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Lula se acerca a inhabilitación política tras condena unánime por corrupción

Porto Alegre (Brasil) – El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva tiene más cerca su inhabilitación política después de que un tribunal de segunda instancia le condenó hoy por corrupción y lavado de dinero y aumentó su pena de prisión a 12 años y 1 mes.

Tras casi diez horas de sesión, los tres jueces que integran la octava sala del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región de la ciudad de Porto Alegre decidieron elevar la pena de nueve años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado dinero dictada en julio pasado contra el exmandatario en primera instancia.

«Hay prueba, encima de lo razonable, de que Lula fue uno de los articuladores, si no el principal, de la trama de corrupción» que operó en la estatal Petrobras, afirmó el juez Joao Pedro Gebran Neto, instructor del caso, durante la lectura de su voto.

Los jueces mantuvieron un tono duro contra el líder del Partido de los Trabajadores (PT) con frases demoledoras que echaron por tierra los argumentos de su defensa al considerar que las «violaciones» fueron «gravísimas».

«Lula fue beneficiario personal y directo de los sobornos puestos a disposición del PT», aseguró el juez Leandro Paulsen, presidente de la sala.

«No solo había un enriquecimiento personal, también servía para financiar campañas y el proyecto político de un Gobierno», remarcó Gebran Neto.

«Estamos ante pruebas que resistieron a la crítica, al contrapunto. Si las pruebas fuesen débiles no habrían resistido. Si resistieron es que está demostrada la culpabilidad», aseguró el último en pronunciarse, el magistrado Víctor Luiz dos Santos Laus.

En esta causa, una de las siete abiertas en su contra en la Justicia, la mayoría por supuesta corrupción, Lula fue condenado por supuestos sobornos e la constructora OAS, que se habrían traducido en la entrega de un apartamento de lujo en la playa a cambio de favorecer a la compañía en contratos con Petrobras.

La decisión, aunque es apelable, complica las opciones del expresidente (2003-2010) para competir en las elecciones presidenciales de octubre ya que, según la legislación brasileña, los condenados en segunda instancia no pueden ser postulados.

No obstante, la última palabra sobre la candidatura de Lula, que lidera todos los sondeos de opinión y ha manifestado su intención de presentarse, estará en manos de la Justicia Electoral.

El tribunal de Porto Alegre, blindado para el juicio, subrayó que juzgaba «hechos» y no «personajes» ante las reclamaciones del abogado de Lula, Cristiano Zanin Martins, sobre la «motivación política» del proceso.

El letrado intervino varias veces durante el juicio con cuestiones de orden, pero siempre rascó en hueso ante el trío de jueces, que se mostró inflexible.

La Fiscalía afirmó que el presidente más popular de la historia de Brasil «lamentablemente se corrompió» y que la condena está «suficiente probada».

El juicio se desarrolló en medio de fuertes medidas de seguridad, que obligaron a establecer un perímetro alrededor del tribunal, el bloqueo del tráfico en la zona por tierra, mar y aire y un notable número de policías.

La ratificación de la condena, para la que cabe recurso, coincide con un año electoral en un país está polarizado y golpeado por los múltiples escándalos de corrupción que salpican prácticamente a todos los partidos.

Miles de personas se movilizaron hoy en Porto Alegre y en otras ciudades de Brasil, como Río y Sao Paulo, tanto a favor como en contra del expresidente, en un reflejo de la profunda división política del país.

Lula se convirtió el pasado 12 de julio en el primer exmandatario brasileño condenado penalmente desde el restablecimiento de la democracia (1985).

«Infelizmente está siendo condenado un expresidente, pero que pactó y cometió crimen», sentenció Gebran Neto.

No obstante, Lula, a sus 72 años, ha prometido batalla hasta el final. «Sólo el día en el que muera voy a parar de luchar», decía el hoy menguado mito de la izquierda latinoamericana.

Lula Candidatos juzgado

Lula: «La provocación es tan grande que quiero ser candidato»

El exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva insistió hoy en su inocencia después de que la Justicia aumentara a doce años su condena por corrupción y aseguró que «la provocación es tan grande», que ahora quiere «ser candidato a la Presidencia».

«Todo lo hacen para evitar que yo pueda ser candidato, ni ganar, solo ser candidato. Pero la provocación es tan grande que ahora quiero ser candidato a presidente de la República», dijo ante una plaza abarrotada por miles de simpatizantes en Sao Paulo.

Un tribunal de segunda instancia de Porto Alegre ratificó por unanimidad la condena contra Lula por corrupción y elevó la pena a doce años frente la sanción de nueve años y medio dictada en primera instancia el pasado julio.

La decisión deja en manos del Tribunal Electoral una posible candidatura de Lula a los comicios presidenciales de octubre, dado que la legislación brasileña inhabilita electoralmente a condenados en segunda instancia.

La Justicia lo acusa de haber recibido un apartamento en la playa como soborno de la constructora OAS a cambio de beneficiar a la empresa con contratos de la petrolera estatal Petrobras.

«Si cometí un crimen que me lo presenten, y si me lo presentan, desisto de la candidatura», insistió Lula durante el mitin, en el que se repitieron las consignas de «Lula presidente» y «Elección sin Lula es fraude».

«La decisión hasta la respeto, lo que no acepto es la mentira por la que ellos tomaron la decisión. Saben que no cometí el crimen», afirmó.

«Estoy condenado otra vez por un apartamento que no tengo, que no es mío. Si me condenan, que me den por lo menos el apartamento. Que me den una escritura», insistió.

«Quiero que no bajen la cabeza. Nada de decir pobre Lula. Levanten la cabeza», dijo el expresidente (2003-2010), convencido de que la izquierda se unificará y «vamos a volver, no solo a gobernar, sino a cuidar del pueblo brasileño como se merece».

«Solo me van a sacar de la lucha cuando muera», reiteró Lula, que estuvo respaldado, entre otros, por el líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, Guillherme Boulos, quien convocó a los simpatizantes de izquierda a tomar las calles.

«Cuando cierran la puerta a la democracia, llevan al pueblo la radicalización. La respuesta va a ser en la calle, acabó el tiempo de la obediencia», advirtió el líder del movimiento social más activo de Brasil.

La sentencia dictada hoy contra el expresidente no implica su ingreso en prisión, que solo se producirá si la Justicia mantiene la condena una vez agotadas todas las apelaciones, que podrían llegar al Tribunal Supremo.

Lula enfrenta otras seis causas en la Justicia, la mayoría por temas relacionados con corrupción.

 

 Luiz Inácio Lula da Silva

Defensa de Lula dice que condena es «acto de autoritarismo» contra democracia

La defensa del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado en segunda instancia a 12 años y un mes por corrupción, dijo hoy que la sentencia es un «acto de autoritarismo» contra la democracia y que recurrirá porque es «incompatible» con la legislación nacional e internacional.

«Lo que tenemos es una condena divorciada de las pruebas. Tenemos un gran vacío y una gran voluntad de condenar. Estamos cambiando los parámetros de la ley por los parámetros de la convicción», dijo el abogado José Roberto Batochio, miembro del equipo de defensa de Lula, en una rueda de prensa en Porto Alegre.

Los tres magistrados de la octava sala del Tribunal Regional de la 4ª Región ratificaron hoy la condena contra Lula por corrupción pasiva y lavado de dinero, y elevaron la pena desde los nueve años y medio dictaminada en primera instancia hasta doce años y un mes en la segunda.

«Estamos ante una condena que desprecia las pruebas y que está fuera de la ley. Esto genera una gran inseguridad jurídica en este país», aseveró de manera vehemente.

«Vamos a recurrir porque no aceptamos eso», añadió.

En el proceso, uno de los siete abiertos en su contra en la Justicia, la mayoría por supuesta corrupción, Lula fue condenado por recibir sobornos de la constructora OAS, que se habrían traducido en la entrega de un apartamento de lujo en la playa, a cambio de favorecer a la compañía en contratos con Petrobras.

Como la condena en segunda instancia fue por decisión unánime, el número de recursos posibles contra la decisión se reduce, lo que abre la posibilidad de que se haga efectiva la ejecución de la pena cuando se dicte una sentencia en firme en ese tribunal, de acuerdo con un reciente parecer de la Corte Suprema.

Además, aunque la condena se hiciera efectiva tras agotar todos los recursos en segunda instancia, cabría la posibilidad de recurrir en instancias superiores hasta la Corte Suprema.

«No tenemos ninguna decisión final. Es una afirmación hecha sin que sea posible ningún tipo de implementación (de la pena) porque no tenemos ni siquiera un resultado final del tribunal», explicó el abogado Cristiano Zanin Martins, que defendió a Lula durante la audiencia.

En cualquier caso, la defensa «va a utilizar todos los medios previstos para impugnar la decisión proferida» y la expectativa es «revertirla mostrando las incongruencias presentes en los votos».

«La defensa entiende que este juicio no refleja la realidad de los hechos y es incompatible con las leyes, la Constitución y los tratados internacionales suscritos por Brasil», agregó Zanin Martins.

Además, «Lula no es una amenaza social, por lo que la posición es exagerada e innecesaria», completó Batochio, quien se sorprendió de la «celeridad» del tribunal para juzgar el caso, apenas siete meses, y más cuando los autos ocupan «256.000 páginas».

De acuerdo con Batochio, «la Justicia tiene que ser rápida, pero no puede ser rápida para unos y demorada para otros».

«Parece que el autoritarismo sufrió una variación cromática, ahora está vestido de negro (referencia a las togas de jueces). Condenación sin pruebas es un acto de autoritarismo contra la democracia», añadió.

Por otro lado, los abogados de Lula dijeron que la decisión de hoy «no representa ningún obstáculo para su candidatura» porque «eso será discutido en la Justicia Electoral y si hay una impugnación de su candidatura».

Lula lidera los sondeos de opinión publicados hasta la fecha de cara las elecciones presidenciales de octubre, sin embargo la legislación brasileña apunta a que los condenados en segunda instancia no pueden ser postulados.

Por su parte, el abogado australiano Geoffrey Robertson manifestó que el sistema judicial brasileño es «primitivo» porque «no hay independencia de los jueces». EFE

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