La violencia en El Salvador produjo mil 194 homicidios en los primeros 96 días de este 2015, lo que se traduce en 12.4 muertes violentas diarias, siendo el recién concluido marzo el más mortífero en los últimos 10 años, de acuerdo a datos oficiales.
El Arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, fue tajante al detallar que el problema «es cada vez más grave y preocupante» e instó al Gobierno a pedir ayuda a la comunidad internacional.Efectividad de operadores de justicia en Honduras
El director de la Policía Preventiva, Héctor Iván Mejía Velásquez, reconoció que la cultura hondureña es similar a la salvadoreña y por ende las características de las pandillas no se escapan a esta arista.
El comisionado Mejía destacó que Honduras actualmente tiene muchas ventajas con respecto al vecino país. “Tenemos la decisión frontal de nuestro gobierno, a través de los operadores de justicia y órganos vinculados al tema de seguridad, de enfrentar esta problemática de manera seria y responsable para no dar espacio de maniobra a estos grupos delictivos”, valoró.
Continuó que “hay una firme decisión de perseguirlos, capturarlos y enjuiciarlos que anteriormente era bastante complicado porque no había una unidad granítica en la operatividad de los operadores de justicia”.
Rememoró que por mucho tiempo la Policía pasaba culpando a los fiscales o jueces y viceversa, pero ahora todo eso es historia, “en el caso de los policías que no hacen bien su trabajo son separados o enjuiciados, según sea el caso”.
Mejía Velásquez señaló que Honduras ha sufrido mucho con el tema de las maras o pandillas; “consideramos que en buen momento se hizo el alto y ahora lo que tenemos que hacer es seguir fortaleciendo nuestros programas de seguridad.
Dijo que Honduras sigue de cerca lo que sucede en El Salvador, para lo que cuentan con tres mecanismos: mediante el Sica o la asociación de jefes de policía; también por la vía diplomática; y finalmente por el monitoreo a través de los medios de prensa.
“Estas vías nos permiten estar bastante informados sobre cuál es la situación no sólo en El Salvador, Guatemala o Nicaragua, sino también en México o Panamá para mencionar otros países donde son frecuentes los delitos transnacionales”, finalizó.
La directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, calificó el tema de pandillas como “muy complejo” por la cantidad de aristas que se presentan en esta problemática social. “Si el Estado sólo reacciona ante este fenómeno y no se establecen medidas preventivas, el tema se vuelva cada vez más complicado”.
“Lo que sucedió en El Salvador es que el tratar de establecer una tregua entre estos grupos criminales y el Estado, cuando no se ha investigado ni judicializado, provocó fácilmente que estas organizaciones replantearan nuevamente sus operaciones”, dijo.
Apuntó que el fenómeno de violencia que sucede en El Salvador, impulsado por las pandillas, debe verse con gran preocupación en Honduras “porque no se debe descuidar que vivimos en una misma región, nuestros contextos de inseguridad y violencia son los mismos”.
Aseveró que cuando las maras o pandillas miran amenazado su accionar delictivo lo que se genera es un recrudecimiento de la violencia. “En ese orden el principal flanco para atacar son las autoridades, llámese policías, jueces, fiscales, que son al fin y al cabo los que resguardan el Estado de derecho en un país”, reflexionó.
De su parte, el general en condición de retiro, Luis Alonso Maldonado Galeas, recordó que el asentamiento de las pandillas en Centroamérica se inició en El Salvador, donde además tienen su fortaleza de liderazgos, los que luego mutaron a Honduras y otros países de la región.
“Se deben concentrar los controles por aquellos espacios que a lo largo de la frontera con El Salvador nos hacen altamente vulnerables”, puntualizó.









