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Devotos piden a la Morenita por la paz de Honduras

Tegucigalpa Miles de feligreses abarrotaron la Basílica de Suyapa, en el marco del 270 aniversario de su hallazgo, para orar por la paz  y una mejor Honduras.

– Un Video Mapping entre las atracciones de la alborada la noche de este jueves.

– Desde diversos puntos del país, familias enteras llegaron a visitar el santuario de la patrona deHonduras

Con la novena comenzaron los honores a la morenita de Suyapa. El flujo de personas ha sido copioso. Mujeres, niños, ancianos y ciudadanos de todos los estratos sociales confluyen en la Basílica, ubicada en la aldea de Suyapa de la capital hondureña.

Asimismo, cuerpos de socorro, autoridades policiales, civiles y militares han efectuado honores a la Patrona de Honduras. Los políticos tampoco han desaprovechado la oportunidad para confundirse entre la gente en busca de la simpatía del electorado en un año eminentemente político.

Son innumerables los testimonios de intercesión de la Virgen de Suyapa. Personas discapacitadas, adultos mayores y casos especiales son palpables en la zona que congrega miles de fieles. Ni las muletas, ni las sillas de ruedas, tampoco otros impedimentos fueron excusa para no llegar a venerar a la patrona de los hondureños.

Uno de los feligreses que llegó esta noche a la Basílica de Suyapa, Félix Aguilar Mejía (61), dijo que desde los 20 años repite esta tradición. “Me regreso a Comayagua después de la misa de las 9:00 de la mañana del 3 de febrero, me acompañan mis hijos y otros familiares”.

Este devoto de la morenita de Suyapa explicó que este año agradece a la virgencita por haber mediado ante Dios para sanar una enfermedad grave que padecía su compañera de hogar. También citó que anhela la paz para todo el país.

feligreses

María Josefina Pérez, otra de las asistentes, relató que desde hace cinco años viene a la capital desde La Esperanza, Intibucá. “Nos quedamos en los albergues que están aquí habilitados, esperamos todo el año para este momento. Le damos gracias a la virgen por sus bendiciones”, indicó.

Mientras, Marlen Martínez, que se desplazó desde la Villa de San Antonio, Comayagua, contó que llegó en excursión acompañada de familiares y amigos. “Nos vamos después del  mediodía de mañana y este momento es especial porque le celebramos el cumpleaños a la virgen más hermosa. Gracias le damos por la salud y la unión de las familias”, exteriorizó.

Jean Martínez González llegó desde Santiago de la Paz. Arribó junto a su esposa y dijo estar feliz de orarle a la virgen por la paz de todos los hondureños. “Le traje a mi hijo para presentárselo y que me lo haga un hombre de bien. Vengo a orar por Honduras, por la paz y por mejores condiciones”.

velas feligreses

Este feligrés encendió una candela y elevó plegarias para agradecer las bendiciones y el buen estado de salud de sus familiares. “Vengo a venerar a la virgencita porque me ha hecho varios milagros a lo largo de mi vida.

Desde Jesús de Otoro, Intibucá llegó Salvador Reyes Ventura, quien junto a su compañera de hogar y dos hijas no perdió la oportunidad para pagar una promesa  que le hizo a la virgen.

“Le doy gracias a nuestra patrona por la hermosa familia que me dio, lo mismo hago porque nos da salud para seguir adelante en esta vida”.

Y así se pueden contar interminables los testimonios de entusiasmados devotos a la Virgen de Suyapa.

Salud, seguridad, paz y una mejor Honduras, el denominador común en las peticiones.

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Historia de la morenita

La imagen de la Virgen de Suyapa es una estatuilla tallada en madera de cedro, lo que la hace ver morenita,  que mide seis centímetros y medio de alto, la cual, según apuntes históricos, fue encontrada, un sábado de febrero de 1747 por los campesinos Alejandro Colindres y el niño Lorenzo Martínez, de ocho años, una noche que pernoctaron en la montaña el Piliguín, camino hacia la aldea de Suyapa.

El relato dice que cuando Alejandro se aprestaba a dormir, sintió que un objeto le estorbaba. Lo recogió y lo lanzó lejos, pero de nuevo le apareció. La tercera vez que lo sintió, decidió guardarlo en su alforja. Al día siguiente, en su vivienda, se sorprendió con su familia al ver que el objeto era una escultura de la «Santísima Virgen Inmaculada».

La noticia se difundió de inmediato por toda la aldea, y así comenzó la devoción por la diminuta imagen, que el 25 de abril de 1953 fue declarada Patrona de Honduras por el Pontífice Pío XII.

La talla tiene tez morena, rostro agraciado y oval, mejillas redondas muy arreboladas, nariz recta y fina, y boca pequeña. Su cabellera lacia le cae a ambos lados de la frente hasta los hombros, y sus manos se juntan en el pecho sin entrelazarse.

La imagen ha sido robada en varias ocasiones, la última en 1986, por sujetos que le despojaron de su hermoso vestido y corona confeccionados con fina pedrería, oro y otros metales.

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