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La olvidada técnica en cera que cautivó a los Médici recupera su esplendor en Florencia

Roma – La ceroplástica, un arte que durante siglos quedó relegado a los márgenes de la historia de la escultura, vuelve a brillar en Florencia (Italia) con una gran exposición en las Galerías de los Uffizi que rescata el esplendor que alcanzó entre los siglos XVI y XVII bajo el mecenazgo de los Medici.

Ese arte, que utiliza la cera como material maleable capaz de reproducir con extraordinario realismo la textura de la piel, fue ampliamente empleado por los escultores renacentistas y barrocos para crear retratos, figuras devocionales y complejas alegorías sobre la vida y la muerte.

Sin embargo, su fragilidad y la resistencia de la crítica a considerarla un «arte mayor» provocaron la pérdida y dispersión de gran parte de estas obras.

La muestra, titulada ‘Cera una volta’ (‘Cera una vez’), un ingenioso juego de palabras entre ‘cera’ y ‘c’era’ (había) en italiano, reúne cerca de 90 obras, entre esculturas de cera, pinturas, camafeos y piezas en piedra dura.

La exposición se podrá visitar del 18 de diciembre de 2025 al 12 de abril de 2026 en los nuevos espacios del ala occidental de los Uffizi, según informaron las galerías.

La ceroplástica alcanzó su consolidación durante el Renacimiento italiano, partiendo de los modelos en cera que los grandes artistas y orfebres del siglo XIV y XV realizaban como preparativos para sus obras definitivas.

En su apogeo, esta técnica era codiciada por las colecciones principescas y los Medici se destacaron como coleccionistas de vanguardia, capaces de valorar y proteger a sus artistas.

Todo ello continuó hasta que, en 1783, con una subasta ordenada por el gran duque de Toscana Pedro Leopoldo de Lorena, la casi totalidad de estas obras se dispersó, por lo que ahora regresan a Florencia en forma de préstamos.

La exposición, la primera dedicada íntegramente a la ceroplastia florentina, reivindica la importancia artística de esta técnica en su momento de mayor esplendor, cuando era codiciada por las cortes europeas y protegida por una élite coleccionista que supo reconocer su valor estético y simbólico.

El itinerario expositivo se inicia con máscaras funerarias y retratos realizados mediante moldes, entre ellos la famosa máscara de Lorenzo de Medici de 1492, que contextualiza el uso de los calcos en el Renacimiento y la inserta dentro de un amplio abanico de prácticas escultóricas.

A continuación, la muestra se adentra en las ceras policromadas del siglo XVI, con pequeños retratos y figuras alegóricas que revelan el alto grado de virtuosismo alcanzado por los artistas florentinos, así como el gusto coleccionista de la corte medicea por estas obras de delicada ejecución.

Una sección posterior está dedicada a los llamados ‘Novísimos’, un tema recurrente en la ceroplastia del siglo XVII que aborda las realidades últimas de la existencia humana -muerte, juicio, infierno y paraíso- y que refleja la sensibilidad barroca ante el paso del tiempo y la fragilidad del cuerpo.

El recorrido culmina con una sala monográfica dedicada a Gaetano Giulio Zumbo, considerado el mayor escultor en cera activo en Florencia a finales del siglo XVII.

Sus composiciones, de fuerte impacto visual y gran complejidad técnica, dialogan con pinturas de temática alquímica y de brujería, subrayando el carácter experimental y expresivo de esta forma artística.

La muestra culmina en la sala dedicada a Gaetano Giulio Zumbo, considerado el mayor escultor en cera activo en Florencia a finales del siglo XVII.

A lo largo de la visita, también se desmontan antiguas interpretaciones que vinculaban este arte a prácticas mágicas o funerarias a través de documentos y obras en otras técnicas. EFE

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