomba de tiempo” reflexionó.

“Mi esposo me decía siempre que las cárceles no son lugares seguros, uno expone la vida, uno está aquí a la mano de las mismas autoridades pueden hacer de nosotros lo que quieran, ellos como internos son los únicos testigos que saben cómo se vive dentro de los centros penales, ellos muchas veces por temor no hablan, lo callan porque están expuestos a cualquier cosa”, explicó.

Añadió que luego que se entregue el último cuerpo, las acciones deben encaminarse a apoyar a las personas que están dentro de los centros penales, porque el hacinamiento es “terrible, no hay espacio, ya es hora que el gobierno se preocupe por el sistema penitenciario del país” manifestó.

“Hay que llegar hasta el final y sé que si lo van a hacer, con la colaboración de los expertos que están realizando el informe” dijo a la vez que manifestó que “lo que sigue le corresponde a las autoridades y es que se castigue a los responsables”.

Sostuvo que “allá afuera hay muchas familias que están en zozobra esperando justicia pero eso no me compete a mí, eso lo tienen que determinar las autoridades”.

“Yo estoy sola con mis cinco hijos y por eso pido justicia”, puntualizó.

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